Biografías

sábado, 16 de julio de 2016

Las seis derrotas más dolorosas de la historia (segunda parte)

Alemania pierde con Italia en la semifinal del mundial que había organizado para ganar

Nota de la redacción: esta es la segunda entrega de una serie que hemos titulado "Las seis derrotas más dolorosas de la historia para los locales".  Te invitamos a leer la primera parte de esta apasionante crónica. 


3.  La derrota de Alemania ante Italia en semifinales del mundial 2006

Alemania logró su propósito de convertirse en anfitrión de un campeonato del mundo por segunda vez, después de que lo organizara en 1.974. Al igual que en la ocasión anterior aspiraba no solo a organizar sino ganar  y eso debía suceder en la edición XVIII de los mundiales y por eso, fiel a su filosofía, armó un poderoso equipo para superar a todos sus rivales.  

En la fase de grupos se deshizo de Costa Rica (4-2), Polonia (1-0) y Ecuador (3-09 y clasificó sin  ningún inconveniente con un Kloss inspirado y convertido en goleador absoluto. 

En octavos enfrentó a Suecia y ganó sin dificultades 2-0  con goles de Podolski. 

En cuartos de final debió enfrentar a un fuerte equipo de Argentina, dirigido por Pékerman, que los sorprendió con gol de Ayala a los 4 minutos del segundo tiempo. A 10 minutos del final aparece de nuevo el talento goleador de Kloss para igualar el partido, por lo que se hizo necesario el alague de 30 minutos, que no alteraron el marcador.

En la definición por lanzamientos de tiros desde el punto penal el arquero Jens Lehmann detuvo los cobros de Cambiasso y Ayala y clasificó a Alemania a la semifinal en Dormunt.

En el partido de la semifinal Alemania intentó por todos los medios conseguir el gol de la victoria pero Italia se defendió con el tradicional catenaccio y mantuvo su valla invicta durante los 90 minutos reglamentarios. 

La igualdad a ceros obligó a la prórroga de 30 minutos en los que los equipos atacan y defienden si lograr el gol. Cuando sólo restan dos minutos para finalizar el partido, tras un cobro de tiro de esquina, la toma Pirlo, quien la pasa Grosso y éste de primera dispara al marco para conseguir el 1-0.  Un minuto después, en un letal contragolpe, Del Piero  marca de nuevo para  Italia y sella la victoria de su equipo 2-0.

Alemania entera llora por esta derrota, pero no hay nada que hacer.  Italia ha obtenido una brillante y merecida victoria y se ha clasificado a la final.


Los locales deben conformarse con el tercer puesto, el cual obtienen al vencer a Portugal. 



2. Brasil es goleado por Alemania en Mundial 2014

Brasil llegó como pentacampeón del mundo pero tenía todo servido para ganar su sexto título mundial: jugaba de local y el Maracaná sería el escenario en donde podrían consagrarse por primera vez ante su propia afición.

Sin embargo, desde el partido inaugural recibió el primer campanazo de alerta cuando Croacia les marcó primero y estuvo en ventaja durante parte del primer tiempo. Luego reaccionó y obtuvo una contundente victoria 3-1. En el segundo partido enfrentaron a México e igualaron 0-0. En el último juego de la primera ronda vencieron a Camerún con un marcador abultado 4-1.

En octavos de final pasó las duras y las maduras con Chile que estuvo a punto de derrotarlo. Igualaron 1-1 y la auriverde sólo pudo obtener su tiquete a la siguiente ronda en la tanda de tiros desde el punto penal.

En cuartos de final Brasil tampoco pudo ser superior a su rival, en este caso Colombia al que sólo pudo superar por 2-1 con un arbitraje localista del español Carlos Velasco que anuló un gol legítimo del capitán colombiano Mario Yepes.  En el partido resultaría lesionado el astro brasilero Neymar, quien no podría estar en la semifinal.

El juego de semifinales en el estadio Minerao de Bello Horizonte  ante Alemania, que jugaba de rojo y negro como el popular equipo  Flamengo de Río,  sería sorprendente por las debilidades defensivas de Brasil. Desde el minuto 11 hasta el 29 los alemanes ya les habían marcado cinco goles y, de no haber sacado el pie del acelerador,  hubieran conseguido por lo menos otros dos.   En el segundo tiempo los teutones marcarían dos goles más y Brasil haría el de la honrilla para un resultado humillante y sin antecedentes: Alemania 7-Brasil 1.

La tribuna se cubrió de tristeza y todos recordaron el fatal Maracanazo en el que Brasil había perdido la final de 1950 ante Uruguay. El llanto de los jugadores y de los “torcedores” brasileros conmovería al mundo.   Brasil organizaba un mundial para ganarlo y no sólo no lo ganaban sino que recibían la más dura derrota de su historia.


A los brasileros no les quedaría ni el consuelo del tercer puesto, pues en la definición por el último puesto del Podio perdieron 3-0 ante Países Bajos, en una de las más discretas actuaciones de un conjunto brasilero en la cita mundialista.




1. Brasil pierde ante Uruguay final de 1950. Maracanazo en Río de Janeiro

Esta, en realidad no fue una final ni un partido de fútbol, sino una epopeya en la que un David del fútbol derrotó al Goliat de entonces en un campo de batalla en donde había 200 mil aficionados en respaldo a su equipo y a la espera de que terminara el partido, el cual sería, según los entendidos de simple trámite, para levantar la Copa Mundo, celebrar y vestir una camiseta ya marcada con la leyenda “Brasil, Campeão 1950”.

El mundial de Brasil 1950 fue el primero que se jugó luego de que el mundo comenzara a recuperarse de la terrible tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Brasil, que en ese entonces usaba uniforme blanco, arrasaba a todos sus rivales en cuanto partido jugara y quiso organizar la más grande fiesta del planeta en el estadio más grande jamás construido: el  Maracaná de Río de Janeiro.

En honor a la verdad las dos selecciones no tenían una diferencia monumental en su nivel. Es más, Uruguay había ganado el fútbol olímpico en 1.924 y 1.928 y el mundial de 1.930. Brasil, en cambio, no había ganado nada hasta el momento. Pero la prensa había creado una sensación de triunfalismo alrededor de su selección, la cual ciertamente tenía un ataque temible y lo había ratificado en los partidos previos antes del juego con los uruguayos.

En esta ocasión la final fue un cuadrangular todos contra todos en el que también tomaron parte Suecia y España, a los que Brasil venció sin miramientos 7-1 y 6-1 respectivamente. Uruguay en cambio sufrió para empatarle a España 2-2 y le ganó ajustadamente a Suecia 3-2.  Con el empate los brasileros se coronaban campeones pero su intención era golear también a los albicelestes.
El técnico uruguayo López planificó el encuentro con un esquema defensivo pero los jugadores, guiados por el instinto de Obdulio Varela, concluyeron que de esa manera lo único que lograrían era exponerse a una derrota humillante como le había sucedido a suecos y españoles.
Por eso salieron a jugar al todo o nada y se hicieron los sordos ante los gritos de la multitud de aficionados que alentaba a los locales.

El primer tiempo terminó 0-0 pero en la complementaria Brasil salió a arrollar y consiguió anotar el primer tanto. Los uruguayos no se desesperaron y empataron el partido y luego e manera increíble lograron el gol de la victoria.

Al final, se reeditó la hazaña de David contra Goliat. Los brasileros no daban crédito a lo que veían. Jules Rimet, presidente de la FIFA, no pudo leer el discurso que había escrito porque lo había hecho para elogiar la supuesta victoria brasilera, tan sólo buscó en medio de la confusión del estadio al capitán Obdulio Varela y le entregó el trofeo con apenas una tibia felicitación. 

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