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jueves, 11 de septiembre de 2008

A PROPÓSITO DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001


Por: Pedro Delgado Moscarella

El 11 de septiembre de 2001 marcó en la memoria de la humanidad una imagen que difícilmente quiera ser recordada por nuestros sucesores en los siglos venideros. Cuando las Torres Gemelas, símbolo del poder económico, efigie del capitalismo empezaron a colapsar frente a la mirada impotente de millones de espectadores, la opinión mundial ya había dado su veredicto indiscutible sobre los responsables: el Islam.

A partir de allí las dudas se volcaron sobre los mil quinientos millones de musulmanes sobre el planeta. Cada uno de nosotros se convirtió en sospechoso, la mirada inquisidora del resto del mundo pretendía indagar hasta qué punto cabía nuestra responsabilidad. Indudablemente fue un evento desafortunado por los cientos de víctimas del World Trade Center, sus alrededores y los pasajeros de los aviones más los daños sicológicos que se generaron por dicho acontecimiento.
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Sin embargo, a pesar del dolor que surge frente a la muerte inesperada de seres humanos, el suceso abrió un resquicio desde donde se empezó a mirar al interior del Islam. Las lecturas sobre el tema se incrementaron notoriamente, las consultas para conocer sobre el Islam y los musulmanes dejó de estar reducida a la simple información sesgada de algunos medios de información para convertirse en eventos académicos, foros y congresos entre otros, donde se daba respuesta a interrogantes que hasta hace poco pertenecían al universo mítico del pensamiento.

Como un castillo de naipes, se empiezan a derrumbar “verdades” contra el Islam. Las puertas de las mezquitas empezaron a abrirse dando a entender que a ellas todos y todas pueden tener acceso. Descubrieron que en la cuadra, el barrio y la ciudad había musulmanes del mismo origen, vecinos, paisanos de los demás.
Conocieron que la palabra Islam significa paz y completa sumisión a la voluntad de Dios, y que Allah no era un Dios exclusivo de árabes y musulmanes, sino que es el nombre con el que se designa al creador de todo cuanto existe en idioma Árabe.
La población total de musulmanes empezó a aflorar con una policromía que demuestra la universalidad del Islam; negros, blancos, amarillos y todas las variaciones físicas por efecto de la melanina en la epidermis y producto de la voluntad Divina solo para diferenciarnos entre razas tribus y naciones más no para hacer superiores o elegidos unos de otros.

Se empieza a comprender que el terrorismo, el asesinato, las acciones contra la vida y la dignidad humana no forman parte de los valores del Islam, mas aún, son rechazados radicalmente por el Sagrado Corán “ Quien mate a un ser humano sin justa causa es como si hubiese matado a la humanidad entera, y quien corrompa a un ser humano es como si hubiese corrompido a la humanidad entera”. El Profeta Muhammad rechazó cualquier agresión contra los no musulmanes. “Soy el enemigo de cualquiera que dañe a un no musulmán. Quien sea mi enemigo se las verá conmigo en el Día Final”. ¿Qué musulmán que crea en la Próxima Vida deseará correr el riesgo de vérselas con el Profeta en el más allá por haber atentado contra un no musulmán?

El terrorismo es un crimen contra la humanidad. Religión y Terrorismo son conceptos que no pueden estar juntos. Algunos de estos incidentes se originan por una falta o mala comprensión del Islam, mientras que otros son producto de la carencia de un conocimiento certero y fidedigno de la religión.

Hoy siete años después pueden percibirse signos tangibles de progreso frente al pensamiento del Islam. La coexistencia frente al aislamiento generó referencias infundadas sobre los musulmanes y su forma de vida. Hoy hablamos del Islam naturalmente sin misterios; sabemos que el llamado a la oración el cual escuchamos desde los altavoces de la mezquita diariamente repiten en árabe: Dios es el Mas Grande… vengan a la oración, vengan al éxito. A las mezquitas accedemos con toda facilidad Conocemos que el musulmán es sinónimo de progreso, tolerancia, respeto, justicia, igualdad y sobre todo amante de la paz y fraternidad sin importar las posiciones ideológicas de los demás

Solo le queda a usted juzgar si lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 corresponde a la realidad del Islam o fue producto de acciones al margen del pensamiento del Islamico.

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