Escrito por Hernán Baquero Bracho
Si existe un municipio en La Guajira y en la Región Caribe que goza de una paz general en todos los frentes es sin duda, La Jagua del Pilar, población enclavada en la serranía del Perijá, de una exuberante vegetación y que pareciera cuando uno lo visita como si estuviera en cualquier pueblo del eje cafetero. Definitivamente este es un pueblo que se ha convertido en un remanso de paz y que es referente de nuestro departamento, donde homicidios, accidentalidad o cualquier otro factor que genere violencia no se da desde ningún punto de vista entre los jagueros. Es normal que las discordias por la política se den y se generen comentarios de toda índole pero que no llegan a mayores.
Desde mi juventud La Jagua del Pilar ha sido un pueblo que ha gozado del aprecio de los Baquero. Por un lado en la década de los 70 mi padre Ospicio Baquero Herrera cultivaba algodón en la tierra de los Lago y allí vivía su mejor amigo: “Miro” Morón, quien a lo largo de los años se convirtió en uno de sus mejores compañeros de lucha por el liberalismo. Cuando mi padre fungió como alcalde de Villanueva, lo primero que hizo fue nombrar a su amigo del alma como corregidor del municipio de La Jagua del Pilar, cuando este hacia parte de Villanueva grande. Siempre varios de nuestros hermanos acudíamos a la casa de su esposa Paulina en plena plaza principal a estas tertulias inolvidables que se daban en su residencia y que con su familia colmaban las mejores atenciones para mi padre y sus amigos que eran los amigos de “Miro”: Canopan Cabello, “Chiche” Mazenet, “Juancho” Tite Daza Mojica, Ramiro Ramírez, entre esa gallada de verdaderos amigos que hicieron de ella- de la amistad-un pedestal.
Hoy como premio al destino los dos hijos de esos grandes amigos, fungen como alcaldes municipales de La Jagua del Pilar y de Villanueva: José Amiro Morón Núñez y Luis Alberto Baquero Daza. Y como patentizando ese pasado glorioso hoy trabajan de manera mancomunada junto con el alcalde de Urumita, médico Giovannys Ramos y la alcaldesa de El Molino María Isabel Zabaleta para propender por un mejor bienestar de los cuatro municipios de cono sur y buscando desarrollo incluyente en lo que fue el otrora municipio de Villanueva. La felicidad de mi padre el hijo de su amigo lo visita en su residencia en Villanueva se siente en ese intercambio de opiniones de un patriarca a punto de cumplir sus primeros 92 años con una lucidez mental impresionante dándole buenos consejos al hijo de su amigo, quien hoy funge como alcalde municipal de La Jagua del Pilar. Pero además entre los dos alcaldes existe una amistad sin igual como la que tuvieron esos viejos gallardos en el pasado.
La administración que terminó el 31 de Diciembre a cargo del arquitecto Waldin Soto Duran, fue muy buena: obras importantes que desarrolló en la cabecera municipal así como en su corregimiento El Plan y en las veredas El Piñal y Sierra Montaña, lo bueno hay que aplaudirlo y darle el reconocimiento público que se merece y siendo uno de sus secretarios estrellas en esta administración quien ahora funge como alcalde de los jagueros como lo es José Amiro Morón Núñez, de seguro que las buenas obras continuaran y una en especial como es la interconexión entre EL Plan y la cabecera municipal de La Jagua donde faltan más de 4 kilómetros por placa huellas y él me lo ha manifestado que es una de las primeras obras que le dará prioridad en su administración.
También hoy La Jagua goza de mi aprecio y de mi cariño por esa empatía que mantengo con la familia Martínez Duran, en cabeza de Yadira, Iván, Consuelo, “Cada” y de su mamá Gladys Duran, de Waldino y de todos sus familiares, así como Ezequiel Ustariz, quienes se encuentran anidados en lo más profundo de mi corazón. Esperamos que La Jagua del Pilar continúe siendo ese remanso de paz que los caracteriza y los hace rico en su historia personal.
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