martes, 11 de abril de 2023

El arte de sembrar rosas dentro de una piña

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez


En la calle 6ª el barrio Paraíso, al suroccidente de Maicao hay una casa blanca y en su terraza una mesa sobre la cual reposa una piña y, dentro de la piña, crece una planta adornada por dos lindas rosas de color naranja.  La piña, en realidad no es la deliciosa y coqueta fruta, sino una matera de caucho a la que han embellecido con perfectas pinceladas de pintura verde, amarilla y salmón.

Esta obra de arte   fue elaborada en el taller de Don Omar, un esforzado artesano que desde hace tres años se dedica a recoger las llantas de las calles y solares de Maicao para disponerlas en pilas bien ordenadas de donde tomará las que necesite para convertirlas en elementos destinados a embellecer los jardines de todo un pueblo.

Don Omar y sus hermosas materas


Don Omar se dio a conocer por primera vez en la Feria Empresarial de Maicao, un evento en el que se reúnen emprendedores de todo el departamento durante tres días para mostrar los productos de sus fábricas; los frutos de sus parcelas; las obras de arte de su creación y los productos de fábricas y talleres.

El público quedó maravillado al ver las materas de caucho en forma de cisnes, carretillas, frutas tropicales y una gran variedad de elementos cuya materia prima principal es el caucho obtenido gracias al reciclaje de cientos de llantas de camiones, camionetas, automóviles y motocicletas que son tiradas en cualquier parte cuando, en apariencia, ya no tienen ninguna utilidad.

Cuando se le pregunta por sus inicios y la forma en que aprendió a dominar el caucho sus ojos se iluminan por la alegría y entonces empieza a contar su particular experiencia:

-“Era el año 2020, en plena pandemia por el COVID 19 y estaba muy aburrido porque no podía salir a ninguna parte. Fue entonces cuando me asomé a la calle y pude ver varias llantas a lo largo de la calle y en un patio que había cerca de la casa. Las recogí y empecé a con la primera. Fue muy duro al principio, creo que dañé una o dos llantas, pero llegó el momento en que le cogí el tiro.  Con una segueta, un serrucho, destornilladores, taladro, en fin, con mis herramientas caseras hice la primera matera. Me quedó ordinaria pero no importaba, lo importante era comenzar”

Y vaya que Don Omar comenzó, pero debió sortear varias dificultades, como la carencia de herramientas adecuadas y hasta un accidente de trabajo, pues en determinado momento se hizo una cortadura en el pie que lo obligó a acudir al hospital, en donde le tomaron varios puntos de suturas.

Pero nada le impidió seguir en sus faenas, poco a poco las llantas apiladas en un rincón del patio de su casa en el barrio Pastrana de Maicao cambiaban de forma y pasaban a ser verdaderas obras de arte.

El caucho vuelve a la vida


A tres barrios de distancia de don Omar, en La Victoria, detrás del imponente edificio de la Clínica Maicao, vive Ever Loín Gutiérrez, un joven estudiante de Ingeniería ambiental quien ha dedicado buena parte de su vida a conocer los efectos nocivos de las llantas abandonadas   en la salud de las personas y en el entorno.  
Una llanta convertida en arte

Sus investigaciones lo llevaron a preocuparse. Se enteró, por ejemplo, que una llanta tarda más de quinientos años en degradarse y de su negra epidermis se desprenden constantemente pequeñas partículas de microplásticos que por acción del viento caen a los ríos, mares, lagos y todas las fuentes de agua en donde son consumidos por los animales y a través de éstos pueden pasar al organismo de los seres humanos y causarles graves enfermedades.

Las llantas abandonadas, las que nos interesan a nosotros y a Ever, son el recipiente perfecto para que se acumulen las aguas de lluvia que crearán una lujosa piscina en donde peligrosas especies de mosquitos pondrán sus huevos y se reproducirán en forma exponencial y formarán peligrosos escuadrones que, además de sus molestas picaduras,  transmitirán graves enfermedades como el dengue, zika, fiebre amarilla, chikungunya, paludismo y malaria entre otras. 

Desde el día en que leyó que los animales más perjudiciales para los seres humanos no son las venenosas serpientes del bosque ni los hambrientos cocodrilos de los ríos si no los mortales mosquitos, creció su preocupación, pero cuando estaba más preocupado recordó las palabras que uno de sus profesores le repetía constantemente: “No se preocupe, ocúpese”

Fue entonces cuando pensó en que debía hacer algo más que rascarse las fastidiosas picaduras y frotar su piel con repelente contra esos insectos. A toda costa era necesario evitar su reproducción.

Junto a su familia y algunos amigos lideró una campaña de limpieza ambiental para la erradicación de llantas abandonadas y su sorpresa fue mayúscula al descubrir la magnitud del problema: en un tramo de veinte cuadras en la Carretera Troncal del Caribe, desde el barrio Érika Beatriz hasta el San José recolectaron trescientas llantas, la mayoría de ellas con cierta cantidad de agua lo que las hacía propicias para el nacimiento de mosquitos.

Concibió un complejo plan “triple acción” con el cual podría combatir la principal fuente de enfermedades, contribuir a la protección del medio ambiente y forjar una sólida idea de emprendimiento.


A estas alturas en necesario revelar algo muy importante: a lo largo de la vida Ever ha tenido diferentes facetas, pues ha sido estudiante de ingeniería, comerciante, estructurador de proyectos, soldador y febrero. Este ultimo oficio se refiere a la elaboración o reconstrucción de ciertas piezas de vehículos automotores y motonaves cuya materia prima es la fibra de vidrio.

Ese conjunto de habilidades le permitió abrir su taller que pronto pasó a ser la singular fábrica “Llantarte” en donde las laboriosas manos de Ever y sus discípulos hicieron posible el milagro de que las viejas llantas que afeaban el barrio y la ciudad y eran piscinas ideales para la incubación de plagas, se convirtieran en llamativas obras de arte, muebles para el hogar, alfombras para las oficinas, listones para los corrales y postes para cercar las fincas.


En junio del 2021 Llantarte fue la sensación en la Primera Feria Empresarial de la Frontera en Maicao al exhibir sus originales productor entre los que se encontraban un juego de muebles de sala, dos motocicletas tipo Harley, materas y otros productos para jardinería, porterías de mini fútbol, tapetes para el piso, mesas y una muestra de listones para corrales y otra de cercas externas para las fincas.

Ever llena de aire sus pulmones y mira hacia el horizonte, luego dice: 

-Fue uno de los momentos más lindos de mi vida, la verdad no pensaba que a la gente le iba a gustar tanto mi trabajo. Todos los visitantes de la feria llegaban a mi stand, se tomaban fotos sentados en los muebles o en las motocicletas y jugaban un partido corto con las porterías”

 

El último día de la feria y en el último minuto Ever tenía los sentimientos encontrados porque a pesar del evidente éxito le quedaba una asignatura pendiente: no había vendido ninguno de sus productos.

Feria de Emprendedores en el 2021

Sin embargo le da gracias a Dios porque a última hora llegó un visitante que se enamoró de inmediato de su arte y pidió que le hiciera una cotización.

-¿Qué le incluyo en la cotización, preguntó Ever, con una calculadora en una mano y un lapicero en la otra.

El potencial cliente lo miró como si no entendiera la pregunta, pero después de un instante de espeso silencio,  contestó con una sola palabra:

-“Todo”

Ever sintió que el corazón se aceleraba, con mano temblorosa hizo las sumas y le entregó el papel humedecido por el sudor de sus manos al posible comprador, quien miró las cifras, respiró profundo y le devolvió el papel.

Acto seguido metió la mano en el bolso y le entregó a Ever la cantidad solicitada.

Llantarte es un buen ejemplo de economía  circular en la cual se cumple el ciclo Hacer-Usar-Reutilizar y está en oposición a la convencional economía lineal cuyos pasos son Hacer-Utilizar y Desechar.

En la producción circular se minimizan los efectos adversos en el medio ambiente porque en lugar de arrojar los productos a los ríos, cañadas y arroyos o dejar los frascos, neumáticos y botellas tiradas por ahí, éstas se recuperan y son modificados e incorporados de nuevo al mundo de lo útil.  Las diferencias son  enormes, como las que hay entre el sofocante calor  del desierto y el intenso frío de los polos. 

En la economía lineal se promueve el consumo y la acumulación avara de la riqueza sin tener misericordia con el agonizante planeta, mientras la economía circular promueve la recuperación y la reutilización una y otra vez de todo aquello que sea posible recoger y revivir para un nuevo uso.   En todo su recorrido incorpora los conceptos de economía, sostenibilidad, trabajo social y aporte al medio ambiente.

Sobre el escritorio de Llantarte,  una mesa de caucho y madera cuya forma imita la estilizada  cabina de una antigua  camioneta Ford F-100, hay un proyecto bien encuadernado para crecer a gran escala mediante la transformación de todo el caucho que dejan de usar las empresas mineras existentes en la región.

Ever Loín detrás del su singular escritorio

Los ojos le brillan con gran intensidad y afirma:

-Si hemos  generado quince empleos trabajando a pequeña escala, imagínese lo que lograremos cuando Cerrejón nos dé la oportunidad de trabajar juntos para reutilizar todas las llantas que dejan de usar en un año.

Terminamos nuestro diálogo y Ever me acompaña en el recorrido por las escaleras de su taller.   Pienso en el trabajo de don Omar, por allá en otro barrio y todo lo que estos dos gladiadores de la fiesta de la vida están haciendo por nuestra tierra y en lo que podrán hacer cuando les permita trabajar a gran escala.

Ha finalizado mi jornada, pero antes de ir a descansar paso por la mesa en donde está la piña que contiene una rosa y le obsequio una buena dosis de agua para que esté más elegante y hermosa, tanto como las obras de arte de don Omar y Ever Loín.

Ellos me han enseñado el arte de cultivar rosas dentro de una piña.

 

 

 

 

 

 

 


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