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sábado, 19 de junio de 2010

Acuerdo sobre lo fundamental para la construcción de un modelo de ciudad

Por: José Carlos Molina B.
Abogado litigante, presidente del Colegio de Abogados de Maicao CODAMA

Cuando uno escucha hablar del “Acuerdo Sobre lo Fundamental”, de inmediato surge a nuestra memoria la figura del destacado dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado, quien durante muchos años le propuso al país político realizar ese tipo de acuerdo, pero nunca encontró respaldo para establecerlo.

Desde ese momento varias personalidades en nuestro país lo han propuesto en diferentes eventos y circunstancias; así vimos como el candidato del Polo Democrático Alternativo Gustavo Petro, propuso a su partido realizar un acuerdo sobre lo fundamental.

En estos momentos en que la circunstancias económicas y sociales del municipio se encuentran en profunda dificultad, un grupo de académicos, vinculados a la Universidad, a diferentes Instituciones Educativas, a Organizaciones no gubernamentales y en general miembros de la sociedad civil, comenzamos a plantear la necesidad que en Maicao se pacte un gran “ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL”, donde participen diferentes sectores de la sociedad acompañados de las instituciones públicas y entre todos construir un modelo de ciudad viable.

Estamos próximos a cumplir nuestro primeros 100 años, nos hemos preguntado: ¿Qué modelo de ciudad queremos construir y proyectar para las presentes y futura generaciones?, ¿Alguien ha pensado en ello?, ¿O simplemente iremos resolviendo nuestras dificultades socioeconómicas y políticas de acuerdo al criterio del gobernante de turno?

Somos firmes convencidos que está ciudad requiere ser pensada, planeada a corto, mediano y largo plazo. Las sociedades en el mundo que alcanzaron mayor grado desarrollo, son precisamente las que planificaron de manera eficiente y eficaz su modelo socioeconómico; lejos de las mezquindades partidistas e interese personales. Ese sería el génesis del Acuerdo Sobre lo Fundamental.

Se debe partir de la certeza de lo que somos y tenemos y de lo que queremos ser. La Fundación Guajira en Marcha, realizó recientemente un estudio situacional de Maicao, al cual tuvimos acceso y a pesar que el panorama es sombrío existe amplias posibilidades de desarrollo, pero se requiere plena disposición de toda la dirigencia guajira y de Maicao en particular.

El modelo de cuidad debe tener unos objetivos con sus tiempos, lo mismo que fuentes viables desde lo jurídico y lo económico para ejecutar los objetivos. Realizar este acuerdo es un imperativo moral e histórico para la dirigencia maicaera; imperativo que no debemos delegar, ni aplazar, porque el tiempo será siempre nuestro peor verdugo.

Ese acuerdo sobre lo fundamental como hemos dicho, requiere que la idea del bien común este siempre por encima del bien particular y se piense en: Redefinir nuestra actividad comercial, que se adecue nuestra zona de comercio; el centro de la ciudad debe ser un modelo en lo organizativo y en lo estético, para que seamos de verdad una vitrina comercial; que se mire nuestra zona rural como una oportunidad para fortalecer la actividad agrícola; concretar la creación de la seccional de la Universidad de La Guajira en Maicao, que se identifique prioridades en nuestra educación universitaria, que se aproveche, organice y fortalezca la estructura hospitalaria.

Resolver nuestros servicios públicos (Agua, Aseo y Energía eléctrica), cualquier programa por brillante que sea tendría serias dificultades si continuamos con esos pésimos servicios.

Los administradores de empresas tiene un axioma contundente a la hora de referirse a la gerencia de cualquier proyecto: “LO QUE NO SE PUEDE MEDIR NO SE PUEDE ADMINISTRAR” y lo que ha ocurrido hasta nuestros días (año 2010), es que nuestros administradores (Gobernantes) han carecido de un instrumento técnico y científico adecuado que les permita establecer indicadores mínimo en materia pobreza y lo que ello constituye para luchar contra ese flagelo. No es simplemente medir cobertura, es establecer y controlar niveles calidad, de eficiencia en materia saneamiento básico, de Educación, salud y servicios públicos; es corroborar con los usuarios niveles de satisfacción. Todo ello es posible cuando el gobernante cuenta con una oficina de planeación técnicamente adecuada, que funcione como un observatorio.
Así el gobernante de turno tendrá un norte consensuado que podrá complementar con su propio proyecto de gobierno.

Maicaeros de nacimientos o por adopción, entendamos que nuestra ciudad NO TENDRÁ FUTURO mientras se siga administrando por coyunturas, sin visión y poca planificación. No necesitamos un mesías, necesitamos el consenso de hombres y mujeres plasmado en un acuerdo sobre lo fundamental; necesitamos gobernantes que prioricen en obras de intereses y beneficios colectivos, cuyas obras impacten positivamente en nuestro presente y futuro.
Por mil sueños y un millón de realidades… Maicao rumbo al centenario.

martes, 22 de enero de 2008

LA COLUMNA DE JOSÉ CARLOS MOLINA

MAICAO AL DIA
Nos complace presentarles un artìculo muy oportuno de José Carlos Molina, un abogado cuya sólida formaciòn académica y política le permiten ser una autoridad en el tema que trata en estasu
primera columna en MAICAO AL DÍA

VOLVER AL DEBATE Y APOSTARLE A LA VIDA
Las vacaciones de diciembre de 2007, me han permitido el reencuentro con mis viejos amigos de infancia; no faltaron las tertulias, los debates, hablábamos de los divino y lo humano y de un tema inevitable recurrente y cruel en nuestros días, el conflicto armado y su horror, que se torna degradante cuanto nos afecta a los civiles.

No recuerdo cual de mis amigos, preguntaba sobre la posición que debería tener la universidad Colombiana frente al conflicto armado; la pregunta surge quizás, por que él sabe que muchos de los allí presente, tenemos vínculos con la universidad, bien por su condición de estudiantes, docentes o directivos. Se discutió al inicio con mucha pasión, con rabia e impotencia y luego cuando la serenidad y la objetividad característica de los miembros del grupo volvieron, llegamos a la serena conclusión que la universidad debe volver al debate y apostarle a la vida.

La universidad tiene que recuperar el protagonismo, liderar y propiciar espacios de discusión en la sociedad colombiana frente a un tema que cada día es más cotidiano y brutal, que hace rato dejó de ser un problema de la periferia, para trasladarse a las ciudades.

La indiferencia a la guerra no contribuye a la paz, no nos excluye del conflicto y se parece al miedo que nos aleja de la posibilidad de la toma de decisiones para resolver nuestros problemas; la discusión hoy debe comenzar por aceptar que estamos en un país en guerra y no sólo circunscribirse si se justifica o no la lucha armada y la reacción de los paramilitares; el tema prioritario a mi juicio es el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, que se respete a la población civil.

Es una realidad aterradora que el desconocimiento y la manipulación del Derecho Internacional Humanitario, integran la lista de los principales factores que han contribuido a incrementar la vulnerabilidad de la población civil y de los no combatientes, en medio del conflicto armado que vive Colombia.

La universidad tiene que liderar y propiciar a través del debate, que se adopte y respete el Derecho Internacional Humanitario, que si bien es cierto no garantiza la paz, coloca límites y protege a los seres humanos inermes e inocentes; debe igualmente permitir el debate abrir espacios para una salida negociada a nuestra guerra, que debe tener inicio en el acuerdo para la liberación de presos y secuestrados; no olvidemos que nuestra guerra es apenas una de las manifestaciones
de nuestro conflicto social, el cual tiene raíces históricas, causas políticas y socio económicas.

Se nos ha dicho siempre que lo militar y lo humanitario son extremos irreconciliables; pero el Derecho Internacional Humanitario, lucha por desaparecer ese mito, que ha hecho que el número de victimas sean mayores en el conflicto armado de nuestro país; por ello desde la Universidad se debe desarrollar una campaña que ilustre a los ciudadanos sobre el Derecho Internacional Humanitario (DIH), cuyo principal postulado es: “proteger y hacer respetar a la persona Humana que en medio del conflicto armado está completamente marginado del mismo o se encuentra reducida a tal punto que no representa peligro o ventaja militar alguna para su adversario”.

Debemos insistir en que se respete a la población civil y que los combatientes (cualquiera que sea su ideología política) tienen la obligación de respetar nuestras vidas, integridad y bienes; la salida negociada del conflicto no debe ser sólo un anhelo angustioso de los familiares de los secuestrados, este gobierno o el próximo, debe propiciar las posibilidades reales para que se consolide un acuerdo político, producto de una negociación sin mezquindades en esfuerzos sociales, políticos y económicos.

Todos anhelamos la PAZ, y la concebimos siempre como el silencio de las armas, pero la PAZ, es mucho más que eso… es respeto, tolerancia, es gobernar con equidad, con justicia, es propiciar y aplicar lo que es un autentico Estado social de derecho, es apropiarse de la verdad como cultura ciudadana, es erradicar la corrupción en la cosa pública y privada y es también como dijo el maestro JESÚS, “ama a tú prójimo como a ti mismo”.


José Carlos Molina B.
Abogado litigante, asesor gubernamental y docente universitario.

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