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viernes, 29 de septiembre de 2023

El maestro Guillermo Ospina Vélez, constructor de casas y promotor de felicidades ajenas (Sexto episodio )

Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Resumen del capítulo anterior:  Guillermo y su hijo Herbert deben regresar a casa en horas del mediodía, como todos los sábados, pero el tiempo pasa y no aparecen. Ya ha caído la noche y Sara está angustiada por la desaparición de los suyos.  ¿Qué les habrá pasado? ¿Por qué no regresan? 


Sara tenía la cara y el corazón contristado por la repentina e inexplicable desaparición de los suyos, pero en lugar de enloquecer se fue a su cuarto hizo lo que sus mayores le enseñaron: que debía hacerse en esos casos: doblar rodillas delante de Dios.

Mientras hacía sus oraciones sintió que tocaban con suavidad a la puerta. ¿Quién sería a esa hora? Obviamente bendijo a Dios, pero sabía que no era Guillermo, pues conocía su forma de tocarla puerta y lo hacía de manera fuerte. El visitante desconocido, en cambio, tocaba con suavidad y la timidez de quien llega a la casa ajena.

Cuando abrió la puerta vio a un hombre desconocido, pero de rostro familiar.

"Buenas noches, ¿es usted la señora Sara?

"Si señor, yo soy, ¿Qué se le ofrece"?, dijo ella con nerviosismo

-No se preocupe señora Sara, soy compañero de trabajo de Guillermo, vengo a decirle que él viajó, tomó esa decisión de un momento a otro. Le manda decir que no se-preocupe, que está bien, al

Igual que el niño. También le mandó este dinero para sus gastos.

- ¿No dijo cuando venía?

Dijo que vendría pronto, que prepare todo para que se vaya con él.


 Guillermo y Herbert iban sentados en sendas sillas de un bus de la empresa Almirante Padilla, rumbo a Maicao.

Sobre ese precipitado viaje Herbert se expresa, años después, de la siguiente manera:

- “Pasábamos por el terminal y mi padre sintió un impulso de montarnos en un busque iba saliendo para Maicao, en donde se encontraba mi abuelo Efraín, mi abuela y algunos de mis tíos. Apenas le dio tiempo de mandarle algo а mi mamá junto con un mensaje para que no se preocupara"

Llegaron a Maicao a eso de 1as 3 de la mañana. Se bajaron en una plaza de la que despu6s supieron que se llamaba Simón Bolívar.

 

A esa hora la ciudad aun dormía, pero algunos estaban despiertos. Un vigilante trasnochado le explicó dónde quedaba la construcción del edificio más alto de la ciudad. A un vendedor de café le

compraron cuatro tintos, suficientes para ellos, para el vigilante y para un habitante de calle que los acompañaba.

A las´6 de la mañana se dirigen hacia la construcci6n en donde encontraron un celador que les señaló con el dedo una casa´.

-Ahí, en esa casa vive Efraín y su familia, pero si quiere lo espera aquí, él siempre viene temprano.

Pero Guillermo no tenía tiempo para esperar, se dirigió a la vivienda ubicada en la calle 13 con carrera 10 y, cuando estuvo en la puerta hizo escuchar el santo y seña infalible para que los suyos supieran que era él: un silbido que parecía un sonido de flauta.

La puerta se abrió de inmediato. La familia estaba despierta y ya tenían el desayuno preparado, así que Guillermo y Herbert fueron los invitados de honor.

- ¿“Papá, ¿qué es esta carne extraña” ?, preguntó Guillermo

-Chivo, Guillermito, chivo y váyase acostumbrando, por que es lo que se come por aquí todos los días

Guillermo se vinculó a la cuadrilla de trabajadores dirigida por su padre la cual tenía a cargo los acabados de un imponente edificio en el cual funcionaría en Maicao Juan Hotel.  Los Ospina

aplicaban el granito a las escaleras y, al final, construyeron también la piscina del último piso.

Por ese entonces vivían, como se ha dicho, en la esquina de la calle 13 con carrera 10 a media cuadra del Juan Hotel, sección posterior, frente a la casa del conocido ciudadano Fuge Brito, sobandero del pueblo, y a muy corta distancia del cine Sandra, uno de los lugares más visitados de la época.

Unas semanas después Guillermo viajó a Barranquilla para traer a su familia, pero le indicó a Sara que no еmрасаrа todos los muebles y utensilios del hogar.

-Nos vamos a pasar un tiempo en Maicao y después nos regresamos para acá, dijo Guillermo y agregó:

- “Usted sabe que yo soy muy andariego"

Sara hizo un gesto significativo como para dar a entender que conocía muy bien la condición de hombre errabundo de su marido.

Al regresar se instalaron en una vivienda ubicada en la carrera 10 con calle 18 del barrio San José, a unas cinco cuadras de la casa en que antes vivía con el señor Efraín.

En su tránsito por los caminos de la vida se conoció con una personalidad de Maicao, alguien que tenía una enorme popularidad, un garante de convivencia pacífica, carismático, buen ser humano, gran orador y dueño de grandes cualidades como líder y como persona.

Esa naciente amistad con aquel caballero sería clave para que Guillermo Ospina Vélez tomara una de las decisiones más trascendentales de su vida.

¿Quién era esa persona y cuál era la decisión que iba a tomar?

Leer el episodio número 7

sábado, 15 de julio de 2023

La radiotón de 1986


Recorte de prensa de Causa Guajira, Hemeroteca Miguel Ángel López de Maicao

Recorte de prensa que registra uno de los eventos populares que más eco tuvo en los años ochenta: la radiotón para reunir los fondos que permitieran comprar un nuevo bus para los estudiantes de la Asociación de Estudiantes de la  Universidad de La Guajira Residentes en Maicao Eugrem.  

La fecha exacta fue el 7 de junio de 1986, en pleno desarrollo del Mundial de México. 

El Evento contó con el apoyo de la ciudadanía que se volcó a la Plaza Simón Bolívar a consignar sus aportes. Uno de los gestores fue el profesor Orlando Cuello(en la foto), gerente de la Organización Radial del Caribe, cuya emisora principal, Radiko Península transmitió el evento desde el principio hasta el final.  

Otro de los grandes gestores fue el entonces presidente de la Asociación mi compañero Abel Royo Galeano, hoy residenciado en Montería. 

Mi reconocimiento para él que fue alma y nervio de esa importante actividad que nos permitió comprar el famoso bus amarillo extralargo.

sábado, 8 de julio de 2023

Otro ángulo de la Iglesia San José

Una de los más bellos templos católicos de La Guajira es la Iglesia San José de Maicao, su edificación data de los años cuarenta cuando fue construido por los sacerdotes capuchinos italianos con el apoyo de la ciudadanía. 

En la foto se aprecian sus dos torres y la zona suroccidental de la ciudad al fondo. 

sábado, 30 de septiembre de 2017

Plaza Simón Bolívar

Al igual que en centenares del pueblos de Colombia, la estatua del libertador Simón Bolívar preside la plaza principal del municipio de Maicao.  El monumento, situado cobre una base cónica de tres metros de altura embellece un lugar que ha sido el epicentro de negocios y grandes transacciones en efectivo, al punto de que algunos llegaron a considerarlo cono el Banco a Cielo abierto más grande del mundo. 

Otra particularidad del parque y de su entorno son los dos centros de comercio informal ubicados en la parte este y oeste, conocidos como Cacaíto Número 1 y Cacaíto Número 2. 

Como caso curioso podemos agregar que la alcaldía de Maicao "le da la espalda" a la plaza principal del pueblo.  En efecto, la entrada a la alcaldía es por la calle 13, mientras el parque o plaza está ubicado en la 12, de manera que el edificio de la administración municipal "mira" hacia una calle y no hacia "la sala de la casa", como se considera a las plazas. 


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