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viernes, 5 de marzo de 2010

Los candidatos inolvidables

Por: Paola Johana Martinez Ortiz

La política, un campo de dificil acceso que necesita estrategias para incursar en él y posteriormente mantenerse. A continuación el Top 5, algunos ejemplos de estrategias que hicieron inolvidables a ciertos candidatos políticos:


1. Alvaro Cristancho - Pago por votos

Candidato presidencial en 2002, prometía que si ganaba incumpliría la Constitución de 1.991 porque, según él, era racista, fascista y excluyente. Ex misionero franciscano, Cristancho escribió un libro llamado El capital limitado, en el que proponía un siglo XXI sin capitalismo, sin socialismo y sin comunismo, una era en la que se le decía adiós a las clases sociales. Si ganaba la Presidencia, prometía pagarle un millón de pesos a cada elector para reactivar la economía. Quería convertir a Bocas de San Quianga (Nariño) en una ciudad cosmopolita y turística, donde pretendía que los demás países abran sedes diplomáticas.

2. Edilberto Barreto Vargas - El candidato machista

Graduado en filosofía y letras de la Universidad Nacional llamó la atención nacional por sus propuestas machistas. Una de sus frases era "Mejor que una mujer, solo hay dos mujeres". Fue candidato al Concejo de Yopal por el Movimiento Machista Casanareño en 2002 y cuando perdió dijo que su movimiento tuvo en contra el error del legislador de valorar el voto de la mujer, "pues ellas son más numerosas y estuvimos en desventaja". Sin embargo, el hecho de no haber ganado le dio más tiempo para finalizar su segundo libro titulado De caballos y mujeres, como una continuidad del pensamiento machista, ya que el primer libro, Al rescate del machismo, se había agotado.

3. Gabriel Antonio Goyeneche - El candidato vitalicio

El eterno candidato presidencial propuso poner una marquesina sobre Bogotá. El doctor Goyeneche fue candidato a la presidencia de Colombia varias veces, entre 1958 y 1970. Portero de la Universidad Nacional durante algunos años, se hizo famoso por sus grandes proyectos y el sentido común abrumador de sus soluciones. Como la navegación por el Magdalena no funcionaba bien y los barcos se varaban por falta de agua, propuso pavimentar el río: "Es muy fácil y barato: como ya tiene agua y arena, lo único que hace falta es echarle cemento".

4. Guillermo Lora - No voten por mí

Augusto Guillermo Lora, como candidato presidencial en 2002, pedía a los electores que no votaran por él. Teniente coronel retirado del Ejército, estaba convencido de que su candidatura era la mejor oportunidad para promover el voto en blanco entre los colombianos. "Hagan de cuenta que el número siete en el tarjetón no existe", decía. Él y su equipo de campaña, integrado por seis personas, tenían el propósito de lograr que la mayoría de los colombianos se inclinaran por el voto en blanco porque decía: "es la única forma democrática de cambiar el régimen político".

5. Rodolfo Rincón Sosa - El Tunjo

Torero, y más conocido como El Tunjo, ha estado en la palestra pública desde que incursionó en la política. Rincón fue candidato a la Presidencia de la República y a la alcaldía de Bogotá. Se caracterizó por hechos pintorescos como presentarse con traje de luces en los eventos públicos y entre algunas de sus propuestas estaban la de que se destinaran vías alternas para las zorras (vehículos de tracción animal) o la de instalar una hélice a los carros para evitar trancones y "utilizarlas en caso de urgencia".
Fuente: Cambio 16 - La Revista

martes, 8 de abril de 2008

¡A la carga!


Al cumplirse sesenta años de la muerte del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, el escritor y académico guajiro aborda este importante episodio de la historia cpolombiana y sus repercusiones en la historia acvtual de nuestro país.


Amylkar D. Acosta M(1)
“Siquiera se murieron los abuelos, sin sospechar
el vergonzoso eclipse” . Jorge Robledo O


El 9 de abril de 1948, el sicario Juan Roa Sierra descerrejó tres balazos sobre la humanidad del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán Ayala, cegándole la vida y desatando con este magnicidio la mayor conflagración de nuestra historia republicana. Las turbas enardecidas se lanzaron a las calles destruyendo cuanto encontraban a su paso, especialmente en la capital, que fue virtualmente reducida a escombros por los desmanes y desafueros de los exaltados, episodios estos que se conocen como El Bogotazo.

Este sería sólo el preámbulo de una larga historia de crímenes y de atrocidades sin precedentes que asolaron al país desde entonces y que se prolongó hasta el advenimiento del Frente Nacional en 1958. Esta etapa ignominiosa de nuestro discurrir es la que se ha dado en llamar de La violencia en Colombia, la cual fue magistralmente documentada por el arzobispo Gerardo Valencia y el sociólogo Orlando Fals Borda en su libro que lleva dicho título.

Las circunstancias en las que fue alevemente asesinado Gaitán fueron muy similares a las que rodearon el artero atentado que le costó la vida al también dirigente liberal y jefe del Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán Sarmiento. Uno y otro se erigieron en disidentes del Partido Liberal; ambos contaban con una fuerza arrolladora que los asomaba a la asunción del poder a través de las urnas y tuvieron en común el destino aciago que frustró a toda una generación, que vio en ellos la oportunidad del cambio que el pueblo reclamaba a grito herido.

Bien se ha dicho que la historia se repite, una vez como tragedia y otra como comedia; pero, en el caso de Colombia lo que nos ha tocado en suerte vivir es una verdadera tragicomedia. La corrupción que campeaba en su época era sólo un pálido reflejo de lo que sobrevendría después, para escarnio de una patria envilecida por cuenta de la parapolítica y la corrupción. Sus arengas en pro de la restauración moral de la República, hoy más que nunca, recobran actualidad. Y qué decir de la violencia exacerbada que nos agobia y que hacen de nuestro tiempo la prolongación de aquellos azarosos días, sin que se vislumbre la luz al final del túnel.

El distinguía el país nacional del país político, como una forma de poner de manifiesto el divorcio que existía y sigue existiendo entre uno y otro, por cuenta del clientelismo, el gamonalismo y la degradación de la política. Sus planteamientos, pese a los 60 años transcurridos, siguen teniendo validez y vigencia, sobre todo en lo atinente a lo social que fue su obsesión. Cuando él demandaba del Estado "procurar que los ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres", propugnaba por la superación de la exclusión social y los enormes contrastes sociales que han caracterizado desde siempre a la sociedad colombiana.

Históricamente Colombia ha ido en contravía del resto de países del mundo, a tal punto que hoy en día es considerado el segundo país de Latinoamérica en inequidad, al tiempo que esta a su vez es la región del mundo con mayor inequidad, después del África Subsahariana.

Razón tenía Gaitán cuando afirmaba que él no era un hombre, que él era un pueblo, al que encarnaba e interpretaba con fidelidad y compromiso. Parodiando a Rafael Uribe Uribe cuando afirmó que el Partido Liberal debía abrevar en las canteras del socialismo para poder sobrevivir, no resulta exagerado afirmar que la figura señera y paradigmática de Gaitán seguirá siendo fuente de inspiración a sus más leales conductores. Como bien lo afirmó Jorge Luis Borges, "Los hombres y los siglos vuelven cíclicamente", pero transcurrirán muchos años antes de que Colombia vuelva a tener un caudillo de la estatura moral de Gaitán!


Bogotá, abril 9 de 2008
www.amylkaracosta.net
(1) Ex presidente del Congreso de la República

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