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martes, 31 de octubre de 2023

Mohamed Elnesser y su familia son mi familia


Mohamed y Narwal formaron una de las más lindas parejas, compartieron juntos años y años de dicha y felicidad y continuarían juntos de no ser porque Dios llamó a mi amigo a vivir en los balcones de la eternidad.

Mohamed Elnesser fue uno de los amigos que me regaló la vida a través de la literatura. Año tras año me invitaba a la Feria del libro del colegio Colombo Árabe (cuánta falta nos hace esa feria hoy desaparecida) y me presentaba a los grandes escritores que allí se presentaban.

Gracias a él conocí a David Sánchez Juliao, Meyra del Mar y Fernando Soto Aparicio. Con éste último tuve, además el privilegio de alternar en uno de los maravillosos conversatorios que por esa época se organizaban.

El día en que salió la primera edición de "Si mañana fuera Hoy", mi primer libro, estaba muy feliz, me invitó de nuevo a la Feria y se tomó el trabajo de ofrecer el libro a los visitantes, como si fuera uno de los más valiosos productos de su almacén. Ese año Si mañana fuera Hoy quedó en el top 1 de los libros más vendidos, y todo gracias a las cualidades de Mohamed como vendedor.

Algunas veces salimos juntos a tertuliar y a componer el mundo. A hablar de libros, un tema que tanto nos gustaba. Nos acompañaban siempre el profesor Pedro Delgado, el médico Omar Elnesser y el profe Ramiro Choles. La terraza del Maicao Juan Hotel nos albergó en alguna ocasión para que disfrutáramos de una hermosa velada en que degustábamos pizza, mirábamos las luces de la ciudad y pasábamos las páginas imaginarias de nuestros libros preferidos.

Una de sus mejores facetas la conocí después de su partida y me la hizo conocer su familia:

-Mi papá hablaba mucho de usted", me dicen sus hijas.


El mismo mensaje me lo ha dado su esposa.

¿Y yo que hice para que él hablara bien de mí?

Lo único que recuerdo es caminar a su lado unos minutos, visitarlo en su almacén y hablar de lo que más nos gustaba: los libros.

Pero él le dijo a su familia que me estimaba mucho...y eso me hace feliz.


Dios bendiga a su familia, ojalá lo vuelva a ver en la eternidad, para seguir la charla alrededor de los buenos libros, la buena literatura y, si es posible, con una buena taza de café entre los dos.

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