Ese día acudí a la cita con cinco minutos de retraso y estuve en verdad muy nervioso porque pensé que no alcanzaría a verme con ella, y tendría que ver aplazada y tal vez cancelada la oportunidad del excitante encuentro. Había apresurado mis pasos al máximo, crucé las calles con menos precauciones de las habituales y me abstuve de saludar con mi habitual cariño a quienes encontré en el camino.
Cada saludo mío dura un tiempo largo porque incluye apretón de manos, abrazo fraterno y preguntar por la familia, pero ese día, el compromiso primordial me obligaba a un simple saludo de cortesía que a más de uno debió sorprender.
Tanto esfuerzo para nada, porque llegué tarde. Tan sólo cinco minutos tarde que podrían ser definitivos. Oteaba los cuatro rincones del lugar en busca de un rastro de un vestigio, la esperanza es lo último que se pierde, me decía, aferrándome aún a la posibilidad de un inesperado desenlace feliz.
Al buscar con cuidado, por fin la encontré, aún estaba ahí al lado de su humeante taza de café, vestida con los múltiples colores de su carátula...toda misteriosa, enigmática y bonita. Y entonces, si más preámbulos la devoré desde arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, sin hastiarme pues quería deleitarme cada vez más, el corazón se me aceleraba cuando estaba a punto de terminar y entonces....oh gloria inmarcesible, la poseí con todas mis fuerzas y fui feliz con ella, aunque ella no era solamente mía.
Al cerrar el libro en donde se hospedaba, concluí que era la mejor colección de historias que había leído en los últimos meses y por eso quiero recomendárselas a ustedes. Se llama "Disrupciones" y es un libro en el que fluye la magia de la realidad mezclada con las luces resplandecientes de la ficción. En la siguiente video reseña les comparto mi experiencia como lector de esta maravillosa obra de la literatura de nuestros tiempos:
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