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miércoles, 16 de noviembre de 2022

Reseña del libro Ritual de arena y viento (Primera parte)


Autor: Limedis Castillo Mendoza


Editorial:  Lunari

Número de páginas: 93

Género: Cuento


El  ritual de arena y viento es una colección de siete textos que se enmarcan bien en la definición de lo que es un cuento.  
Su autor es el escritor riohachero Limedis Castillo Mendoza, quien desde hace cierto tiempo nos sorprende con su literatura con sabor a tierra, en donde hace una atractiva mezcla de realidad y ficción para producir libros de la calidad de Siete formas del otro (2007);  Dunaria y el Fuego (2.014) y el poemario Plegaria de Ulises (2015).
Limedis Castillo

Ha bebido en la excelsa fuente de conocimientos del taller literario El Solar dirigido por Gustavo Maceas y ha ganado premios departamentales de cuento y ensayo. Además es un tenaz  promotor de la lectura entre sus estudiantes lo que le ha valido varios reconocimientos del Ministerio de Educación Nacional.

Limedis Castillo en su labor docente

El libro que nos ocupa se inicia tiene una buena dosis de erotismo,  dolorosos sucesos cotidianos como el de la madre que abandona a su bebé recién nacido en cualquier parte y después, en un acto de tardío arrepentimiento regresa a donde cree que aún puede encontrarlo, la vida de un antropólogo y un sacerdote extranjeros enfrentados a la realidad mítica de un territorio indómito, el miedo recurrente unido a la esperanza angustiosa de que el muerto en tránsito hacia su última morada no sea el muerto que nos duele, el abuso sexual  contado desde la óptica del victimario que a su vez se declara víctima del engaño de una menor de edad y el segundo dolor de los  cadáveres de los desaparecidos  a quienes los buscadores de despojos humanos no encuentran  por más cerca que estuvieran de hacerlo.

En el primer cuento, Delirio,  se mezcla  la enfermedad, la hombría y la necesidad de un joven estudiante con el  desenfreno y  el incontenible deseo causado por un largo período de abstinencia de la dueña de la casa, una cincuentona que lo cuida en sus noches de fiebre y le administra misteriosos medicamentos  con los cuales le baja la fiebre pero le sube la líbido.

Ausencia de su cielo es el relato de la joven a quien sus amoríos fugaces la llevan al doble arrepentimiento de quedar encinta y luego abandonar al bebé…ayudada por informaciones fragmentarias va a buscar al niño a un hospicio, pero... (no les puedo contar en la reseña, espero que usted como lector descubra lo demás por su propio esfuerzo.

La mejor de todas las historias es Una puerta en el desierto porque mezcla realismo mágico, mitos ancestrales, sucesos sobrenaturales y una espeluznante mezcla de fantasía y verdades bien contadas.   

En sus líneas aparece un personaje real,  tal vez de los más queridos italianos que ha pisado territorio guajiro: el padre Marcelo, a quien las circunstancias empujan a deshilvanar el misterio relacionado con la desaparición de un antropólogo francés. 

La trama de este cuento es en verdad escabrosa, misteriosa, espeluznante. Mejor caminen  ustedes mismos hacia el interior de  esa  habitación protegida con la cadena herrumbrosa a donde nadie se atreve a entrar, eso sí, háganlo por su propia cuenta y riesgo. 

Leer la segunda parte de esta reseña


domingo, 16 de octubre de 2022

Crónica del primer encuentro de escritores en la Tierra Amable (cuarta parte)


Hubiéramos querido ir a acompañar a Abel Medina y compartir con los niños, niñas y adolescentes pero... ya estaban terminando. El retraso nos había pasado factura.

Leer la tercera parte de esta emocionante crónica

A las 12 en punto estuvimos reunidos en el comedor en donde conocimos a Mario Romero y su equipo de trabajo del cual hacen parte Clara Inés Bolívar y Marcia Fonseca. 

Además fue la primera oportunidad para el reencuentro de escritores: ahí estaban Limedis Castillo y su nuevo look fitness; Ella Celedón  y sus llamativos rizos; Delia Bolaños y su sonrisa inconfundible; Lila Sagbini con sus versos a flor de piel; Jhony Beleño con su poesía rebelde y estábamos a la espera de quienes se encontraban atrapados en alguno de los frecuentes bloqueos de las carreteras, entre ellos los profesores Álvaro Suescún y Luis Barros. 

En una mesa aparte Marcela Soto Angarita, quien sería la presentadora oficial del evento de la tarde, repasaba la programación con Mario Romero, director de la Biblioteca Municipal.

Terminado el almuerzo nos despedimos y convinimos encontrarnos a las 2:30 para iniciar el programa en el que se haría el homenaje a Arcesio Romero y además tendríamos conversatorios y recitales.

Estuvimos puntuales, tal como habíamos acordado. Después de los actos protocolarios que incluyeron los himnos de Colombia y Barrancas, la oración al Creador por la secretaria de educación María Victoria Barros  y la bienvenida y 
presentación del programa por parte de Mario como director de la Biblioteca.


Acto seguido se dio inicio al diálogo entre el homenajeado Arcesio Romero y uno de los escritores asistentes. Y… ¿saben a quién escogieron?

Exacto, el escogido fue quien les escribe, un honor grande y desafiante para el cual aún no encuentro explicación lógica.

En todo caso, el autor y su entrevistador dialogaron por espacio de cuarenta minutos sobre la vida de Arcesio y algunos de los quince relatos que componen el libro “Disrupciones”. 

Arcesio Romero cuenta con un gran reconocimiento en toda La Guajira y en especial en su pueblo natal. Prueba de ello es el lleno que tuvo el auditorio: la mayoría de los asistentes llegaron con la intención de escucharlo a él y de conocer un poco más su obra literaria. 

Los barranqueros mayores gozaron con cada historia porque algunos de ellos fueron coprotagonistas o conocieron los hechos cuando deambulaban por las calles del municipio rogando para que alguien los plasmara en una pieza literaria. Y fue el autor de Disrupciones quien les hizo la reverencia.

A las cinco y un minuto terminó el homenaje y comenzó la presentación de Lila y Delia, y al lado de las dos el moderador de lujo: Abel Medina Sierra, uno de los más destacados orfebres de la palabra en el Caribe. Las dos damas de las letras premiaron a los asistentes con historias de sus vidas y extractos de sus obras. 


Las dos damas de las letras hablaron de sus obras y en especial de las más recientes. La profesora Sagbini se refirió a su bello libro Alquimia de la Palabra, mientras Bolaños trajo un trabajo recién salido del horno titulado El lápiz rosado.

Acto seguido pasaron al frente  los profesores Álvaro  Suescún y  Luis Barros  quienes nos sorprendieron con sus palabras...¿Saben de qué hablaron ellos?

Leer el quinto y último capítulo de esta emocionante crónica

viernes, 24 de septiembre de 2010

Limedis Castillo: algunos de sus poemas

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ISAURA

Mujer Aquí vengo… Escrutando toda forma Redescubriendo palabras a ras de piel En esa frondosidad de tu olor soy nadie Hago mía la contradicción de tus estáticos labios Estamos solos… La crisálida del deseo me carcome y sin embargo el signo de tu sexo me arrebata el aliento Bulle la sangre… Incendiados tus ojos revelan romerías de besos que esperan y con aprobación Huye la noche llevándose como un ángel ciego nuestra única sombra

FLOR

Nombre, azahar, lirio y malva. No dices nada, huyes de mí, colmada de picardía y en tus silencios mis deseos afloran, aroma de un después, aunque no pueda resistir el incendio de labios; ceniza para siempre seré. Me reclamo. Me reclaman: el jazmín en los ojos y el jacinto de cuerpo húmedo. Lo que no es noche es libido en ti. Mis palabras irían en manada; astromelias para ser derrotadas te esperan. Esperan tu sombra de pólvora y crimen. Y en un vientre mineral de orquídeas despojo mi pasado. He de volver a la almena como un pájaro. He de volver al polen fresco del insomnio. A la obstinación de predicar desde el vino

ALANIA

Amarga es la demagogia
de cada suicidio
de cada palabra
Y otra vez surge la fuga con una falsa predisposición
Falsa en el exceso
de un deseo
un infierno
el placer solo sólo en ti
Desnudez refugiada en estas manos
En esta mirada mía de condenado a muerte
Donde se desvela la música de un espejo
Y espero quizás en el pedestal de un goce
Gozo casi exiguo
en el tenue perfil
de una noche
un ayer
He atrapado su vientre en una estación reclusa
Distancia reducida
en un viernes baldío
Pródigo llego allí
Se llenan de algo
las horas
el fuego
la rueda
Todo discurre en aquella ausencia
donde se arrastran ciegos dioses
que hemos olvidado
en la infidelidad de esta ciudadanía
Y es culpar y olvidar atisbo de lo perdido
Luz en un estanque que me excede
Un ruido llama al caos que se repite
y habita así el mundo gris de las aceras
y esta sorda ruina como el frío de la piedra :
Distancia de dios y su herida
Casi infinito en el asilo de un nombre:
Pájaro que atrapa la manía de poseerte
Calculando en las honduras de qué pasado
En la jerarquía de la sal
donde se funden los exilios
Suenan campanas como la primera infancia
y en aquella austeridad del agua
la aridez cae en el destierro
como en el cactus:
Ciudad ostensible que yace en lejanía azul
Alania es tu nombre
Género en la reliquia de esta ciudadanía…

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