El pasquín, originalmente es un diario de muy pobre
nivel, que vive en la mayoría de los casos de la denuncia y el escándalo. El
origen de la palabra hay que buscarlo en el italiano lengua en la cual se
escribe "pasquino" (pronúnciese la "u" y léase "pascuino").
El vocablo proviene del nombre del gladiador romano Pasquino, en cuya estatua
se adherían escritos con sátiras, burlas y críticas contra personajes públicos.
En nuestro medio ha revivido en la forma de hojas
sueltas, fotocopias de mala calidad e incontables horrores ortográficos, en
cuyos textos se puede leer (si es que hay quien quiera leerlos) toda clase de
improperios y canalladas contra las personas, relacionadas principalmente con
su vida íntima, su conducta moral y, lo más importante, sus relaciones
amorosas. También se usan como medio de divulgación las redes sociales y los perfiles falsos, detrás de los cuales se esconden los cobardes cuyo estilo de vida es dañar y dañar a los demás.
Habida cuenta del auge que los pasquines han tomado en
los últimos días, hemos decidido redactar un práctico manual con instrucciones
precisas para elaborarlos. Tome papel y lápiz y anote estas prácticas
recomendaciones:
1o. Mezcle dos gotas de verdad en un litro de mentira.
Preferiblemente en un galón. Si usted no incluye un tanto, al menos un tantito
de verdad, va a fracasar como "pasquinólogo". Le aconsejo mirar bien
este punto. Si un caballero no se ha casado, a pesar de sus treinta años,
invente que es homosexual. Si el mismo Señor tiene amigos, diga que estos son
sus compañeros de aventuras. Si un funcionario público compra un auto nuevo
(verdad) diga que es producto de sus actos de corrupción en el cargo (mentira o
verdad, ¿a usted qué le importa?). No se le olvide, por cada litro de mentira
mezcle dos gotitas de verdad. Repito: no olvide esto quiere triunfar como
redactor de pasquines.
2. Nunca de la cara. Esta recomendación es muy
importante. Revelar su identidad lo puede meter en un berenjenal más grande del
que usted quiere armar para sus víctimas. Dar la cara suele hacer perjudicial
para la salud. Por eso, su pasquín debe ser anónimo y evitar cualquier pista
que pueda delatarlo. Recuerde bien: si lo descubren estará pedido; si se dan
cuenta que su mente ideó el libreto puede tener un disgusto. La gente suele
enojarse y enojarse mucho cuando es involucrada en un pasquín.
3. Sepa elegir a sus víctimas. Escoja personas cuyo
carácter de notables ayude a crear una mejor historia. Al público le gustaba
que le cuenten cosas sobre la gente a la que conoce. Y le gusta saber noticias,
aunque sean mentiras de las personas a las que conoce. No le niegue a nadie el
placer de deleitarse a costa de la honra ajena.
4. No se olvide de incluir errores (ojalá horrores) de
ortografía, gramática y redacción. Ningún pasquín respetable prescinde los
errores porque éstos le dan el toque especial, la categoría de Pasquín, de
publicación del bajo mundo y, además, contribuyen a despistar a quienes se
interesan en descubrir al autor o autores del escrito. No se le olvide escribir
zorra con S; miserable con "V" y Cartagena con "c" con
minúscula y con jota.
Los errores de ortografía le dan estatura a su
pasquín. Estatura muy baja como para insertarse en el mundo de las calumnias y
las infamias.
5. Propague el pasquín, porque ¿de qué sirve
escribirlo si no tiene lectores? Imprímalo, fotocópielo y mándelo a repartir
(No es aconsejable que usted mismo lo distribuya). Pida que lo peguen en los
postes; que nos regalen en los puestos de revistas; que lo lancen al viento en
el mercado; que lo deslicen por debajo de las puertas. Abra una cuenta de
correo electrónico (no use su nombre) y mándelo por internet a todas las
direcciones posibles.
Si ya se decidió a escribir el pasquín no ahorre
esfuerzo para darlo a conocer. Si usted es un verdadero campeón de la
"pasquinología", tenga en cuenta que todos los medios son válidos. No
descarte pegar una copia en la puerta del templo y otra en el tanque del carro
que reparte el agua en el barrio.
6. Si de verdad verdad quiere dedicarse a la
"pasquinología" despídase de los escrúpulos, renuncie a los valores y
olvídese de los principios. Si en verdad quiere seguir adelante piénselo bien,
porque este pecado contra la honra ajena es incalificable y sólo las personas
perversas y de mentes retorcidas lo cometen. Antes de comenzar a escribir
arrepiéntase, confiésese con su conciencia y pida perdón a Dios. Escribir
pasquines es propio de los cobardes e indecentes. De los seguidores del diablo.
Quien lo hace lleva debajo del brazo una bomba que puede explotarle ahora o más
tarde. Y en su mano la llave que abre la puerta del infierno.
Por: Alejandro Rutto Martínez
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