Escrito por. Hernán Baquero Bracho
Uno de los sitios emblemáticos donde ocurrieron hechos sobresalientes en la historia de la música vallenata con personajes míticos que parecieran que hubieran salido de leyendas de novelas famosas, fue sin duda
EL PLAN, corregimiento del municipio hoy de La Jagua del Pilar, pero en ese ayer de Villanueva y que enmarcó la ruta de lo más granado del folclor, que inmortalizaron este arte, me refiero a tres de sus hijos Emiliano Zuleta Baquero, “Toño” Salas Baquero y María Baquero Araujo, los tres unidos por el cordón umbilical de la fábula y la fantasía en las composiciones mágicas de Rafael Escalona Martínez, aunado a otros personajes de la época que eran los compinches del “Viejo Mile” como fueron “Poncho” Cotes Queruz, Andrés Becerra Morón y Beltrán Orozco Dangond, que entrelazaron sus noches parranderas en casa de la “Vieja Sara”, la mamá de Emiliano y que dio como resultado la mayor historia del vallenato contado y expresado magistralmente en la musa de Escalona.
El Plan continúa ahí, en el mismo sitio y en el mismo lugar. A más de 800 metros sobre el nivel del mar y con un clima espectacular sobre todo en estos calores que azotan a parte del país y en especial a La Guajira. Allí como testigo mudo está la casa de la “Vieja Sara” incólume se ha mantenido con el tiempo y debería convertirse en un museo como testigo fiel de lo que ocurrió allí en décadas anteriores y más adelante en su plaza también como testigo mudo la casa donde vivió el “Viejo Mile” por mucho tiempo, que es el mismo estilo de la casa que él construyo en “El Piñal” y que también permanece erguida con los recuerdos del ayer, allí arribita de El Plan. Y en la misma plaza se encuentra la casa bien cuidada por su viuda, la de “Toño” Salas Baquero y siempre ahí su hijo Darío dándole vuelta a su madre y a los recuerdos de hermosos tiempos idos y a la vuelta vive María, hermana del mismo Emiliano, quien con alegre desenfado pareciera que estuviera reviviendo a su madre, la inolvidable “Vieja Sara” y más abajitico está la casa de otro de los hermanos vivos del “Viejo Mile”, Carlos Jeremías, quien evoca también ese ayer, de lo que fue su madre, de lo que fue su hermano mayor, con la misma solvencia moral y la misma precisión en su memoria. Y más abajo una casa moderna, con todas las de la ley, es la residencia de Matilde Lina, la inmortal de la canción de Leandro, que siempre nos recibe con una sonrisa y un abrazo para no olvidar.
Todos estos aconteceres deben convertir a El Plan en la ruta de la UNESCO, que declaró al vallenato, patrimonio inmaterial y cultural de la humanidad. En ese mes de diciembre del año que pasó, me encontré en El Plan, con la legendaria compositora Estela Durán Escalona, que andaba con una serie de turistas del clúster vallenato y le serví de guía, como quien dice la “Sangre Llama” y le expresaba que El Plan debería estar en la ruta del vallenato y estuvo de acuerdo conmigo y es más también en que la casa de la “Vieja Sara” se convirtiera en un museo de muestro folclor.
“El Viejo Mile” por allá en el año de 1996, cuando andaba de amores con una de sus nietas me contó tantas anécdotas que de ahí saldrá un ensayo, pero remontando ese ayer me expresó: “Mi mamá es la famosa “Vieja Sara”, una mujer muy contenta y entusiasta para las fiestas. Su nombre completo: Sara María Baquero Salas. Yo tenía seis años cuando ella pensó en otro señor con quien tuvo nueve hijos. O sea que tuvo diez. Nueve de otro padre y, yo solito, de mi papá.
Como le digo primo, mamá era parrandera, muy coqueta, hábil para todas las cosas. A lo último fue Cacica de El Plan de La Sierra. Una mujer humilde, muy inteligente. No tuvo estudios, pero tampoco le hicieron falta. Creaba versos maravillosos. Una vez en Villanueva, aun tipo rico que no la dejó entrar a su casa le hizo este: la torre más elevada/ el más elevado templo/ se derriba con el tiempo/ y va quedando en la nada/. Pura filosofía. Ella cantaba, improvisaba, bailaba.” Qué grande es recordar a la “Vieja Sara” en el presente por el “Viejo Mile” quien también ya está ausente.