viernes, 10 de diciembre de 2010

La prudencia: una virtud necesaria para afrontar la vida

Friedrich Engels: “Tanta prudencia se necesita para gobernar un imperio, como una casa”.

Refrán popular: “La conciencia vale por mil testigos”
Por: Alejandro Rutto Martínez

Antes que nada es necesario desmitificar esta virtud, pues en los últimos años se ha usado el término “prudente” para designar a una persona refugiada en el palacio de la inoperante comodidad, a quienes son alérgicos a correr riesgos, a quienes son aficionados a la quietud extrema, a la inoperancia total y a la tranquilidad sin resultados. Se le llama así también a quien, en el colmo del cinismo, se acomoda por interés a diversas posiciones así estas sean contrarias.

Dejemos claro, para comenzar que no se les puede llamar prudentes a las personas taimadas, expertas en ocultar sus sentimientos, sus emociones y sus verdaderas intenciones detrás de una muy ensayada sonrisa que resulta ser de engaño. Tampoco lo es quien aplica sus actorales para fingir un comportamiento mediante el cual disfraza sus verdaderas intenciones y sus bajas pasiones.

La prudencia no es una técnica, ni una manifestación de la despreciable hipocresía. Nada más alejado de la realidad. La prudencia no puede ser una máscara ni un disfraz. Tampoco un freno de mano para quienes deseen mantenerse en constante movimiento hacia el logro de sus más altos propósitos.

La prudencia es la buena costumbre de razonar recta y cuidadosamente en todo lo que se debe hacer. El prudente no actúa de manera impulsiva ni se deja llevar por las emociones: ni por la alegría ni por la rabia; ni por el afecto ni por el rencor. El prudente conoce la situación, piensa en ella y luego actúa de manera sabia.

Si nos damos un paseo por la etimología encontramos que prudente viene del latín “prudens”, “prudentis” cuyo significado es conocedor, experto, cauto. Prudencia también viene del latín, de la palabra prudentia y ésta a su vez de pro videntia, el que ve por adelantado, o el que ve para adelante, el que es prudente. En una definición simple de diccionario podemos decir que la prudencia es la “cualidad que consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar posibles daños”

La prudencia, al enseñarnos a analizar y comprobar antes de decidir y actuar teniendo en cuenta las consecuencias, tiene una alta incidencia en nuestra vida, en la forma en que nos desenvolvemos dentro de la comunidad a la que pertenecemos y en nuestra escala personal de valores.

Cuando prescindimos de la prudencia o simplemente la dejamos a la orilla del camino nos metemos en los vericuetos de la imprudencia, que nos lleva a la indiscreción a las salidas desafortunadas y a los innecesarios enredos que nos ponen en situaciones difíciles. Un imprudente, cuando visita al enfermo, le dice sin anestesia: “Debes tener cuidado. De eso se han muerto cuatro personas esta semana” y de esa manera su visita al hospital desemboca en un resultado contrario al esperado.

Pero mucho cuidado, la prudencia en exceso puede ser dañina porque suele conducir a indeseable inacción, a la cuestionada negligencia o al pecado por omisión, contenido en el capítulo 4, versículo 17 del libro de Santiago: “El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado”. La prudencia es, pues, buena consejera, pero deja de ser virtud, cuando existe la necesidad de actuar y nos tomamos todo el tiempo del mundo sin tomar una decisión, lo cual es a la larga otra forma de tomar una mala decisión.

Ser prudente es una expresión humana y una forma de abrirnos espacio en el mundo de la caballerosidad, la decencia y la sana convivencia entre todos los ocupantes de la nave planetaria.

Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitadocomo conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

martes, 7 de diciembre de 2010

La resiliencia y el trabajo social

Te invitamos a disfrutar de esta interesante conferencia en la cual ampliarás tus conocimientos sobre el tema de la resiliencia. Conferencista: Alejandro Rutto Martínez ( Producción: Edwin Cárcamo )

lunes, 6 de diciembre de 2010

Las campañas cívicas del profesor Choles

.
.
Maicao. Después de una brillante carrera de más de cuarenta años en la docencia, 28 de elos dedicados a la rectoría del colegio San josé, el profesorRamiro Choles Andrade está dedicado ahora a las campañas cívicas, como la recuperación de los andenes de la calle 17 entre carreras 19 y 20.
.
A esta actividad, a leer y a su producción literaria dedica parte del tiempo en la actualidad.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Aclaración del periodista Jaime De la Hoz Simanca

Estimados colegas: apenas antier pude comprobar que mis dos apellidos, De la Hoz Simanca, fueron utilizados en el foro de un artículo escrito por José Alejandro Castaño y publicado en la edición 125 del mes de septiembre de 2010. La nota de Castaño se titula "Mis memorias de un diario amarillista" y allí expresa más mentiras que verdades.

Sin embargo, ese no es el asunto, sino la nota de un forista que utiliza mis dos apellidos para elogiar en forma desmedida a Castaño. Según pude averiguar, mi nombre y apellidos también han sido utilizados en otros artículos escritos por el fundador del tabloide AL DÍA.
Con castaño compartí trabajo, pues mientras fui Jefe de Redacción de El Heraldo, él coordinaba AL DÍA, diario sensacionalista que él elevó hasta la cumbre de lo horripilante, de la degradación y del atentado contra la dignidad humana.

Con él intercambié conversaciones sólo en cuatro o cinco ocasiones, y en algún momento me remitió una autoentrevista para que la enviara a la red de periodistas del Caribe. Así lo hice, pues consideré que la entrevista contenía revelaciones que debían conocerse. Además, dicha autoentrevista fue publicada también por medios nacionales.

Ignoro si esos detalles hicieron concluir a Castaño que yo estaba de acuerdo con él en todo o que podía usurpar mi nombre, tal como lo ha hecho en otros escenarios y con los nombres de otros colegas. Sé de su condición humana: la jugarreta que le hizo al ex editor de El Heraldo, Sergio Ocampo Madrid, para él quedarse con el puesto en el que demostró su incompetencia.

Así mismo, la jugada maestra al ex corresponsal de Semana en Medellín, y un sinnúmero de actitudes más que lo ubican como un periodista en el que no es posible confiar.

Dejo claro que Castaño es un buen cronista como tantos y tantos en este país. Pero la diferencia entre esos buenos cronistas es que el ego de Castaño llega al cielo y, por mantenerlo alto, en medio de ambiciones desmesuradas por pretender ser reconocido como el nuevo Gabo del periodismo, acude a expedientes sucios, aún contra colegas que no conoce a fondo, como es mi caso. Envié mi aclaración al foro donde apareció el artículo de Castaño y veo que hoy fue publicada. Sin embargo, es tardía esa nota, pues -repito- hasta hace 48 horas pude notar la usurpación de mi nombre por parte de quien está acostumbrado a esas trampas.

Este mensaje es simplemente aclaratorio. El hurto de mis apellidos me ha causado contratiempos e incomodidades. Quisiera que fuera más visible y por ello repito la aclaración que apareció en SoHo. Y no me explayo más en otras situaciones escabrosas de Castaño para no aburrirlos. Con afecto, un abrazo:
JAIME DE LA HOZ SIMANCA
C.C. 8'698.596 de Barranquilla


Jaime de la Hoz Simanca
Con mi nombre y apellidos reales y el número de mi cédula de ciudadanía, 8'698.596, de Barranquilla, aclaro que no soy el de la Hoz Simanca que aparece en este foro firmando un texto que exalta al señor Castaño, a quien conocí como editor de Al Día, mientras yo era Jefe de Redacción de El Heraldo. Nunca estuve de acuerdo con ese periodismo abominable que aplicó Castaño en el mencionado tabloide ni tampoco comparto la estela de suciezas que riega en su comportamiento como colega y 'amigo'. Cada verdad que dice -las he reconocido- las empaña con mentiras, usurpación de nombre y otras tretas propias del bajo mundo. Ojalá llegue a ser grande, como dice el que suplantó mi nombre. Ojalá. No lo creo.


http://www.soho.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=11749

Omar Elneser Osman: sonrisa amable, manos pródigas y talento generoso


Con el apellido Elneser comencé a familiarizarme desde cuando en los pequeños pupitres del jardín infantil en el colegio Gimnasio Girardot tenía mi primer contacto con el estudio. En cada curso había un Elneser y en cada uno de ellos la alegría, el entusiasmo y la chispa de quien tiene la fortuna de habitar en la feliz etapa de la infancia.

Analytic