Escrito por: Hernán Baquero Bracho
En el
último trimestre del año 2015, la UNESCO declaró a la música tradicional
vallenata como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.
Léase bien
música tradicional, la que inmortalizaron nuestros juglares y que por ello la
UNESCO después de un estudio de investigación y gracias a unos héroes de
nuestro folclor que se encaminaron a que la música vallenata tuviera tal
reconocimiento como Rosendo Romero Ospino, “Beto” Murgas, Félix Carrillo
Hinojoza, entre otros, se logró este gran hito histórico en bien de nuestra
música vernácula.
Pues bien,
los primeros en prepararse con las exigencias de la UNESCO fue la fundación de
la leyenda vallenata, con su icono el festival vallenato, el primero en este
género a nivel mundial.
Por ello para la versión 49, el consejo directivo en
cabeza de su presidente ejecutivo Rodolfo Molina Araujo, lo primero que
hicieron fue darle un vuelco al reglamento de los concursos, comenzando que en
los concursos de acordeón profesional, aficionado, juvenil e infantil las cajas
a partir de este año además de cilíndricas de madera y con parches de cuero
templado, y las guacharacas de caña lata, el acordeón diatónicos de botones en
cualquiera de sus marcas, tamaños y tonos.
Como testigo excepcional en base a
que tengo años de estar ejerciendo el papel de jurado en este gran festival,
nos explicaba su vicepresidente “El Mono” Quintero, que para esta versión que
pasó, la UNESCO a través del Ministerio de Cultura envío supervisores para ver
si el festival estaba cumpliendo con la música tradicional vallenata.
Recordándose
que un conjunto típico de música tradicional vallenata es un grupo de tres
personas y que en los conjuntos juveniles e infantiles podrán agregarle un
cantante, que en forma melodiosa y armónica interpreten la música tradicional
vallenata con los tres instrumentos organológicos: Acordeón, caja y guacharaca
en los cuatro aires tradicionales: merengue, paseo, puya y son.
Si
hiciéramos un análisis rápido de los diferentes festivales y en especial
los que se llevan a cabo en La Guajira, ninguno cumpliría con los
requerimientos de la UNESCO.
El festival más tradicional después del vallenato
es el Cuna de Acordeones de Villanueva.
Hace unos años y actuando de buena fe su presidente ejecutivo Israel Romero Ospino y su consejo directivo aprobaron un quinto aire llamado “ROMANZA” pero hoy ese quinto aire le quita la propiedad a dicho festival en la tradicional música vallenata.
Hace unos años y actuando de buena fe su presidente ejecutivo Israel Romero Ospino y su consejo directivo aprobaron un quinto aire llamado “ROMANZA” pero hoy ese quinto aire le quita la propiedad a dicho festival en la tradicional música vallenata.
Por ello es
importante que estudien los requerimientos de la UNESCO para que
este importante festival cumpla con el lema de patrimonio cultural e inmaterial
de la humanidad.
Y si es el festival francisco el hombre que se realiza en
Riohacha ese sí que menos cumple con la función de música tradicional
vallenata, porque de eso adolece en su conjunto.
Y de ahí la
preocupación de Diario del Norte, que en su editorial del viernes 6 de mayo del
año en curso se refirió al tema en mención: “¿Cuál es nuestro Clúster?” y puso
el dedo en la llaga con este editorial, porque Valledupar a la cabeza, viene
liderando la Corporación Clúster de la Cultura y la Música Vallenata y que por
el contrario en La Guajira estamos en cero.
En especial que los directores de
cultura así como el Fondo Mixto en primera instancia ni conocen ni están
comprometidos con la música tradicional vallenata y como lo expresa el mismo
editorial no son los llamados para implementar la resolución 1321 del 16 de
Mayo de 2014, firmada por la Ministra de Cultura, mediante la cual se considera
muy importante para el país y el mundo, lo que es la música de acordeón.
¿Cuándo en La Guajira se pondrá en práctica en Clúster vallenato?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es sumamente importante para nosotros. Te invitamos a enviarnos tus comentarios sobre las notas que has leído.