lunes, 28 de septiembre de 2009

La Vanguardia

Por: Nuria Barbosa León, periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba

“En cada cuadra un comité”, así ha sido desde el 28 de septiembre de 1960 en que Fidel pronunció un gran discurso desde el Palacio Presidencial en la Habana Vieja y dijo textualmente:

“Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria”.

Ese fue el motivo para fundar el Comité de Defensa de la Revolución, organización integrada voluntariamente por más de ocho millones de personas de comunidades urbanas y asentamientos rurales, y que su misión fundamental está en la vigilancia y la prevención del delito y las ilegalidades.

Surgió en el momento de definición de la revolución donde los sabotajes y actos terroristas fueron frecuentes para fomentar la inestabilidad del sistema y crear el pánico y desacuerdo con las medidas revolucionarias.

Presente estuvo en la campaña de alfabetización, en la distribución de alimentos, en el cuidado de los bienes patrimoniales y personales, en la vacunación y en la movilización para la defensa del país y las marchas combatientes.

Se ingresa a los CDR cuando el joven cumple los 14 años de edad y de forma voluntaria se pide la integración a los efectivos residentes en el barrio, se abona una cuota mensual de 25 centavos de pesos cubanos y se participa en todas las actividades convocadas en el lugar de residencia.

Los dirigentes de base de la organización son elegidos por los vecinos atendiendo a sus méritos dentro de la comunidad, su actuar moral y al papel que desempeñan para solucionar los conflictos a nivel comunitario. Una acción importante de los CDR es el trabajo comunitario y los comicios que se desarrollan cada dos y cuatro años.

Tareas desplegadas han sido fomentar la donación de sangre voluntaria para salvar vidas; la recogida de materias primas; el embellecimiento del entorno con la limpieza de calles; la colocación de adornos y la siembra de árboles frutales y huertos; la protección ante los ciclones y catástrofes; la inmunización contra la poliomielitis, el tifus, el tétano, así como la campaña antivectorial contra el dengue y los roedores e insectos; la guardia en los centros estatales y en las costas y playas para evitar el tránsito de estupefacientes por la plataforma marítima del país.

Momento de unidad representa la caldosa (alimento realizado con la cocción de viandas, condimentos y huesos) que se realiza cada 27 de septiembre en espera del 28, espacio en que los vecinos se reúnen para juntos cocinar, charlar y bailar.

Se impone en los momentos actuales un mayor dinamismo; la iniciativa de la juventud para asumir tareas; la búsqueda de cuadros capaces en los niveles municipales y provinciales; el destierro de la rutina, la voluntad de imponer nuevos métodos y estilos de trabajo; buscar nuevas fórmulas a problemas viejos y cambiar lo que deba ser cambiado.

Decir cederista es identificarse con la comunidad, solidarizarse con el vecino, ayudar al prójimo, proteger los bienes comunes, velar por el cuidado del medio ambiente, estar presente en y por la patria.

Para felicitar a la familia del pueblo cada 28 de septiembre, baste cantar:

Desde la Sierra a la ciudad
tanto en el monte como en el mar
cuadra por barrio
barrio por pueblo
a la vanguardia, va el Comité

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