viernes, 11 de julio de 2008

Razones de la victoria de Boyacá Chicó como campeón de Colombia

Por: Alejandro Rutto Martínez

Había sido una semana emocionante en Colombia: el Ejército Nacional, en una operación limpia y eficaz, liberaba a 15 ciudadanos secuestrados por las y los devolvía a la libertad en medio de la alegría de sus familiares residenciados en tres países correspondientes a sus respectivas nacionalidades. En medio de esa noticia tan importante y halagadora el fútbol pasó a un segundo plano y la prensa dio poco espacio para el primer juego de la final de fútbol profesional entre América de Cali y Chicó , liquidado con empate a un tanto que bien pudo ser victoria para el visitante de no ser por la anulación de un gol por parte del juez central quien señaló la finalización del partido cuando la pelota iba en camino a la red del equipo caleño. Afortunadamente por la abundancia de informaciones relacionadas con el operativo de liberación, tampoco hubo tiempo ni espacio para recoger las declaraciones de Alberto Gamero y Eduardo Pimentel, técnico y presidente del cuadro damnificado por la controvertida decisión.

El domingo 6 de julio era muy diferente en Tunja, capital boyacense y ciudad escogida por el Chicó para su exilio causado por la falta de hinchada en Bogotá, ciudad donde había nacido. El cronómetro marcaba el minuto 83 y los locales ganaban con un angustioso 1-0 producto de una pena máxima ejecutada por su estrella Miguel Caneo en el primer tiempo. Se veía venir el empate y al fin llegó por la misma vía de la pena máxima bien ejecutada por el panameño Luis Tejada. Con ese marcador terminó el partido y llegó la temible definición de los penales. Le correspondió a los americanos Adrián Ramos y Paulo César Arango el infortunio de fallar en sus cobros y el fútbol colombiano coronó a un nuevo campeón: Chicó, el onceno con nombre de barrio que se hizo grande a base de esfuerzo, de buen manejo y de excelentes resultados.

El nuevo campeón colombiano es sui géneris por donde se le mire: es uno de los equipos más jóvenes del torneo (participa desde el 2.004), tiene uniforme ajedrezado (de cuadros, algo atípico en un campeonato en el que se imponen las franelas lisas o a rayas), nació en una ciudad y se trasladó a otra, tiene como presidente a un ex jugador de fútbol que además fue su técnico y es un club verdaderamente organizado, prácticamente el único constituido como en la actualidad como una sociedad anónima.

¿Qué llevó a este equipo a constituirse en campeón en tan corto tiempo de su paso por el profesionalismo? ¿Qué lo llevó hasta la cima, a donde solo llegan los mejores?
..
Miremos algunas de las razones de su éxito:

1. Por una buena disposición de sus veteranos. Jugadores cono Hebert "Chaca" Palacios, Víctor Danilo Pacheco y Edigson "Prono" Velásquez marcaron diferencia y se hicieron sentir y su aporte fue fundamental a lo largo del torneo y en la final. Palacio dio seguridad en el fondo; "Pachequito" fue el socio ideal para el argentino Miguel caneo y Velásquez fue garantía de que el marco estaba bien custodiado.

2. Por su actitud: entre el nuevo campeón y un equipo chico a diferencia es mucho más que una tilde. Chicó asumió con grandeza cada uno de sus compromisos y tuvo el suficiente coraje para resistir dos golpes anímicos: el de la anulación del gol en Cali (decisión a todas luces injusta) y el del empate de América cuando solo restaban seis minutos para terminarse el partido de Tunja.

3. Por la sed de triunfo. El equipo conquistó el título de la B y llegó como ganador al torneo de la A. Y nunca se conformó con menos. Su característica de club ganador se evidencia en los resultados de sus últimas campañas. Este año se armó para dar la pelea en la Copa Libertadores torneo en el que no avanzó muy lejos debido a su falta de roce internacional. Pero se concentró en el torneo local y fue grande entre los grandes.

4. Porque supo colonizar una tierra de poca tradición para el fútbol. Boyacá es la cuna de la independencia y en ella se vive la esencia de la patria. De sus carreteras han salido nuestros mejores ciclistas y es tierra de héroes, pero de poca tradición futbolera. La gente del Chicó, huyéndole a la soledad que le acompañaba en sus juegos de local en Bogotá se refugió en Tunja y comenzó a forjar una afición que ahora se siente orgullosa de su equipo y no se cambia por nadie ente sus éxitos. Su estadio tiene escasa capacidad para una final por lo que se insinuó la posibilidad de que el encuentro final se jugara en otra ciudad a lo que el presidente del club, Eduardo Pimentel, respondió: "Juego en Tunja o no juego".

5. Por Alberto Gamero. El entrenador samario fue artífice de la victoria aunque al principio se le veía como un aprendiz de quien no se debía esperar mayor cosa. Gamero viene de una generación legendaria de futbolistas de la cual hace parte el "Pibe" Valderrama y Antony De Ávila. Él mismo fue un excelente marcador derecho partícipe del último título ganado por Millonarios en 1.988. Supo utilizar a cada jugador en el puesto y en el momento preciso e infundirle a sus hombres el ánimo necesario para afrontar un torneo corto y exigente.

6. Por Miguel Caneo. El jugador argentino llegó casi desahuciado al fútbol colombiano pero respondió a la confianza de los directivos, la hinchada y el cuerpo técnico. Al final fue no solo el líder del equipo, el jugador desequilibrante, sino el goleador de torneo y el mejor futbolista del semestre.

7. Por Eduardo Pimentel. Este es, posiblemente el factor número uno. Pimentel el presidente. Pimentel el que pelea por lo suyo. Pimentel el que le pone temperamento al asunto. Pimentel el que se hace multar antes de quedarse callado cuando, a la luz de sus convicciones, es tratado injustamente. Pero el presidente del equipo fue más que un hombre de carácter: fue el encargado de conseguir los patrocinios; fue quien armó una nómina de bajo costo para enfrentar a los poderosos; fue quien le dio la confianza a Gamero; fue el que enseñó a los boyacenses a querer como suyo un equipo llegado de otras latitudes. Eduardo Pimentel hizo una carrera interesante: pasó de jugador a entrenador y de entrenador a presidente. Y ahora es campeón de Colombia. ¿Qué vendrá ahora? De él podemos esperar lo increíble.

Padre querido

Por: Ramiro Choles Andrade


I

Con sus luces eternas
Iluminen con calida ternura
El espacio donde estés...

II
Latente siga tu recuerdo
Así el tiempo discurra
Inexorablemente.

III
Que tus amorosas manos
Prodiguen las bendiciones
Que hoy más que nunca
Necesitamos con urgencia
Para seguir soñando
En la tierra grata
En risueños arcoiris
Con la palabra empeñada
Con la hermandad del vecino
El saludo y tinto de los abuelos
En casitas de cartón
Con olores a sándalo
Y sagrados inciensos.
Con las muñequitas de trapo
Con alegres carrumbas
Rústicos carritos
Y altivas cometas
Mofándose de los fuertes vientos.
Con los milagros siniguales
De las cartillas de cartón
Y con las palmetadas
De los maestros
Extirpando la oscuridad
Para que reine la luz.

jueves, 10 de julio de 2008

LEGISLAR EL CONFLICTO ARMADO, UNA PREMISA EN EL ISLAM

Por: Pedro Delgado Moscarella (Profesor de religión, Colegio Colombo Árabe)

Los últimos acontecimientos ocurridos en Colombia frente a la liberación de los quince secuestrados en poder de las FARC por parte del gobierno colombiano han puesto en evidencia la crueldad y barbarie desarrollada por esta organización conformada en 1964 con el argumento de derrotar la injusticia de Estado. De hecho han perdido vigencia con sus acciones a medida que la dinámica social avanza frente a escenarios totalmente reformados y cambiantes sin que por parte de las FARC existan propuestas que permitan modificar los métodos de proselitismo y lucha popular. Que la acción popular armada fue una realidad en la historia de pueblos, es una verdad incuestionable, lo repudiable son los métodos utilizados en este tipo de conflictos.

La vigencia de la guerrilla tuvo su alborada debido a que se relacionó como un medio de ofensiva contra un poder imperante jugando un papel importante en las luchas de independencia Latinoamericanas en México, Nicaragua y Cuba entre otros, la acción misma existe desde la antigüedad donde también tuvo su escenario por citar algunos ejemplos la conquista judía a Canaán según relatos bíblicos con ataques sorpresivos, el general y estadista cartaginés Aníbal al cruzar los alpes perdió a varios de sus guerreros a manos de tribus salasias, aunque el concepto moderno de guerrilla se origina en España frente a las luchas contra las tropas invasoras de Napoleón cuando este la consideró una pieza esencial para el dominio del Mediterráneo pero más aún presionado por los pañeros franceses que pretendían que los productores españoles de lana merina y los agricultores de algodón les suministrasen estos insumos.

De todo este contexto lo que llama realmente la atención es la mirada de simpatía y apoyo de un sector “culto” e influyente en el mundo, para con las FARC. Ha quedado ampliamente demostrada la violación del derecho internacional humanitario en cada una de sus acciones, contraviniendo protocolos elementales en el combate, que si bien no se enmarcan en las convenciones de Ginebra porque simplemente este grupo no posee estatus de beligerancia, el carácter axiológico como dimensión humana regula cualquier comportamiento que se materializa en el respeto por el adversario evitando, limitando el sufrimiento de los actores del conflicto, siendo el secuestro de civiles, la ejecución de personas en estado de indefensión, el sometimiento a las humillaciones de los retenidos por parte de los integrantes de este grupo, la descripción más romántica del drama al que son sometidos los directa e indirectamente involucrados en esta tragedia humana.

La justificación moral del conflicto aparece dentro de las argumentaciones de Tomás de Aquino en Summa Theologiae presentado como “guerra justa”, por otro lado Ibn Khaldun evidenciaría las causas materiales de la guerra. Locke hablaría sobre el derecho a la rebelión y Marx lo enmarca dentro de la lucha de clases. La incompatibilidad de caracteres e intereses de quienes interactúan hacen posible su aparición y a partir de estas discrepancias surgen los desacuerdos, hostilidades, diferencias desde lo más simple a lo complejo. La “funcionalidad” del mismo le hace ver como una relación social de fuerzas positivas en tanto se puedan controlar sus potencialidades excluyentes y destructivas.

El conflicto aparecía como una conducta anormal dentro de la sociedad; la sociedad perfecta era vista como una sociedad sin conflictos, armonía y acuerdos entre sus actores, la felicidad concebida dentro de un marco de pobreza e impotencia de la imaginación, lo que Estanislao Zuleta en su ensayo “Elogio de la dificultad” plantea: “Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas, países de cucaña. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte.

Y, por tanto, también sin carencias y sin deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición. Metas desafortunadamente inalcanzables, paraísos afortunadamente inexistentes”. No se concibía el desacuerdo como posibilitador de planteamientos racionales y construcciones trascendentales, la legislación para solucionar conflictos venía dada por factores puramente radicales. Uno para devastar, eliminar y destruir al otro.

A este respecto la humanidad tiene mucho que aprender del Islam en cuanto al tema del conflicto. Cuando surge el Islam hace 1400 años como propuesta liberadora en una sociedad tribal donde la estratificación social estaba polarizada, amos y esclavos; donde las posibilidades de ascenso social estaba mediada por el linaje de la tribu y el derecho consuetudinario con su fuerza vinculante y el concepto de dignidad, exigía al momento de solucionar una divergencia se hiciese por la fuerza de las armas.

La aplicación de la ley era responsabilidad privada de quien había sufrido una ofensa. El ejemplo de tolerancia ejercida por Muhammad y sus seguidores operarían como una fuerza autónoma regida por la revelación Divina rompiendo con las tradiciones tribales de un período denominado por historiadores como de “ignorancia”. A partir del mensaje del Islam se escinde la historia de estos vastos territorios en antes y después del Islam.

Los acontecimientos sucedidos en la prédica del Mensaje, generaron rechazo por parte de una élite que financió campañas de agresiones, ataque y asesinatos a los seguidores del Islam. Muchos musulmanes fueron martirizados bajo el mando de caudillos Kuraichies (pertenecientes a la tribu kuraich) que vertieron su odio sobre indefensos musulmanes. Según el Islam, la humanidad ha sido honrada, ha sido creada por Dios en la mejor forma y naturaleza. Ya que aquel que da la vida y la muerte es Dios.

La respuesta de los musulmanes frente a este fenómeno estaría mediada por una legislación Divina, un programa completo que regiría todos los designios de la humanidad. Esta constitución reglamentó entre otros la guerra. Mientras que otras formas de vida proporcionan instrucciones de tipo moral dejando los detalles de tipo práctico a la discreción de cada comunidad, el Islam especifica los objetivos concretos para que los musulmanes se guíen por ellos, así como las reglas para lograrlos.

Un versículo del sagrado Corán establece “Quien matase a alguien sin una justa causa, es como si hubiese matado a la humanidad entera” en otro versículo indica: “Y no os matéis ( o destruyáis ) a vosotros mismos, pues Dios ha sido siempre compasivo con vosotros”. De tal manera que la prohibición de hacer daño a alguien o a uno mismo es radicalmente rechazado en el Islam. Por referir uno de tantos ejemplos de la vida de Muhammad, en la primera batalla librada por los musulmanes en defensa de su territorio, la batalla de Bader y después de haber agotado los esfuerzos para evitar la confrontación, con un ejército menos numeroso de trescientos musulmanes contra mil combatientes expertos en el arte de la guerra reclutados por los líderes de La Meca, los musulmanes triunfan resultando numerosos heridos y prisioneros.

El dictamen del profeta fue: Auxiliar a los heridos así fueran del bando contrario, asistir a los prisioneros y darles buen trato. Como condición para recobrar la libertad estaba la de enseñar a leer y escribir a diez musulmanes iletrados. El rescate de cada prisionero lo asumiría con una labor humanitaria, enseñar a leer y escribir a quien no sabe. Después de este dictamen muchos de estos hombres se negaron a regresar a las filas enemigas; en una época donde la insensibilidad contra el adversario era un valor de guerra, el conflicto se humanizaba.

El secuestro de civiles como estrategia dentro de una confrontación armada así como la toma de rehenes tiene un punto de vista preciso en la legislación coránica. Como regla general quienes no estén inmersos en el conflicto deben estar al margen de cualquier acción bélica, tales como minas anti-personas, masacres selectivas a la población civil entre otras barbaries. El Sagrado Corán dice: “Combatid por Dios contra quienes combatan contra vosotros (aquellos que tomen parte activa en la acción armada), pero no os excedáis. Dios no ama a los que se exceden”

La premisa “quienes combatan contra vosotros” tiene una importancia crucial en la interpretación del versículo ya que deduce “los que tienen categoría de combatientes”. De igual manera la cláusula “pero no os excedáis” estipula y legisla una condición ética en el combate. Excederse, según los dichos del Profeta se definen de dos maneras: Matar a los no combatientes y tratar de forma degradante e indecente a los vencidos.

En la Historia de la humanidad no existen antecedentes de tal magnitud frente a lo plantado sobre este tema por la Legislación islámica. Las reglas del conflicto armado se han transformado a lo largo de la historia de igual manera la descripción de quiénes son los combatientes, sin embargo el propósito del derecho islámico es regular no solo la relación del hombre con sus semejantes, sino también su relación con el Creador manteniendo la protección de la vida y la dignidad humana aún en las diferencias religiosas, ideológicas u origen.

miércoles, 9 de julio de 2008

LA EDUCACIÓN ES EL CAMINO


El departamento de La Guajira está ubicado en la parte más septentrional de la República de Colombia, cuenta con 763.439 habitantes, gran parte de ellos indígenas miembros de la etnia wayuu descendientes de la tribu Caribe.

La Guajira es una región con un alto potencial minero energético que contiene en su territorio altas corrientes de vientos que le permite ser una de las áreas colombianas con un promisorio futuro en la generación de energía eólica, además es un gran productor de carbón mineral, sal, gas natural, yeso y barita entre otros.

La condición de productor minero energético le aporta al departamento de La Guajira unos ingresos significativos a través de las regalías que bien pueden transformar la realidad que hoy viven los habitantes de este rincón de la patria.

El norteño territorio guajiro no solo tiene la bendición de ser una de las regiones con mayores recursos mineros energéticos, sino que asimismo tiene las siguientes particularidades: posee una zona especial aduanera que le admite ingresar productos con sólo pagar un impuesto del 4% del valor de las mercancías, el recaudo por este concepto es cedido por la nación al departamento de La Guajira para su inversión en obras sociales; la ley de fronteras otorga algunos beneficios excepcionales a La Guajira por mandato de la Constitución Nacional que contempla estos tipos de ayudas a las zonas limítrofes; la alta población wayuu permite una especial atención del gobierno central, Lo que se traduce en unas mayores inversiones especialmente en los resguardos indígenas, los cuales reciben transferencias directas de recursos para ser invertidos en el mejoramiento de sus condiciones de vidas.

Como se puede apreciar son muchas las ayudas y beneficios que reciben los guajiros para apalancar su crecimiento económico y social, es ahí donde nos asalta la pregunta del millón ¿Porqué tenemos tan altos índices de mala calidad de la educación y salud, desempleo, desnutrición, miseria y pésimos servicios públicos?

Según mi criterio no es por falta de inversión que nos encontramos en este lamentable estado de postración, la inversión pública sólo de parte de la gobernación guajira en el anterior cuatrienio estuvo cercana a los 1.2 billones de pesos sin que este significativo monto haya reducido los niveles de las plagas que nos azotan y que arriba están claramente señaladas.

Por otro lado no es normal lo que viene sucediendo con las inversiones del fondo de desarrollo para La Guajira –FONDEG-, hasta el día de hoy la nación ha cedido para este fondo la no despreciable suma de $ 72.496.499.887, los cuales deberían verse reflejado en un bienestar de los pobladores de la península, realidad que no es así llevándose de paso el anhelo de una comunidad ávida de cambios extremos en el manejo de los recursos públicos.

Como se aprecia la gestión pública territorial en La Guajira no ha llenado las expectativas populares, hecho que bien puede atribuírsele a la escasa formación en temas relacionados con la administración pública por parte de los servidores oficiales. Los equipos o grupos que se conforman para manejar la cosa política se preparan más para ganar un proceso electoral que para gobernar eficientemente.

Es la hora de implementar un fuerte programa para fortalecer la gestión institucional, especialmente en temas vinculados con la planeación y la contratación estatal, el manejo presupuestal, la operación y gestión de los servicios públicos y sobre manera capacitar a la ciudadanía para que ejerza un adecuado control y vigilancia de las acciones de sus gobernantes.
La anterior tarea deben tener el decidido acompañamiento de la Universidad de La Guajira y la Escuela Superior de Administración Pública, y si es el caso los gobiernos municipales y el departamental deberían establecer convenios con instituciones educativas de carácter privado para cumplir con esta loable tarea de fortalecimiento del ejercicio de la función pública.

Estoy plenamente convencido que con una adecuada educación y capacitación de nuestra comunidad la inversión pública mejorará ostensiblemente y en un futuro no lejano acariciaríamos el sueño de ver una Guajira prospera y productiva, con gente orgullosa de su clase dirigente. Los actuales gobernantes con la guía divina de nuestro señor tienen la palabra y el camino despejado para materializar este plausible propósito.

LA EDUCACIÓN ES EL CAMINO

Por: Samuel lanao Robles

El departamento de La Guajira está ubicado en la parte más septentrional de la República de Colombia, cuenta con 763.439 habitantes, gran parte de ellos indígenas miembros de la etnia wayuu descendientes de la tribu Caribe.

La Guajira es una región con un alto potencial minero energético que contiene en su territorio altas corrientes de vientos que le permite ser una de las áreas colombianas con un promisorio futuro en la generación de energía eólica, además es un gran productor de carbón mineral, sal, gas natural, yeso y barita entre otros.

La condición de productor minero energético le aporta al departamento de La Guajira unos ingresos significativos a través de las regalías que bien pueden transformar la realidad que hoy viven los habitantes de este rincón de la patria.

El norteño territorio guajiro no solo tiene la bendición de ser una de las regiones con mayores recursos mineros energéticos, sino que asimismo tiene las siguientes particularidades: posee una zona especial aduanera que le admite ingresar productos con sólo pagar un impuesto del 4% del valor de las mercancías, el recaudo por este concepto es cedido por la nación al departamento de La Guajira para su inversión en obras sociales; la ley de fronteras otorga algunos beneficios excepcionales a La Guajira por mandato de la Constitución Nacional que contempla estos tipos de ayudas a las zonas limítrofes; la alta población wayuu permite una especial atención del gobierno central, Lo que se traduce en unas mayores inversiones especialmente en los resguardos indígenas, los cuales reciben transferencias directas de recursos para ser invertidos en el mejoramiento de sus condiciones de vidas.

Como se puede apreciar son muchas las ayudas y beneficios que reciben los guajiros para apalancar su crecimiento económico y social, es ahí donde nos asalta la pregunta del millón ¿Porqué tenemos tan altos índices de mala calidad de la educación y salud, desempleo, desnutrición, miseria y pésimos servicios públicos?

Según mi criterio no es por falta de inversión que nos encontramos en este lamentable estado de postración, la inversión pública sólo de parte de la gobernación guajira en el anterior cuatrienio estuvo cercana a los 1.2 billones de pesos sin que este significativo monto haya reducido los niveles de las plagas que nos azotan y que arriba están claramente señaladas.

Por otro lado no es normal lo que viene sucediendo con las inversiones del fondo de desarrollo para La Guajira –FONDEG-, hasta el día de hoy la nación ha cedido para este fondo la no despreciable suma de $ 72.496.499.887, los cuales deberían verse reflejado en un bienestar de los pobladores de la península, realidad que no es así llevándose de paso el anhelo de una comunidad ávida de cambios extremos en el manejo de los recursos públicos.

Como se aprecia la gestión pública territorial en La Guajira no ha llenado las expectativas populares, hecho que bien puede atribuírsele a la escasa formación en temas relacionados con la administración pública por parte de los servidores oficiales. Los equipos o grupos que se conforman para manejar la cosa política se preparan más para ganar un proceso electoral que para gobernar eficientemente.

Es la hora de implementar un fuerte programa para fortalecer la gestión institucional, especialmente en temas vinculados con la planeación y la contratación estatal, el manejo presupuestal, la operación y gestión de los servicios públicos y sobre manera capacitar a la ciudadanía para que ejerza un adecuado control y vigilancia de las acciones de sus gobernantes.
La anterior tarea deben tener el decidido acompañamiento de la Universidad de La Guajira y la Escuela Superior de Administración Pública, y si es el caso los gobiernos municipales y el departamental deberían establecer convenios con instituciones educativas de carácter privado para cumplir con esta loable tarea de fortalecimiento del ejercicio de la función pública.

Estoy plenamente convencido que con una adecuada educación y capacitación de nuestra comunidad la inversión pública mejorará ostensiblemente y en un futuro no lejano acariciaríamos el sueño de ver una Guajira prospera y productiva, con gente orgullosa de su clase dirigente.
Los actuales gobernantes con la guía divina de nuestro señor tienen la palabra y el camino despejado para materializar este plausible propósito.

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