PROF. RAMIRO ALFONSO CHOLES ANDRADE
La visión que tienen de los Maicaeros, algunos sectores del país y de la región, no son los mejores. Duele tanto que ni siquiera nos pellizcamos. Lo único que se nos ocurre decir es:” Que otros andan peores que nosotros” y continúan vivitos y coleando”. Como complemento se aduce, que todo es animadversión, resentimientos, discriminación y cobarde envidia.
En verdad que nada se nos da gratuitamente, así nos duela desde la silla
turca hasta el dedo gordo del pié izquierdo .Puede que estemos frente ante lo extremo pero, algo está sucediendo en el pueblo y por defecto en la Dirigencia Maicaera. Es mejor que nos hagamos los cuestionamientos necesarios para compartir y debatir ideas o propuestas, que nos ayuden poderosamente a repensar sobre el futuro que debemos dejarle a las generaciones venideras.
Frente a la realidad presente: Con pobres resultados, problemáticas de todo orden, crisis, atraso, subdesarrollo, improvisaciones, negligencias, anquilosamiento etc. Son especie de infecciones que al paso vertiginoso del tiempo, empobrecen irremediablemente a los pueblos.
Son muchos los factores que atentan contra el devenir y progreso de las municipalidades. Pero, la intromisión en la administración de la cosa pública de una serie de vicios, malos hábitos, las prepotencias, el afán de hegemonías, las figuraciones, el padrinazgo, el enriquecimiento de cuatro bandas y la predisposición desmesurada por el serrucho, la pica etc. Todas éstas perlas de alguna manera y en forma mágica, sobreponen los intereses individualistas sobre los pluralistas o colectivos ---ésta nefasta inversión junto con una indisciplina social hasta el cuello, nos viene persiguiendo como mala leche robándonos los sueños y el oxigeno de la esperanza que aun nos queda.
Actualmente gravitan sobre los espacios maicaeros no menos de siete tópicos, por cierto; muy coyunturales y que por encima de todo merecen el análisis de l quienes mantienen las mayores responsabilidades y el acompañamiento de las decisiones políticas
No se alcanza a entender por qué frente a unas problemáticas internas de grueso calibre, las respuestas han sido la indiferencia, la omisión o el olvido.
Llamo la atención, como un ciudadano común con derechos y deberes, a l suelo maicaero le debo mucho y el hecho de sugerir, opinar o disentir es un ejercicio con la intención de abonarle al pueblo la gran deuda contraída desde años a-.. Es un compromiso que con orgullo debo cumplir.
Es totalmente imposible y retrógrado, seguir esperando que las soluciones nos lleguen por encargo o por el fenómeno de osmosis---todos como ciudadanos del terruño estamos obligados a desear, luchar o liderar acciones, inscribiéndonos en las soluciones.
Un gran afortunado fue Gandi cuando nos señaló: “Que es mas cruel y peligroso el silencio de la gente buena, que la perversidad de la gente mala “
Hoy, más que en otra oportunidad, la tierra llama a sus hijos naturales o adoptivos, para que se pronuncien voz en cuello; sobre el Maicao que queremos y frente a los siguientes tópicos:
1.- AEROPUERTO LA MAJAYURA O ALMIRANTE JOSE P, PADILLA.Con tristeza se observa que el otrora aeropuerto maicaero, paulatinamente se viene pareciendo a un cadáver insepultota amnesia ha sido tan Pronunciada, que hasta se ha olvidado; que el movimiento comercial, ha sido la fortaleza desde sus primeras auroras, por tanto no hay razones para entender tantas carbonerías y tantos olvidos. La ciudadanía pide a gritos el aeropuerto y no un cangrejo Maicao merece y necesita su aeropuerto.
Desde hace largos años, se cocina la idea en común acuerdo con los Riohacheros, para la construcción de un gran aeropuerto equidistante para ambas ciudades Esta propuesta por donde se le mire es viable y se aparta del prurito en continuar con los pañitos de agua tibia. Es la oportunidad de un reto mayúsculo con proyecciones a largo plazo. Pero, hay que pasar de las palabras a los hechos. Dios quiera que se pellizquen los buenos y mejores hijos de ambas poblaciones. Bastan, no más comentarios, indecisiones o francachelas ---Esta obra es vital y no se puede seguir jugando con las aspiraciones de los pueblos.