Por: César Arismendi Morales
En la dinámica actual de los negocios, las actividades de turismo y salud se unieron para encontrar nichos de mercado a los que no pueden penetrar de manera individual. El valor que se le asigna a la fuerza de trabajo y las diferencias de tasas de cambio, han permitido que muchos países y ciudades con atractivos turísticos, también lo sean en la atención de problemas de salud. Así ha surgido el sector denominado de turismo, salud, estética y belleza. Esta combinación les permite a los pacientes nacionales e internacionales acceder a excelentes servicios quirúrgicos, estéticos y servicios médicos especializados, mientras disfrutan de una agradable y memorable estadía.
A partir de conjugar las actividades comerciales que ofrece la ciudad de Maicao con el de la salud, la nación, el departamento, el municipio y el propio Hospital San José se embarcaron en un ambicioso proyecto de construcción de un nueva sede. Una idea perfecta para unir turismo, negocios y bienestar personal. El resultado ha sido una bellísima edificación, muy bien dotada con equipos de nueva generación para prestar servicios de tercer y cuarto nivel de atención, pero insostenibles. Recientemente, la comunidad de médicos especialistas hicieron un paro en sus labores, lo cual es contradictorio con la visión inicial de prestar un excelente servicio al paciente, mientras está de paseo y de compras en la ciudad fronteriza.
La apuesta se encaminaba a la atracción del mercado de salud, estética y belleza del Caribe y el Estado Zulia. Adicionalmente, ser el lugar receptor de los servicios de referencia de tercer y cuarto nivel de la red hospitalaria de La Guajira. La gran dificultad que actualmente tiene el Hospital San José de Maicao, es que las ideas que se vendieron para su construcción y dotación no quedaron consignadas y ni operacionalizadas en un plan institucional de mediano y largo plazo. Hoy el hospital sin memoria institucional, se debate entre la vida y la muerte. Las falencias en la sostenibilidad financiera, lo pone al borde de una declaratoria de quiebra e inmediata aplicación de la Ley 550 de 1999.
Existen diversas alternativas para salvar a nuestro hospital, pero todas ellas pasan por la aplicación de la fortaleza institucionalidad de las entidades territoriales y de salud. Algunas las he discutido con el Senador Jorge Ballesteros y giran en torno de intervenir y controlar la red de IPS indígenas. El hospital que viene migrando sus servicios hacia el tercer nivel, transitoriamente debe poner sus ojos en los servicios de primer nivel, ya que en este se realizan contrataciones capitadas con pagos continuos, seguros, bajas glosas y flexibles.
Sin temor, deberíamos solicitar al Ministerio de Protección Social asesoría para su tercerización. Los servicios de UCI y apoyo diagnóstico deben ser incluidos. La tercerización debe orientarse especialmente a cubrir servicios no POS, allí el hospital puede participar de una torta departamental de $10 mil Millones que se gastan en remisiones a Santa Marta y Barranquilla. Igualmente, establecer una estampilla Hospital San José de Maicao en la contratación de salud, recursos que servirán para redistribuirse en el sector y mantener las instalaciones de este hospital, que sin estar totalmente terminado ya comienza a mostrar su deterioro.
En la dinámica actual de los negocios, las actividades de turismo y salud se unieron para encontrar nichos de mercado a los que no pueden penetrar de manera individual. El valor que se le asigna a la fuerza de trabajo y las diferencias de tasas de cambio, han permitido que muchos países y ciudades con atractivos turísticos, también lo sean en la atención de problemas de salud. Así ha surgido el sector denominado de turismo, salud, estética y belleza. Esta combinación les permite a los pacientes nacionales e internacionales acceder a excelentes servicios quirúrgicos, estéticos y servicios médicos especializados, mientras disfrutan de una agradable y memorable estadía.
A partir de conjugar las actividades comerciales que ofrece la ciudad de Maicao con el de la salud, la nación, el departamento, el municipio y el propio Hospital San José se embarcaron en un ambicioso proyecto de construcción de un nueva sede. Una idea perfecta para unir turismo, negocios y bienestar personal. El resultado ha sido una bellísima edificación, muy bien dotada con equipos de nueva generación para prestar servicios de tercer y cuarto nivel de atención, pero insostenibles. Recientemente, la comunidad de médicos especialistas hicieron un paro en sus labores, lo cual es contradictorio con la visión inicial de prestar un excelente servicio al paciente, mientras está de paseo y de compras en la ciudad fronteriza.
La apuesta se encaminaba a la atracción del mercado de salud, estética y belleza del Caribe y el Estado Zulia. Adicionalmente, ser el lugar receptor de los servicios de referencia de tercer y cuarto nivel de la red hospitalaria de La Guajira. La gran dificultad que actualmente tiene el Hospital San José de Maicao, es que las ideas que se vendieron para su construcción y dotación no quedaron consignadas y ni operacionalizadas en un plan institucional de mediano y largo plazo. Hoy el hospital sin memoria institucional, se debate entre la vida y la muerte. Las falencias en la sostenibilidad financiera, lo pone al borde de una declaratoria de quiebra e inmediata aplicación de la Ley 550 de 1999.
Existen diversas alternativas para salvar a nuestro hospital, pero todas ellas pasan por la aplicación de la fortaleza institucionalidad de las entidades territoriales y de salud. Algunas las he discutido con el Senador Jorge Ballesteros y giran en torno de intervenir y controlar la red de IPS indígenas. El hospital que viene migrando sus servicios hacia el tercer nivel, transitoriamente debe poner sus ojos en los servicios de primer nivel, ya que en este se realizan contrataciones capitadas con pagos continuos, seguros, bajas glosas y flexibles.
Sin temor, deberíamos solicitar al Ministerio de Protección Social asesoría para su tercerización. Los servicios de UCI y apoyo diagnóstico deben ser incluidos. La tercerización debe orientarse especialmente a cubrir servicios no POS, allí el hospital puede participar de una torta departamental de $10 mil Millones que se gastan en remisiones a Santa Marta y Barranquilla. Igualmente, establecer una estampilla Hospital San José de Maicao en la contratación de salud, recursos que servirán para redistribuirse en el sector y mantener las instalaciones de este hospital, que sin estar totalmente terminado ya comienza a mostrar su deterioro.