El relato tiene como telón de fondo un diálogo del afamado indio Manuel María, un reconocido sabio de la región, quien trata de liberar a un grupo de jóvenes acordeoneros del "mal de la mano tiesa" o "firi-firi" grave trastorno que sufrían los músicos de acordeón.
El indeseable mal consistía en una dificultad para accionar en una dificultad para accionar los dedos de las manos y cuya causa los viejos atribuían a la perversidad de ciertas personas que, a fin de obtener méritos en el arte musical hacían pactos con el Maligno, para que éste hiciera disminuir las capacidades de sus adversarios.
Manuel María avanza en el diálogo con sus amigos y pacientes y de ahí en adelante se desenvuelve la historia de Francisco El Hombre y su enfrentamiento y con el padre del mal, en el cual resultó victorioso.
Llama la atención en la página 12 los versos con los cuales Francisco El Hombre dio a conocer a sus oyentes la tragedia del Titanic, tal como se lo comentaron los marinos con quienes frecuentaba en el puerto de Riohacha:
Le sucedió al barco supremo, bajo el cielo
y vengo a informá a mi gente, el accidente
un navegante omnipotente, quiso creerse,
lo hundió una punta'e hielo, con su reino
El Titanic lo llamaban, lo alababan,
que "ni Dios lo hundiría, y reinaría
la ley divina desafían, qué osadía
sobre to'a agua brava, navegaba
¡Ay! se oían lloros y sones de acordeones,
valses clamando SOS, amparo a Cristo,
tocaban los marinos, ay Dios bendito...
La publicación cuenta con una gran belleza visual, fue impreso en los talleres litográficos Comercializadora de la Costa en Barranquilla y es producto del taller de escritura creativa Relata del Ministerio de Cultura
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