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viernes, 7 de agosto de 2009

El profesor Julio Larios recita sus poemas

San Lucas de El Molino-. Momentos en que el escritor maicaero Julio Larios recitaba sus poemas y leía sus mini cuentos en la sede de la institución Ismael Fuentes, en el marco del VII Encuentro de Escritores de El Molino.

Julio Larios es autor de varios libros, entre ellos "En Busca de Mis huellas", publicado hace algún tiempo.

Larios es historiador y docente y presta sus servicios al Colegio San José de Maicao desde hace más de 30 años.

jueves, 1 de enero de 2009

ESCRITORES: TODOS A PUBLICAR EN LA INTERNET

MAICAO AL DÍA
En estos tiempos postmodernos ya no hay barreras para la expresión de lo que se escribe o lo que se piensa. Solo hace falta aprender a manejar unas mínimas herramientas tecnológicas para lograr que lo que uno escribe sea leído en nuestra región y en otros países.
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ESCRITORES: TODOS A PUBLICAR EN LA INTERNET
Por:
Orlando Cárcamo Berrío
ocarcamob@yahoo.com


En el encuentro con tres escritores colombianos en el marco del Hay Festival en Riohacha, el pasado 28 de enero de 2008, pude escuchar, entre las intervenciones del público, a dos escritores que se quejaban por la falta de patrocinio para publicar sus obras. Uno muy joven, denunciaba la falta de apoyo para la publicación de su obra, una novela y un libro de cuentos. El otro, bastante mayor, informaba que había escrito 16 monografías, una para cada municipio de La Guajira y no había encontrado patrocinio para su publicación por parte de ninguno de los alcaldes. Después de escuchar la respuesta de uno de los escritores protagonistas del evento, pedí la palabra para participar y darles algunos ideas para una publicación rápida de sus de sus textos.

El escritor de nuestros tiempos debe evaluar el contexto histórico en que vive y convencerse de que muy pocos viven de la escritura literaria. La mayoría de escritores de algún renombre, en los primeros años de su actividad literaria, han vivido de sus profesiones particulares y otros ingresos diferentes a los libros que escriben. Lo producido por la venta de los primeros libros escasamente alcanza para pagar el costo de la publicación y otros gastos. Hay que trabajar en otra actividad para ganarse la vida.

Quienes no han podido publicar sus obras deben pensar bien cuál es su propósito. Si su propósito es lucrarse de lo que escriben, entonces les toca esperar a que alguna entidad les publique sus libros o, en el mejor de los casos, pagar de sus propios bolsillos los gastos de publicación. Si su propósito central es la expresión de su particular visión de mundo, la expresión estética de sus ideas, entonces la publicación electrónica es una gran opción: es gratis y tiene alcance universal.

Podemos decir plenamente que en estos tiempos ya no hay barreras para la expresión de lo que se escribe o lo que se piensa. Solo hace falta aprender a manejar unas mínimas herramientas tecnológicas para lograr que lo que uno escribe sea leído en nuestra región y en otros países.

Si queremos darnos a conocer como escritores, basta con crear en forma gratuita un blog en la Internet. Allí podemos colocar nuestros escritos. Estos se indexan automáticamente en los buscadores y en pocas semanas, si nuestro producto es bueno, nos estarán leyendo desde varios países del mundo. Además de los blogs, existen sitios especializados en la publicación gratuita de obras. Basta con abrir Google o Yahoo! y hacer la búsqueda, “crear un blog” o “publicar una obra”, para que automáticamente aparezcan múltiples opciones para escoger.

Un ejemplo es Maicao al Día, un pequeño periódico con formato de blog, www.maicaoaldia.blogspot.com, el que es leído en más de 25 países; espacio para el cual el único recurso invertido han sido las ganas de comunicar de un grupo de amigos periodistas interesados en difundir los sucesos regionales.

Definitivamente, publicar en la Internet nos permite superar las barreras que implican la materialidad del papel: el tiempo, el espacio y el dinero. Nuestros escritos pueden se leídos a miles de kilómetros de distancia y a cualquier hora nuestros lectores pueden comunicarse con nosotros gracias a la sección de comentarios que suele acompañar a las publicaciones en la Red.  @ocarcamob

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viernes, 1 de febrero de 2008

LA COLUMNA DE AMYLKAR ACOSTA

EL ARTE DE ESCRIBIR
Amylkar D. Acosta M(1)
“Quítenle a este mundo el arte de escribir
le quitarán toda su gloria”
Francois De Chateaubriand

Marguerite Duras hizo suyo el aserto de Raymond Queneau: escribe, no hagas más! Evoco estas palabras, pensando con el deseo de seguirlas al pié de las letras. Ella misma percibía en su propia humanidad que “hay una locura de escribir que existe en sí misma” y yo, a ratos, me siento poseído por ella.

Empero, los aficionados al arte de escribir nos tenemos que contentar con ser sólo eso, aficionados, alentados siempre por la fijación a la que alude J. C Planeéis, en el sentido que “cuando uno escribe más por vocación que por profesión, más por placer que por ganarse la vida, más por comunicarse que por emborronar papel, siempre está aprendiendo”.

Yo me aparto del aserto de Nietzsche cuando afirmó que “yo soy una cosa, mis escritos otra”; en mi caso, yo y mis escritos somos una y la misma cosa. Y ello es así, porque si algo me ha caracterizado, tanto en mis escritos como en mis actuaciones, es la coherencia y entre unos y otras siempre están mis convicciones como hilo conductor.

Ello suele extrañar en un medio en el que pulula la afición por el surfismo, en el que muchos prefieren desplazarse sobre la cresta de la ola del momento y, como afirmó Ingenieros, no tienen inconveniente en pasar del timón al remo cuando de sobrevivir se trata en medio de la adversidad.

Otros, optan por la línea del menor esfuerzo, dejándose llevar plácidamente por la corriente sin importar la dirección de esta, cuando no es que, como las giraldas, toman la dirección en la que soplan los vientos, quedando a merced de estos. Se trata de quienes aguzan sus sentidos para estar siempre con las tendencias, coincidiendo con John Nashbit cuando refiriéndose a ellas dijo que son “como los caballos, es mejor montarse en la dirección que van”. Yo, en cambio, siempre he militado en mis ideas, las mismas que he plasmado en mis escritos, las he defendido con ardentía y denuedo, pues parodiando a Bertolt Brecht, podemos decir que “Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.

Dijo José María Vargas Vila en uno de sus célebres libelos que “la fuerza de un escritor no radica en su talento, sino en su carácter”. Y carácter es lo que se necesita para asumir posiciones diáfanas, rotundas, sin esguinces, para militar en sus propias ideas, cualesquiera que ellas sean, sin desertar de ellas. No pocas veces me ha tocado remar contra la corriente; pero, lo hago siempre con el espíritu abierto a las ideas de los demás, pues comparto con Serrat que “lo que más enriquece el pensamiento de uno es la pluralidad de pensamiento de los demás”.

Mis distintas obras y ya son veintiséis las publicadas, están escritas en un lenguaje sencillo, llano, descomplicado, sin perder el rigor académico, de tal manera que su contenido es totalmente asequible tanto a doctos como a profanos en la temática de los mismos. Al leerlos se podrán percatar también de la evolución del pensamiento del autor, pues no oculto mi aversión por los dogmas, los fundamentalismos y me rehuso a aceptar camisas de fuerza que coarten mi libertad de pensamiento, los grilletes mentales no van con migo.

Yo creo en la afirmación de Alvin Toffer, cuando asegura que “Los analfabetas de este siglo no son aquellos que no saben leer y escribir sino aquellos que no pueden aprender, desaprender y volver a aprender” y ojala pueda sobrevivir al intento de lograr tal cometido.
Siempre se ha dicho que para saber escribir, se necesita haber vivido abundantemente; yo añadiría que para aprender a escribir, que es lo que yo hago a diario, compulsivamente, se necesita además vivir intensamente y ese ha sido el sino de mi vida.

Ahora, además, para quien intente incursionar en el arte de escribir, por que escribir es el arte de lo sublime, tiene que librar una lucha sin cuartel para no dejarse atropellar por la tecnología.

Desde 1999 acometí esta empresa y todavía no puedo cantar victoria; no pocas veces los duendes del computador o del ordenador, como prefieren llamarlo los españoles, me han ganado la partida. Como afirma Mutis, el gran escritor colombiano, “El castellano se encuentra sumergido en el vértigo de la informática”: pero, esos son los gajes del oficio, qué le vamos a hacer. Siempre he dicho que las ideas son embriones en fecundación y en mis libros anidan con profusión, mutantes y en constante estado de hibernación.


Riohacha, Enero de 2008
http://www.amylkaracosta.net/

(1)Ex presidente del Congreso de la República

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