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martes, 23 de junio de 2009

Jóvenes guajiros, herederos del departamento

Por: Danny Daniel López J.
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Guajira bella, Guajira hermosa, Guajira amada, ¿Guajira qué? Territorio diverso, cultura indígena, paraíso sin fin y diamante en bruto, así es La Guajira. Los tiempos han pasado y atrás han quedado los abuelos, sus hazañas y las nefastas consecuencias, desde Punta Gallinas hasta el límite con el Magdalena y Cesar.

Jóvenes guajiros de hoy, legatarios de lo sucedido en la región y de lo vivido por los ancestros; son ahora los dueños del futuro, pero ¿Qué le dejaran a las nuevas generaciones? El departamento está establecido por pueblos más que por municipios y debido a ello, hay mucho por hacer en aras de instituir un verdadero desarrollo:
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• Ideas por cristalizar.
• Empresas por constituir, en sectores que no han sido considerados aún.
• Sistemas por implementar.
• Macro Obras por construir.
• Una sociedad por mejorar.

Conviene avanzar con profuso optimismo, espíritu reformador, constructivista y contemplativo, orientado a nuevos esquemas, dejando de lado los viejos modelos y creando nuevos paradigmas que lleven al departamento a escenarios de progreso. Se espera que el camino próximo rebose en transparencia y honestidad, con la gestación de nuevos líderes desde las universidades, que contrarresten las prácticas politiqueras de los ahora “poderosos”.

Es lamentable que las instituciones de educación superior no envíen el mensaje apropiado a la comunidad general, en cuanto al deber ser de las relaciones, la política y los planes de desarrollo; La población se hace cada vez más abundante y la fuerza juvenil aumenta, junto con el grado de responsabilidad que deben asumir frente a los retos que se avecinan para la región.

¿Qué hace falta? Corresponde priorizar aspectos más profundos asociados al contexto regional y dejar al margen (es decir, como una actividad meramente complementaria) la importancia que se le da a las kazetas de cada mes, el fulgor de los carnavales, las nuevas discotecas, los festivales de todo el año, la ropa de moda y el pierniculisobipandeo en los andenes. Si no se enfoca en plantear soluciones y dinamizar estrategias que permitan abandonar los últimos lugares en todos los indicadores de desarrollo, cada vez se será más esclavos de las demás culturas presentes en el territorio, a las cuales se les ha brindado todos los espacios y oportunidades, incluso en cuanto a la participación en política.

Es así como, a los jóvenes guajiros les concierne reflexionar sobre el papel que están desempeñando, sobre lo que le están aportando a la sociedad y empezar a desatender esa tendencia al consumismo desmedido; no pueden esperar llegar a la vejez para entender lo bueno y lo malo, para advertir lo ético y lo que atenta contra la humanidad; ¿Que están haciendo ahora? Les corresponde concientizarse de su compromiso con el departamento y entender que el momento es ahora.

Muchas vainas desafortunadas están pasando en Colombia, los recursos agotándose, se atenta contra la naturaleza, se abusa de la niñez, el SIDA crece, los panfletos asustan y los pasquines desacreditan; sería favorable buscar más de Dios, lo espiritual bien fundamentado, puede brindar salidas en lo social y al acontecer de la existencia.

La juventud debe redefinir su posición en la humanidad y rechazar fehacientemente la herencia de antivalores que se les ha traspasado década tras década, en cuanto al contrabando, el narcotráfico, la corrupción, el lavado de activos y el jaloneo de carros venezolanos; la transformación de la sociedad guajira radica en que en sus actuaciones prevalezca la verdad como principio imperioso y se repudien aquellas acciones irresponsables que en otrora se presentaron. ¡No se puede volver a cometer los mismos errores! La historia solo servirá como mirada de punto de partida.

Resulta necesario que los esfuerzos en educación se manifiesten cada vez con mayor ahínco, abordándose desde los hogares mediante la cimentación de valores, y asimismo, que las respuestas de los jóvenes sean consecuentes, dando contestaciones a los programas que se generen: preparándose, formándose y estudiando para mejorar su perfil laboral, en un mundo global y acelerado que demanda mentes preparadas para los desafíos modernos.

¡No más fuga de cerebros, para Europa y Norteamérica! Los guajiros laureados se necesitan aquí, que luchen por su tierra y por sus ideales, coadyuvando a la solución de los problemas locales. Se precisan más soldados intelectuales en nuestro departamento para proteger los intereses comunes.

¡Arriba La Guajira!

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