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lunes, 6 de abril de 2015
Carlos Gaviria: el librepensador
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lunes, 2 de agosto de 2010
CIDH condena asesinato de Luis Alfredo Socarrás
Según la información recibida, el día 27 de julio de 2010 fue asesinado en Riohacha el líder indígena Wayúu, odontólogo y defensor de derechos humanos Luis Alfredo Socarrás Pimienta. La información disponible indica que el crimen fue perpetrado por un sicario que le disparó en la puerta de su casa y huyó.
El dirigente indígena Socarrás Pimienta había liderado, en el curso del último año, varias manifestaciones del pueblo Wayúu en protesta por la situación de sus derechos humanos individuales y colectivos, reclamando mejoras en la calidad de vida de sus integrantes; había participado en dos comicios electorales, como candidato por el partido Polo Democrático Alternativo, a la alcaldía del municipio de Manaure; y había sido el gestor de campañas de atención odontológica a comunidades de la Alta y Media Guajira.
La CIDH destaca que Socarrás Pimienta era un reconocido líder indígena y defensor de los derechos humanos del pueblo Wayúu. Los ataques contra los líderes rompen la cohesión de los pueblos indígenas en torno a la defensa de sus derechos humanos y menoscaban su integridad sociocultural. Asimismo, los actos de violencia y otros ataques contra los defensores de los derechos humanos no solamente violan sus garantías individuales en tanto personas, sino también atentan contra el rol fundamental que cumplen en la sociedad, y generan situaciones de indefensión para todas las personas que se benefician de sus labores. En especial, los atentados contra los defensores de los derechos de los pueblos indígenas cercenan la gestión de protección, garantía y promoción de los derechos humanos de grupos especialmente protegidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. La CIDH recuerda que el trabajo de los defensores de derechos humanos es una pieza esencial en la construcción de una democracia sólida y duradera, en el logro pleno del Estado de Derecho, y en la vigencia de las garantías fundamentales de todo ser humano.
La Comisión urge al Estado colombiano investigar el crimen cometido contra el dirigente indígena Socarrás Pimienta y para llevar a la justicia y sancionar a los responsables materiales e intelectuales del crimen. Asimismo, la CIDH urge al Estado a atender las necesidades de protección y seguridad de los defensores de los derechos de los pueblos indígenas de Colombia para evitar la repetición de crímenes como éste.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión está integrada por siete miembros independientes que se desempeñan en forma personal sin representar a ningún país y que son elegidos por la Asamblea General de la OEA.
domingo, 1 de agosto de 2010
Violencia que duele, violencia que nos desangra
La violencia que por años ha caracterizado al departamento de La Guajira y de manera especial a algunos de sus municipios ha alcanzado unos niveles sin antecedentes en los últimos meses. Todas las personas, de todas las familias de todas las ciudades pueblos y veredas se convierten en potenciales víctimas de esta perversa máquina de muerte, operada quien sabe por qué clase de mentes crueles y desquiciadas bajo cuyo accionar han perdido la vida cientos de indefensos ciudadanos.
La semana anterior se recordará por los hechos en los que perdieron la vida el dirigente cívico mansurreo Luis Socarrás y el artista y gestor cultural Wilder Murgas Ortiz. Estas dos personalidades tenían características comunes: ambos trabajaban por sus comunidades, los dos lideraban procesos de diverso orden en los lugares en donde residían y los dos se encontraban viviendo el mejor momento de sus respectivas existencias. A ambos los cubrió el manto de la tragedia mientras disfrutaban del descanso nocturno en compañía de sus seres queridos.
El crimen del pasado martes 27 de julio del cual fue víctima Luis Socarrás, ex candidato a la alcaldía de Manaure y duro crítico del manejo que se le da en el departamento a los recursos del sector salud, tiene según los analistas todas las características de un crimen político.
El gatillo del sicario, pagado por personas que se ocultan en las sombras del anonimato, se accionó contra una persona que estaba haciendo graves denuncias sobre malversación de los fondos destinados a mejorar la salud del pueblo. Su muerte se produjo un día antes de que presentara nuevas y graves denuncias en un foro previsto para realizarse en el recinto de la Asamblea Departamental.
A la sabiduría popular y la malicia indígena propia de los guajiros no le ha sido difícil relacionar la posición crítica de la víctima con el episodio criminal que la sacó definitivamente de escena. El hecho motivó la muy concurrida marcha de protesta por parte de millares de guajiros quienes en la mañana del 30 de julio pidieron una intervención firme de las autoridades y resultados rápidos y convincentes para aclarar esta dolorosa página, castigar a los culpables y evitar que a quienes se atreven a denunciar sigan siendo asesinados.
Pero ese mismo viernes, unas horas después de que en Riohacha concluyera la protesta, la vil moto de los sicarios volvió a rugir en las calles de la Urbanización Buenos Aires de Maicao, en donde fue asesinado Wilder Murgas Ortiz, director en ejercicio de la Casa de la Cultura de Hatonuevo, compositor de más de un centenar de canciones vallenatas, ex presidente del Consejo Municipal de Cultura de Maicao, Concejal de Hatonuevo, autor de dos libros, administrador de empresas egresado de la Universidad de La Guajira, extensión Maicao y autor del himno municipal de Hatonuevo. En Maicao nadie podía creerlo pero era verdad: en una sala del Hospital San José expiraba un hombre lleno de ilusiones, de proyectos y de esperanzas a quien los criminales asesinaron cuando se encontraba en la terraza de su vivienda acompañado de sus dos jóvenes hijas.
Las muertes de Socarrás y Murgas se suman a los cientos de guajiros y guajiras que han sido asesinados en La Guajira sin que nadie diga nada. Sin que las medidas de las autoridades den resultados. Sin que se castigue a los culpables. Ha llegado la hora de que en Colombia y especialmente en la Guajira está pasando algo, algo muy grave, porque tantas muertes no pueden corresponder a la simpleza de “hechos aislados” eufemismo con el que se le pretende restar importancia a una ola de violencia que nos está diezmando.
Ante hecho ciudadanía y autoridades deberían tener un plan de acción distinto a la indiferencia y la impasibilidad. Ha llegado la hora de ponerle freno a esta alocada carrera de muerte y dolor. Y ha llegado la hora de que los organismos encargados de garantizar la seguridad de los colombianos hagan algo más que anunciar sus desacreditadas “investigaciones exhaustivas”.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página http://www.maicaoaldia.blogspot.com/