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miércoles, 23 de junio de 2010

¿Cuántos son los que son?



Por: Paola Johana Martínez Ortíz

En Muchas ocasiones he escuchado la frase “Dios está en todas Partes”, hallándole a esta gran sentido teniendo en cuenta que uno de los atributos del “Todopoderoso” es su omnipresencia; pero la mayoría de la veces no solo le dan en ella el valor supremo y necesario de Dios, sino que la usan como excusa para evadir algunos de los mandamientos que Dios nos establece, como el hecho de congregarse en una iglesia, y en una que profese una sana doctrina; cuando este ha sido y seguirá siendo un mandamiento como se puede observa en el Libro (Hebreos 10:23-25). Donde se nos insta a no dejar de congregarnos y se hace referencia a algunos que se han acostumbrado a ello.


Muchas son las religiones por esto muchos se confunden, pero no habría que extrañarse porque la palabra de Dios nos advierte al respecto refiriéndose a las falsas Doctrinas cuando nos dice que: Si alguno enseña otra cosa; y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales." (1Ti:6:1-5).

En consecuencia, no se torna una verdad si analizamos cual es la perfecta voluntad de nuestro padre y lo que es agradable para él; sin embargo muchos en medio de su desconocimiento sienten y muestran verdadera sed de lo que no se les ha revelado (La Palabra de Dios), y es aquí precisamente donde entramos en escena nosotros, para servir de Guía a los que están desviados del camino correcto, asumiendo y ejecutando aquella comisión que Cristo nos otorgó, Mateo 28:19-20, Cristo dijo: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Por lo anterior entiendo que es una tarea de nosotros, no solo de los discípulos de Dios en aquel tiempo, hoy aunque se presente mucha oposición entre una doctrina u otra, es nuestro deber enseñar a los que lo desconocen cuál es la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas.

Somos un gran ejercito por todo el mundo, pero todavía faltan muchos por ingresar porque la voluntad del padre es que sean “todos”, se torna un poco difícil pero no es imposible; pienso que cuando tenemos a Cristo en nuestro corazón y hablamos con alguien “algo tiene que pasar”, somos luz en medio de las tinieblas, y por ello Dios nos envió a dar ese mensaje al mundo.

Los invito a ejercitar un evangelismo efectivo, no importa si se cuenta con uno o si son dos, ¡imagínese!, ¿a cuantas personas usted le puede hablar de Dios en el día de hoy?, de seguro que aunque no sea en todas dejará una semilla en muchos corazones, Jesús contó con 12 apóstoles y en poco tiempo lo seguía una gran multitud, necesitamos a muchos pero mientras tanto iniciemos nosotros.

La Mies es mucha y los obreros somos pocos pero ¡de que se puede se puede!, Jesús lo hizo con 12, entonces ¿Cuántos son los que son?

miércoles, 10 de marzo de 2010

Por la envoltura del regalo

Por: Paola Johana Martínez Ortíz


Recuerdo cuando era pequeña al recibir regalos siempre me gustaba cuando el empaque era muy lindo y grande, me imaginaba que igual que el exterior así era lo que tenía dentro; me entristecia cuando veía que era más grande la envoltura, porque lo que había en su interior era pequeño y no era como lo había calculado por su forma. Lo mismo nos pasa a menudo con las personas, ellas son regalos que la vida nos ha dado. Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.

Algunos han sido maltratados en el correo; otros llegan como "Entrega Especial"; algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran rigidez. Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.

A veces el regalo se abre con facilidad; otras se necesita la ayuda de otras personas. Tal vez es porque tiene miedo, quizá han sido heridas antes y no quieren ser lastimadas de nuevo. Pudo ser que alguna vez se abrieron y luego se descartaron. Quizá ahora se sienten más bien como "cosas" que como seres humanos.

Yo soy una persona. Como todas las demás personas también soy un regalo. Poseo una bondad que es sólo mía. Y sin embargo, algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura. Tal vez temo decepcionarme, quizá no confío en el que llevo dentro. Pudiera ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.

Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. Somos obsequios de Dios unos para otros.


Es difícil pensar en ocasiones que aquel que me ha lastimado es también un regalo de Dios, pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos con ella, seguramente encontraremos un hermoso regalo, pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza para crecer en su amor, en nuestra fe.

Nosotros mismos podemos tener una envoltura tan maltratada por el tiempo y/o las circunstancias, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo puso ahí es nuestro Creador, solo tendríamos que ver hacia adentro y estar listos para darnos... descubre en tu interior todos los dones con los que el Señor te conformó y sé el digno regalo para los que te necesitamos.




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