martes, 16 de junio de 2015

Los fraudes en la música

Escrito por:  Abel Medina Sierra 

En el mundo postmoderno de la música y las implacables lógicas del mercado, no todo lo que suena viene de la fuente que se nos presenta. Difícil olvidar el vergonzoso capítulo de los famosos Milli Vanilli, el dúo de pop conformado por los bailarines Fabrice Morvan y Rob Pilatus, quienes a finales de los 80’ vendieron unos 7 millones de discos y hasta alcanzaron a ganar un Grammy. 

Estos apuestos afrodescendientes, de la mano del productor alemán Frank Farian, tramarían el mayor fraude en la historia de la música: ellos aparecían como los intérpretes pero serían los cantantes Charles Shaw, John Davis y Brad Howell quienes en realidad grabarían las canciones. 

Lo anterior tenía una lógica para Farian: los cantantes nos tenían “presencia escénica marqueteable”, la que le sobraba a los bailarines. Para las presentaciones en vivo se acudía al llamado playback, que consiste en reproducir una pista y ellos solo simulaban cantar. Pero en 1988, en una presentación en vivo para la cadena MTV prácticamente “el disco se rayó” Y los Milli Vanilli tuvieron que correr al camerino pues no tenían voz para suplir la falla técnica. 

De allí vino el acoso de la prensa y la careta se cayó, Morvan y Pilatus tuvieron que reconocer la farsa en 1990. En el caso del vallenato no es que hayamos tenido un caso que por allí se le acerque al sonado escándalo mencionado. 

Pero tampoco está exento de los fraudes y de algunos que caso, que sin ser del todo fraudulento, atribuyen una obra o una interpretación a una persona muy distinta a la que en realidad la hizo. En el ámbito donde más ocurre es el de las composiciones. 

Bien se sabe que por compromisos de exclusividad con el sello Codiscos, Leandro Díaz debió registrar a nombre de su ya extinto hijo, Óscar Díaz, varias de sus canciones, entre ellas como “Dónde”. 

Que “El tropezón” no aparece a nombre de Adolfo Pacheco sino de su señora esposa. También existe el caso de personas que aparecen como autores de varias canciones y el título de compositores si haber compuesto nunca una pieza musical como el caso de los ya fallecidos Lácides Redondo y Tulio Villalobos Támara. Estas personas, por su influencia recibieron varios “regalitos” de los compositores de moda como “Mi hija de vida”, grababa por Los Betos, de Rafael Manjarréz que se la cedió a Villalobos y “Alma viajera”, grabada por los Zuleta, y cedida por Julio Oñate Martínez a Redondo. 

Otro caso es el de los acordeoneros. En varias producciones aparece en los créditos un nombre y en realidad quien grabó fue otro músico. En las grabaciones de las Diosas del Vallenato con la voz de Patricia Teherán, aparecía en la portada y créditos Maribel Cortina pero en realidad era Omar Geles quien tocaba en la grabación. 

El mismo Geles grabó en la primera producción de Adriana Lucía pero los créditos fueron para Gustavo Babilonia que ni el estudio se asomó. El un álbum de Yoye Cotes aparece como acordeonero Rubén Rodríguez pero fue Rolando Ochoa quien tocó; en el de Ciro López con Edward Ramos quien grabó fue el hermano de éste, Chemita Ramos, quien no podía aparecer porque tenía exclusividad con otro sello. 

También es conocido por algunos que en una producción de Carlos Cotes grabó Jhonny Gámez pero quien se llevó los créditos fue Beto Molina y de Sergio Guzmán en el que toca el mismo Gámez pero aparece en la portada Osmel Meriño quien apenas grabó una sola canción: “Limeña”. 

En lo que respecta al canto, estos casos son muy raros pues es difícil hacerlos pasar desapercibido. Pero muchos no cayeron en cuenta que en la canción “Con calma y paciencia” grabada en el álbum “Listo pa´la foto”, parte de la canción es cantada por su hijo Martín Elías. A ese mismo recurso acude la disquera Sony y los herederos de Diomedes Díaz en su desaforado afán de seguir explotando, aunque esté muerto, esa mina de plata que fue el Cacique de la Junta. 

Aunque en los créditos aparecen sus hijos Rafael Santos y Martín Elías, para cualquier persona que no es seguidor fiel de los estilos de estos intérpretes, pasará desapercibido cuándo qué parte de la canción canta Diomedes y cuál sus hijos. 

En una canción aparece como acordeonero César Ochoa y quien grabó fue Rolando. Pero eso no es lo peor, en los últimos días se han escuchado voces de los mismos diomedistas quienes se quejan de un fraude de enorme dimensiones: en algunas canciones ni siquiera canta Diomedes sino uno de sus más reconocidos imitadores como lo es “Toño” Cacique quien es bien renombrado en Santa Marta. 

Si esto es así como se viene denunciando, estaríamos en presencia del mayor fraude en la historia del vallenato y la más vergonzosa afrenta a los miles de seguidores del Cacique de la Junta. 

Parece que no es suficiente que Orlando Liñán lo anuncien como Diomedes Díaz en los conciertos y que sus hijos completen sus canciones. Hay que esperar qué se nos viene el afán desmedido de seguir explotando comercialmente la idolatría por el Cacique original y de “revivir” su voz.
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martes, 9 de junio de 2015

¿Fraude electoral o injusticia?


Escrito por: Hernán Baquero Bracho


Al estar hoy La Guajira inmersa en ese maremagno de la política, que ha trascendido a lo nacional, donde los de la otra orilla han tratado de culpar a los de la nueva Guajira sobre todos estos acontecimientos que son de conocimiento público por parte de la opinión guajira y nacional. Es así como en las redes sociales le han tirado piedras al ex gobernador Hernando Deluque Freyle sobre su elección como gobernador para el periodo 2001-2003 y que a través de un fallo de la Sección quinta del Consejo de Estado, de fecha 20 de marzo del año 2003, que anuló la elección de Deluque Freyle como gobernador del departamento. Retrotrayendo todo este proceso al tiempo presente es bueno hacer las aclaraciones del caso, porque allí lo que se presentó y contrariando la democracia guajira, fue una injusticia por parte del honorable Consejo de Estado, tal como lo expresara también el ex registrador nacional Humberto de La Calle Lombana, en una entrevista para Juan Gossain en RCN radio, junto al gobernador de la época Deluque Freyle, sobre la sentencia de la Sección quinta del Consejo de Estado, que constituye una alarma por el caso presentado en La Guajira y la duda favorece al demandado en el caso dela anulación de la elección para la gobernación de La Guajira y acotaba finalmente sobre este caso, sobre los posibles errores presentados por el alto tribunal que “el demandado se queja de una sentencia que tiene errores y el demandante también se queja de lo mismo” y remataba que la tutela contra sentencia por parte de la Corte Constitucional quiebre una sentencia ya establecida, es muy difícil. 

Por ello Juan Gossain acotaba lo expresado por el ex presidente Carlos Lleras Restrepo que:” la justicia morosa y tardía no es justicia”.

Al hablarse de fraude electoral en las redes sociales retrotrayendo lo de ayer, necesariamente estamos refiriéndonos a conductas  dolosas y penales, obviamente imputables a una persona, hecho que jamás ocurrió en las elecciones que se celebraron en el departamento de La Guajira, en octubre del año 2000, para la escogencia de gobernador, alcaldes, diputados y concejales, proceso en el cual participaron por ende cientos de aspirantes.

Según lo expresado por el ex gobernador Hernando Deluque Freyle, en fecha 23 de octubre de 2013: “hecho de que se hubiesen presentado errores de parte de los jurados de votación, en el diligenciamiento de los formularios electorales”. Retrotrayendo un programa del afamado periodista Juan Gossain, director de RCN radio, en fecha de mayo del 2003, con el ex registrador nacional Humberto de la Calle Lombana, teniendo como invitado al gobernador para la época Deluque Freyle, lee apartes de la carta enviada por el propio magistrado ponente, Álvaro González Murcia, a los honorables Consejeros de Estado a la Sección Primera, sobre la tutela interpuesta por Hernando David Deluque Freyle:“… pero ha de tenerse en cuenta que en esa tarea del análisis de los medio de convicción quizás puedan darse errores que tienen su explicación especialmente en esta clase de procesos en los que hay dificultad para detección de los cargos formulados por los actores y, en este caso la forma confusa como se plantearon, el gran volumen de pruebas, (80 cuadernos de 500 folios en promedio cada uno), incongruencias de la información al expediente allegada pues hubo casos de duplicidad de un mismo documento pero de contenido diferente que fácilmente habrían podido inducir a equivocaciones, así mismo la falta de ayuda sistematizada que obligaron a la verificación manual y todo esto obviamente humanamente puede llevar a que la premiación en conjunto dela prueba sea más difícil que en cualquiera otra clase de procesos por la probabilidad más inmediata de error humano involuntario”.

Más adelante el mismo Juan Gossain, ponía el dedo en la llaga sobre los errores cometidos de manera involuntaria en la sentencia emitida por la Sección Quinta del Consejo de Estado, que le arrebató la gobernación a Nando Deluque, cuando el pueblo votó copiosamente por este candidato, que se convirtió en uno de los mejores gobernadores de elección popular y se le denominó “el gobernador del pueblo” por sus actuares en su administración. 

Y expresaba Gossain tomando el documento enviado por el magistrado ponente González Murcia, ante el análisis que hacían para todo el país con el ex registrador nacional Humberto de la Calle Lombana: “para poder llegar a esta conclusión en uno y otro sentido, necesariamente hubo que valorar, apreciar y examinar las pruebas allegadas al proceso pues no de otra manera podía tomarse la decisión.

Ahora, que en esa ardua tarea dado el sistema utilizado y en general lo dicho atrás, se hayan presentado algunos errores esto, como se anotó puede ser humanamente explicable y justificable sin que quiera ello significar, como atrevidamente lo señala el accionante, que se haya presentado una omisión voluntaria y caprichosa”.

Y remata Juan Gossain en esta importante entrevista, que quedó grabada en la historia de la radio y de la democracia mal herida por el caso en mención,   tales errores y equivocaciones se reconocen reiteradamente por el propio magistrado ponente (Alvaro González Murcia) ponente encargado en la Sección Quinta del Consejo de Estado, al contestar la tutela interpuesta. 

Es más, el doctor Mario Alario Méndez, también magistrado de la Sección Quinta, al resolverse la nulidad presentada por Deluque Freyle, efectuó un salvamento de votos en el que consigno su contrariedad con el fallo emitido al percatarse de la falencia del mismo y dejando entrever que las mismas fueron producto de la confianza depositada en el ponente o conductor del proceso. Vista así las cosas se anularon 30 mesas no existiendo motivo para ello. 

Se cometieron errores involuntarios por parte del Consejo de Estado y este reconoció los errores de que las mesas impugnadas no deberían haberse anulado. Se violó también el artículo 228 de la Constitución Nacional, sobre la primacía del derecho sustancial sobre el derecho procedimental y el fraude cometido en el sitio Kukurumana, en el municipio de Riohacha, no se anuló donde el 95% del potencial electoral votó, perdiendo ahí Deluque Freyle. ¡Qué horror!


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sábado, 30 de mayo de 2015

La tierra del amor

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

¿Cuál es la razón por la que ustedes aman a su tierra?, no preguntó el conferencista. Había estado disertando acerca del amor en todas sus manifestaciones y ese día aprendimos que hay un amor filial con el cual demostramos aprecio por nuestros padres e hijos; un amor eros que nos lleva a sentir atracción por alguien del sexo opuesto y nos permite disfrutar de una relación apasionada con una persona que nos ayudará a realizarnos como seres humanos y nos permitirá disfrutar el privilegio de sembrar nuestras vidas en otros cuerpos, con lo cual, además, contribuiremos con la continuidad de la especie. 

Y nos habló también del amo ágape, con el cual Dios le muestra al género humano su infinita misericordia, su compasión y su preferencia ante otras criaturas. 

Este último es, sin lugar a dudas la sublimación del más sublime de todos los sentimientos. Después de todas las explicaciones nos habló del amor al suelo. A la tierra en donde nacimos; o en donde vivimos o luchamos...en todo caso la tierra a la que amamos sea cual fuere la razón que tangamos.

 Amar a la tierra, nos dijo, es una forma de gratitud no solo a la tierra, al contexto físico, sino al mismo Dios que nos hace hombres libres y nos sitúa en un espacio con el cual terminamos identificándonos. 

 Y acto seguido nos pidió que le escribiéramos una carta de amor al espacio geográfico que más quisiéramos. 

 Incapaz de escribir algo digno de pulicar, me conformo con transcribir algo que escuché de labios de Santi Josías, uno de mis compañeros de salón: Querida tierra mía: Te amo por tus auroras de ensueño, Por tus atardeceres intensos, Por tus cardones sedientos que se suceden incólumes,

 En la franja ardiente del desierto, Te amo por tu serena figura Por tu esperanza incorregible, Por tus tardes calurosas, Por tus huellas presurosas Te amo como te ama el sol, Como el mar que te canta ahora, Te amo como el río que ayer murió sediento, pero amándote como yo te amo. 

Te amo por las huellas de mi infancia, Por la árida sabana de las distancias, Te amo por tus cerros sin cumbres., Y te quiero por tus callejuelas lúgubres. Te amo, inédita tierra mía, Como el hijo a la madre que siempre lo abrigó, Como el náufrago a su isla, Como el veterano a sus recuerdos Son tantas las razones para amarte, Amándote vibra todo mi ser, Amándote siento palpitar el alma de la vida, 

Y el canto de los ángeles que alaban a Dios Te amo, indómita tierra mía,No por que me pertenezcas, Sino por que soy yo El que sigo perteneciéndote a ti. 

 Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com.  Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com - 
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martes, 26 de mayo de 2015

La impunidad según Álvaro Uribe

Escrito por:  Abel Medina Sierra 

La agenda política de Álvaro Uribe es inequívoca y todas sus posturas, declaraciones y acciones apuntan a la certeza que la única opción del volver a manejar los hilos absolutistas del poder es que fracase el proceso de paz y que la mayoría de colombianos acuda, de nuevo, a la radical y dolorosa opción de la guerra fratricida para derrotar a la insurgencia armada. 

En esa obsesión por el poder, trata por todos los medios, de crear ante la esfera pública, una imagen del “Gran Justiciero”, el paladín del rigor punitivo, el gran abanderado de la severidad inexorable del Estado, el único gobernante capaz de someter a la cárcel a quien trasgrede el orden jurídico. Uribe y todos los turiferarios, Procurador incluido, buscan con afán ganar popularidad configurando un imaginario de “Tolerancia Cero” ante los delitos cometidos por las Farc. 

Lo peor es que muchos les creen el cuento y no son capaces de mirar, tras esa imagen, la impostura. Uribe se muestra inflexible frente a un proceso de paz que no termine con cárcel para los guerrilleros, que la merecen pero que no están sentados ahí porque han sido derrotados en la guerra sino porque entendieron que ni ellos ni el Estado, en más de 60 años, han dado muestras de estar ganando la guerra. Pide cárcel para los guerrilleros, para los defensores de derechos humanos afectos al proceso de paz, para políticos que como Piedad Córdoba e Iván Cepeda median con la insurgencia. 

Que alguien se obsesione con el cabal y estricto sometimiento a la justicia no es malo, es plausible. Pero que lo haga Uribe no es sino una incoherencia de quien, lejos de ser un ejemplo de aplicación de la ley, es un paradigma de la impunidad. 

 El mismo Álvaro Uribe Vélez que pide que de la Habana salgan con las esposas en las manos los jefes de las Farc es el mismo que hizo una excarcelación masiva y unilateral de 150 guerrilleros durante su gobierno. El mismo Uribe que hoy se arroga el derecho de defender la justicia punitiva es el mismo que dejó en libertad miles de combatientes de la organización paramilitar que masacró a miles de colombianos y con cuales se nutrieron cuanta banda criminal existe: Urabeños, Usuga, Rastrojos, Gaitanistas, Paisas, entre otras. 

El estandarte de la justicia es el mismo que justificó a Andrés Felipe Arias ante el escándalo de Agro Ingreso Seguro y llegó a decir que lo que hizo Arias estaba bien pues había que subsidiar a los ricos terratenientes para que los pobres tuvieren chamba. Recordemos que igualmente defendió a de Jorge Noguera, condenado a 25 años por haber convertido al DAS en un organismo al servicio del paramilitarismo. 

Es el mismo ex gobernante que gestionó ante su amigo el ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, que le concediera asilo a María del Pilar Hurtado, la que hizo del DAS la policía personal del Uribe y una institución de delincuencia. Como “Injusta pena” calificó Uribe la condena de “La Coneja” al enterarse del fallo condenatorio de la Corte Suprema, olvidándose de su defensa de cárcel para los delincuentes, lo que pasa es que esos son “sus” delincuentes. 

El gran justiciero es el mismo que sin el mínimo respeto a la rama judicial y a la independencia de poderes, falla y absuelve a todo el que hizo parte de su nefasto gobierno. Sabas Pretel y Diego Palacios, dos de sus más cercanos funcionarios, pese a haberse demostrado que “compraron” con cargos burocráticos la aprobación de la re-elección para su jefe ante los congresistas, han sido absueltos por Uribe aunque condenados por la Corte Suprema. 

Lo mismo ocurre con los miembros de la campaña de Oscar Iván Zuluaga y aún el mismo ex candidato, enlodados hasta los tuétanos en el sonado caso del hacker Sepúlveda con video incluido pero que para quienes Uribe no pide cárcel por saboteo al proceso de paz y a la campaña de Santos sino impunidad por ser “mansas palomas”. “Persecución política” es la excusa de Uribe para defender lo indefendible. 

Tampoco se acuerda de cuestionar la impunidad en el caso de su primo Mario Uribe y su hermano Santiago, los dos acusados e investigados por conformación de grupos paramilitares. Que el mismo Uribe no esté tras las rejas con su cadena de “torcidos” es una afrenta a la justicia y un premio a la impunidad gracias a la llamada “Comisión de absoluciones de la Cámara de Representantes”. 

 Pero la joya de la corona es la más reciente agenda iniciativa de promover una ley para que los militares, cometan el delito que cometen, solo puedan pagar hasta cinco años de cárcel. Mejor dicho, con licencia para seguir con los falsos positivos. ¿No es esa una ley de impunidad? Por lo menos yo no le creo a Uribe su bandera de aparente guardián de la justicia. ¿Usted si le cree?  
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Ojalá

Escrito por: Hernán Baquero Bracho

Hay en La Guajira, material humano, de excepcionales condiciones y con deseos de librar las batallas que nos permitan alcanzar un mejor porvenir. El escenario es propicio. 

Este pueblo de La Guajira, de carácter altivo y corajudo, ha venido demostrando que tiene una alta dosis de civilidad, ya que con paciencia y dentro del orden, ha registrado un comportamiento reflexivo al afrontar tantas dificultades como a diario lo asechan. 

Sin embargo, respeta y quiere las instituciones democráticas y como atalaya defiende en la frontera nuestra soberanía nacional, quizás porque La Guajira y sus gentes existieron antes que se formara La República y ayudaron con sus gestas a formar la historia guerrera de la patria con la presencia valerosa y oportuna de nuestro nunca bien admirado Almirante José Prudencio Padilla López y además con ese negro de ébano como lo fue el gran intelectual camaronero de origen barranquero, Luis Antonio “el negro” Robles Suarez, a propósito de que la honorable Cámara de Representantes le develara y le hiciera honor a su nombre, como uno de los grandes intelectuales que ha tenido Colombia en toda su historia. 

A raíz de los últimos acontecimientos que han venido sucediendo en la península guajira con respecto a las diatribas que la gran prensa nacional y dirigentes del país han querido colocar al departamento en el ojo del huracán, donde el país “cachaco” siempre nos ha dado un tratamiento de tercera y nos han tratado como expósitos de la patria, quisiera que con esta columna de opinión muchas cosas cambiaran en mi tierra guajira. Ojalá muchas cosas se dieran para encausar el rumbo de La guajira. 

Ojalá que las diferencias políticas que cada día son más prominentes se arreglara entre nosotros y no metieran sus narices ese país “cachaco” que nos tiene hasta la coronilla y que hoy se han convertido en nuestros jueces naturales, apócrifos y de mala leche que con sus opiniones y sus juzgamientos tratan de enrostrarnos nuestras falencias y nuestras debilidades que como toda región mantiene en su diario trajinar. 

Ojalá volviera la civilidad política de antaño, donde este pedazo de patria era ignorado por ese país “cachaco” donde éramos vistos y reconocidos como indígenas sedientos de esa Colombia que nos ignoraba en el contexto nacional. 

Ojalá La Guajira retomara su rumbo de implementar otra vez ese guajirismo que nos identificaba y nos hacía fuerte ante esa Colombia impía que solamente nos miraba de soslayo para reconocer de manera ingrata y como si fuéramos una región de limosna a unos indios con la cara pintada y montados en un burro en las pampas guajiras. 

 Ojalá volvieran esos tiempos donde los guajiros eran reconocidos como una raza indómita, fuerte, con carácter y personalidad y éramos ante todo respetados por el país andino y lanudo de esos “cachacos” que pregonan la moral pero que en realidad utilizan su doble faz para engañar a bobos y pendejos. 

Ojalá volviera a reinar entre nosotros el valor de la amistad. Valor este que se ha perdido y que hoy para desgracia de todos nosotros, utilizamos las puñaladas traperas para darnos y traicionarnos en esos preceptos que a la fecha son como el eslabón perdido de la humanidad, donde la amistad y la palabra pasaron a segundo plano en el pueblo guajiro. 

Ojalá La Guajira se convierta en un punto de referencia para la nación en prosperidad, desarrollo y calidad de vida. La Guajira el próximo primero de julio, arriba a sus primeros 50 años de vida administrativa y la deuda que tiene Colombia con la península es grande y la deuda que tienen los dirigentes de esta sección del país con sus habitantes es más grande. Hoy hay que decirlo de manera real y objetiva que no existe ni prosperidad, ni mucho menos desarrollo y la calidad de vida de la mayoría es paupérrima y vergonzante. 

Ojalá pudiéramos cambiar la historia y no estuviéramos viviendo este presente sombrío donde la brújula y el norte se perdieron en las aguas del mar caribe por culpa de nosotros mismos y por el desamor que la misma Colombia tiene y ha tenido hacia todos nosotros.
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