lunes, 21 de abril de 2008
Exitoso programa de Olímpica Estéreo. "La radio al barrio"
Presentan libro "Festejo de lo perdido" en Riohacha
Real Maicao ganó el clásico de la frontera
Por su parte el presidente del Club real Maicao, Arquitecto José Abreo agradeció el gran respaldo brindado por la afición “Las cosas se están dando y si continúan con ese fervor En Maicao haremos respectar la casa, hasta llegar a la final de este torneo” anotó el dirigente Deportivo.
“Si es bien cierto que la expulsión de German Gómez a los 20 minutos del primer tiempo, arruino nuestras aspiraciones para ganar este primer clásico de la frontera” fueron las cortas palabras del técnico Riohachero.
Las dos personas más importantes del mundo
La Vida en sociedad está llena de lo singular y lo plural. Por eso dudé un poco antes de escribir la palabra "singularidades" entendiendo ésta como el plural de "singularidad". Sin embargo, eso es la sociedad, una buena combinación de lo singular con lo plural hasta conformar una coexistencia armónica y sabia entre todos los habitantes de una ciudad, una región y todo el planeta.
Entre los seres humanos es preponderante lo plural, lo que es de todos y lo que apunta al bienestar de las mayorías. Por esta razón uno de los principios fundamentales de las normas de convivencia es la primacía del bien común sobre el interés particular. Pero no debemos perder de vista algo bien importante: la vida en comunidad nos plantea el compromiso de vivir junto a los otros y compartir con ellos parte de los espacios más significativos de nuestras vidas. De allí la necesidad de buscar un punto de encuentro entre los intereses de los individuos y los de las colectividades.
Ese punto de encuentro es, precisamente, el respeto. Nótese bien que hemos mencionado el respeto y no la tolerancia. El primero reconoce la existencia del otro y nos conmina a reconocerlo como persona importante. La segunda, es decir, la tolerancia, nos impone la necesidad de aceptarlo a pesar de que pueda causarnos disgusto en sus ideas, comportamientos, etc.
La tolerancia es, entonces, una obligación impuesta y todo lo impuesto genera cierta inconformidad. Hay quienes consideran "que el mundo es de ellos y los demás viven de alquilado". Un error imperdonable para quien aspire a vivir entre los seres humanos. Nadie nos pidió nuestro consentimiento para que naciéramos en una ciudad o en otra, en este país o en aquel. Fue la madre naturaleza o el azar o la coincidencia (recuérdese, coincidencia es, según Anatole France, el seudónimo que utiliza Dios cuando no quiere firmar sus obras) la que nos situó en determinado lugar y en cierto espacio de tiempo.
Lo más natural entonces es aceptarnos todos: los más cercanos y los más lejanos; los más parecidos y los más distintos; los más emparentados y los menos relacionados.
En resumidas cuentas deberemos volver al origen para reconocer en el otro a la persona que nos complementa y nos ayuda a encontrar nuestra propia identidad, porque, ¿cómo voy a saber si me parezco a mí mismo si no es porque no me parezco a los demás? Jesús ordenó el amor al prójimo. Y los libros sagrados de todas las doctrinas religiosas, de una manera u otra, ofrecen la misma enseñanza.
Pero, ¿quién es mi prójimo? Es la pregunta que ha estado latente por mucho tiempo y a la que Jesús respondió contando la parábola del buen samaritano. Le recomendamos leerla, pero mientras lo hace le sugerimos escribir en letras mayúsculas la palabra PRÓJIMO. Luego cambie la "J" por una "X" y así sabrá que el más próximo, ese es un prójimo. No me cabe ninguna duda sobre los personajes más importantes del mundo: nosotros y los otros.
SI TE LO COLOCAS, TE PROTEGES
Por: Orlando Cárcamo Berrío
ocarcamob@yahoo.com
(Publicado en El Informador en dia 25 de marzo de 2008. Para leer este artículo en ese diario, dé clic AQUÍ).
Se casaba una dama influyente con algún poder sobre los empleos de Roberto y Luís. Había que ir a esa fiesta. Como la camioneta de Luís era muy vistosa y atractiva para los ladrones, le pidió a Roberto que lo llevara. Su carro no era tan atractivo. Roberto aceptó. Fue una gran velada, hubo comida, música y buen whiskey toda la noche. Roberto y sus amigos tomaron, no podían despreciar licores tan finos. A las cinco de la mañana del día siguiente, Roberto decidió regresar con sus amigos y llevarlos a sus casas. Todos se colocaron el cinturón se seguridad, menos Roberto. Manejaría a baja velocidad porque había tomado.
A las siete de la mañana de ese día recibí una llamada. El carro de mi amigo había sufrido un accidente. Había un solo herido de mucha gravedad. Los demás habían salido ilesos, solo pequeños rasguños por los vidrios. El herido grave era Roberto. Dicen los testigos que al parecer se durmió y aunque no iba corriendo a gran velocidad, el impacto lo sacó del carro estrellándolo contra la defensa trasera de un bus. Su rostro recibió la fuerza del impacto. El diagnóstico era reservado.
Colocarse el cinturón de seguridad en un carro no debe mirarse como un antojo o una tontería. En cualquier momento nuestro carro puede ser chocado o el nuestro puede impactar a otro vehículo, poste, animal en la vía, casa, o cualquier obstáculo.
Sobre el cinturón existe el mito de que solo deben colocárselo quienes van en la parte de adelante. Esto es una falsa creencia. Los de atrás también deben colocárselo. En caso de una colisión de frente, los pasajeros de atrás salen disparados y sus cuerpos golpean a los que van en la parte de adelante causándoles lesiones mortales y causándoselas a ellos mismos. Si el impacto es de costado, los cuerpos se golpean entre ellos como bolas de billar. Conocido es el caso de la princesa Diana de Inglaterra. Iba en la parte de atrás, sin el cinturón puesto. Cuando su carro chocó, su cuerpo se estrelló violentamente contra el asiento de adelante y el golpe le desprendió el corazón. Murió a causa de una hemorragia interna.
Otro mito es la creencia de que los buses no deben tener cinturones de seguridad excepto para los puestos de adelante. Todos los puestos deben tener cinturón de seguridad ya que buena parte de las muertes en accidentes de buses se deben a que las personas, por el impacto, se salen del bus y se golpean mortalmente o el mismo bus les cae encima. ¿Por qué, si los buses que transportan personal para las empresas mineras tienen cinturones de seguridad en todos los puestos, los de transporte público no los tienen? Es bueno que vayamos pensando en una ley que exija que los buses de transporte interdepartamental tengan cinturones en todos los puestos.
Siempre que suba a un vehículo, colóquese el cinturón antes de que éste arranque. Exíjale a los conductores de automóviles de servicio público que dejen a la vista lo cinturones de atrás y los broches de éstos. Si se enojan, tome otro carro y listo. Su vida vale mucho más que el enojo de un conductor irresponsable.