Escrito por: Alejandro Rutto Martínez
La
Biblia es el libro de los libros. Esto se explica, primero porque es el más
importante de todos los textos que se
haya escrito y el más leído de la historia, pero también porque contiene una
sabiduría ilimitada mediante la cual Dios expresa su voluntad al género
humano.
Cuando
iniciamos su lectura nos sumergimos en un mundo de lecciones poderosas que
incluyen historias, poesía, mensajes de aliento, promesas de Dios a los
hombres, compromisos del hombre para con Dios, profecías para una nación
escogida como Israel y sobre la venida del Mesías y Salvador del mundo…en fin
la lectura de la Biblia nos proporciona un mundo de conocimientos y nos permite
sentirnos parte importante de la obra creadora.
Pero
mucha atención: una cosa es leer la Biblia y sumergirse en ella y otra muy
distinta es mirarla con el ánimo de un investigador o simplemente de un
estudiante juicioso.
Imagínese
que la Biblia es un territorio y usted está situado en una montaña que es la
única del lugar. Desde ahí tiene una
vista privilegiada sobre el inmenso valle cubierto de verdes praderas; puede
ver con claridad los ríos y arroyos que serpentean en medio del bosque y de las
tierras cultivadas; también verá los caminos veredales por donde transitan los
campesinos en sus ágiles monturas y verá desfilar algunos asnos sobre cuyos
lomos se transportan los frutos de la tierra; si aguza la vista podrá ver un
puñado de niños corriendo detrás de una rudimentaria pelota de trapo hecha por
ellos mismos y un poco más allá un pequeño pueblo con un parque en el centro y
locales comerciales a su alrededor.
Del
otro lado de la montaña podrá ver la gran ciudad, con sus ruidosos camiones de
carga, sus buses atestados de pasajeros que van un poco retrasados al trabajo y
una fila de personas que esperan pacientemente para comprar un boleto que le
permitirá asistir a la presentación de algunas de las celebridades del momento.
En ese
sitio privilegiado usted podrá verlo todo: el hermoso paisaje al fondo con una
montaña pintada de verde y azul y la presencia de seres humanos que interactúan
entre sí. En otras palabras, usted no es un espectador limitado por su precaria
posición como la del que se asoma a una pequeña ventana y solo puede ver la
parte posterior de un derruido edificio a punto de caerse o un lote repleto de
hierros viejos que dentro de poco serán comercializados como chatarra.
Usted
en realidad no tiene una vista cualquiera sino todo un panorama en el que solo
debe dar un giro de 360º. Para ver todo, todo lo que está a su alrededor.
De la misma forma
esta asignatura se propone que el estudiante pueda tener una “vista panorámica
de la Biblia” y conozca a fondo sobre la forma en que fue escrita, quiénes
fueron sus autores, la forma en que se clasifican sus libros y los tiempos de
la historia de la humanidad según los sucesos ocurridos y los que aún han de
transcurrir en la historia del hombre y de la relación del hombre con Dios.