Por Alejandro Rutto Martínez
En sus relaciones con la sociedad el hombre desea alcanzar sus objetivos y lucha por los mismos.
De igual forma las comunidades, los grupos, tienen unos propósitos por los cuales luchar, para obtener sus ideales, para ver materializados sus deseos de bienestar.
Es precisamente en este momento, cuando se requiere el logro de unos ideales. Cuando se hace necesario que alguien guíe a los demás en el desarrollo de las actividades que habrán de conducir a la consecución de los fines propuestos.
Es el instante en que surge la necesidad de que haya un guía con suficiente ascendencia sobre sus seguidores para orientarlos y llevarlos hasta la meta deseada.
El pueblo judío vivió cientos de años sometidos a la esclavitud en Egipto hasta cuando decidió iniciar su camino hacia la libertad siguiendo a su libertador, a su guía espiritual, a su líder en la prolongada y tortuosa campaña que habría de llevarlos a la libertad a la tierra prometida.
En la América Hispana cinco naciones confiaron en la determinación, el arrojo y el pensamiento visionario de sus líderes para seguirlos en la cruzada por la libertad de todo el nuevo continente.
El líder es la persona que está en el lugar indicado en el momento propicio para guiar a los seguidores hacia sus más enraizados propósitos en la vida.
El líder es, como se ha definido, una persona de conciencia despierta que despierta conciencias dormidas. El líder tiene capacidad y resolución para luchar por sus convicciones.
No tiene inconveniente en renunciar al interés personal a favor del interés colectivo y, muy por encima de todo, a favor de los ideales que defiende.
El líder es una persona común, un miembro más del grupo hasta el momento en que el grupo mismo le da la bendición para que asuma el rol de dirigente.
Entonces, aún siendo una persona corriente, trasciende al realizar actividades y gestiones que no son corrientes.
Un líder, definido como persona guía, luz y ejemplo de los demás, debe estar provisto de unas características por las cuales y con las cuales pueda cumplir su misión. Entre ellas tenemos las siguientes:
Una gran determinación: implica la capacidad de actuar y de asumir las consecuencias. Al líder lo anima un profundo deseo de marchar hacia adelante de manera resuelta e irreversible. Esta característica lleva a la persona a “actuar ahora” para “cosechar en el futuro”.
La determinación lleva al líder a adquirir una gran seguridad en sus actuaciones. Así mismo, la determinación, permite que el líder asuma riesgos que atenten contra su propia seguridad y tranquilidad personal. Gandhi, por su fuerte determinación de libertad a la India, fue encarcelado y golpeado varias veces.
Esto, lejos de mirar sus convicciones, se reafirmó hasta ser más firme e incisiva la lucha, no obstante los riegos que seguía corriendo él y sus más allegados.
En sus relaciones con la sociedad el hombre desea alcanzar sus objetivos y lucha por los mismos.
De igual forma las comunidades, los grupos, tienen unos propósitos por los cuales luchar, para obtener sus ideales, para ver materializados sus deseos de bienestar.
Es precisamente en este momento, cuando se requiere el logro de unos ideales. Cuando se hace necesario que alguien guíe a los demás en el desarrollo de las actividades que habrán de conducir a la consecución de los fines propuestos.
Es el instante en que surge la necesidad de que haya un guía con suficiente ascendencia sobre sus seguidores para orientarlos y llevarlos hasta la meta deseada.
El pueblo judío vivió cientos de años sometidos a la esclavitud en Egipto hasta cuando decidió iniciar su camino hacia la libertad siguiendo a su libertador, a su guía espiritual, a su líder en la prolongada y tortuosa campaña que habría de llevarlos a la libertad a la tierra prometida.
En la América Hispana cinco naciones confiaron en la determinación, el arrojo y el pensamiento visionario de sus líderes para seguirlos en la cruzada por la libertad de todo el nuevo continente.
El líder es la persona que está en el lugar indicado en el momento propicio para guiar a los seguidores hacia sus más enraizados propósitos en la vida.
El líder es, como se ha definido, una persona de conciencia despierta que despierta conciencias dormidas. El líder tiene capacidad y resolución para luchar por sus convicciones.
No tiene inconveniente en renunciar al interés personal a favor del interés colectivo y, muy por encima de todo, a favor de los ideales que defiende.
El líder es una persona común, un miembro más del grupo hasta el momento en que el grupo mismo le da la bendición para que asuma el rol de dirigente.
Entonces, aún siendo una persona corriente, trasciende al realizar actividades y gestiones que no son corrientes.
Un líder, definido como persona guía, luz y ejemplo de los demás, debe estar provisto de unas características por las cuales y con las cuales pueda cumplir su misión. Entre ellas tenemos las siguientes:
Una gran determinación: implica la capacidad de actuar y de asumir las consecuencias. Al líder lo anima un profundo deseo de marchar hacia adelante de manera resuelta e irreversible. Esta característica lleva a la persona a “actuar ahora” para “cosechar en el futuro”.
La determinación lleva al líder a adquirir una gran seguridad en sus actuaciones. Así mismo, la determinación, permite que el líder asuma riesgos que atenten contra su propia seguridad y tranquilidad personal. Gandhi, por su fuerte determinación de libertad a la India, fue encarcelado y golpeado varias veces.
Esto, lejos de mirar sus convicciones, se reafirmó hasta ser más firme e incisiva la lucha, no obstante los riegos que seguía corriendo él y sus más allegados.