Palabras pronunciadas por el licenciado Miguel Ortega Medina en la presentación del libro "Memorias del Maíz" de Abel Medina Sierra
Autor: Miguel Ortega Medina
De aquel espacio en el que hombres y mujeres de gran pujanza comenzaron a edificar la incipiente formación de lo que es nuestro municipio poco ha quedado, las casas de bahareque, la laguna de Majupay, el arroyo Iparú, la tenacidad y empuje de hombres y mujeres que impulsaron el primigenio desarrollo de Maicao, hacen parte de la memoria, esa memoria de los abuelos que, nostálgicos, añoran los mejores tiempos en el que sin la presencia estatal pero si con la templanza y el arraigo de sus moradores se inició el tránsito a la vida citadina y con ella las implicaciones que esta denota.
La vida agitada que llevamos, signada por el afán de supervivencia y las trivialidades propias de la modernidad, nos ocupan tanto que, en ocasiones, pensamos que lo existente ha sido fruto del azar y siempre ha estado allí, nos olvidamos que todo tiene su pasado, un pasado del cual somos tributarios y del que no podemos desprendernos por mas que queramos.
El texto denominado Memorias de Maíz: Compendio testimonial y visual de hitos históricos de Maicao, compilado, en buena hora, por el profesor Abel Medina Sierra, nos invita a una lectura sobre nuestros orígenes, nos cuenta las gestas y dificultades que debieron sortear quienes nos antecedieron; hombres y mujeres de carne y hueso, herederos del indomable espíritu wayuu, que trascendieron, muy a pesar de las condiciones hostiles que encontraron y forjaron un pequeño villorrio; génesis de nuestro municipio. Leer este documento no es un simple ejercicio para hacer remembranzas de lo que fuimos y tuvimos, es una provocadora incitación y una oportunidad para reconocernos en él, para entender y comprender las razones de lo que somos hoy. Si un gran mérito tiene la Historia es que nos permite encontrar las respuestas del presente en el pasado y elaborar juicios sobre el futuro.
El texto en mención consta de dos ejes, el primero es la recopilación de unos documentos elaborados en el año de 1956 por el periodista RODAS PIZANO y el segundo un registro fotográfico realizado, en su mayoría, por el mismo sobre aspectos centrales de la vida de Maicao y que se constituyen en un material iconográfico de gran importancia. Estos documentos son un patrimonio histórico invaluable, tan grande es su valía que se constituye en una referencia obligada para tejer y construir parte de nuestra historia, no como apéndice de la historia nacional sino una historia con una rúbrica personal, contada y pensada desde lo que somos y hemos sido, desde nuestras visiones y perspectivas personales en el que podamos captar el punto de vista, el sentido, las motivaciones, intenciones y expectativas que los actores sociales le otorgan a sus propias acciones sociales, proyectos personales o colectivos, y el entorno sociocultural que los rodea, sin dejar de lado el rigor que todo trabajo de investigación histórica requiere. Puede comenzar a tejerse y construirse lo que muchos autores como el mexicano Luís José González y los italianos Giovanni Levi y Eduardo Grendi han denominado Microhistoria o historia local, historia pensada en y desde la matria. El profesor Medina Sierra, quizás sin proponerlo o tal vez de manera intencionada nos ha llamado la atención al respecto.
Para muchos puede resultar extraño que un hombre vinculado a las letras desde otras ópticas, fundamentalmente al estudio de la música como fenómeno cultural sea el responsable de esta compilación, al respecto es pertinente aclarar que no se requiere tener una formación histórica, metodológicamente hablando, para asumir responsabilidades históricas. El profesor Medina Sierra como académico e investigador, pero sobre todo como ciudadano maicaero, le asiste la responsabilidad social de contribuir a la creación de una conciencia crítica e histórica en los maicaeros. Este texto es su principal aporte. Con él asomamos el rostro al pasado y añoramos las épocas de esplendor de nuestro municipio, esplendor que se fue diluyendo sin que nada ni nadie pudiera detenerlo, por ello cabe preguntarse ¿Cuándo y por qué se inició el declive de Maicao? ¿Cuál es la responsabilidad histórica de la dirigencia política en este proceso y cuál el de la sociedad maicaera? ¿Dónde quedó la herencia que nos legaron los prohombres que gestaron los sueños de progreso y desarrollo de nuestro municipio?
Estas son algunas de las preguntas que pueden hacerse desde la historia y la hacemos hoy porque aún estamos a tiempo de recuperar lo que hemos perdido, estamos convencidos que esta es una oportunidad histórica que no podemos desaprovechar; como miembros de la sociedad civil tenemos grandes responsabilidades pero la mayor le asiste a nuestra dirigencia política que debe responder a las dinámicas y exigencias de una sociedad golpeada y convulsionada, una sociedad que ha crecido en forma desaforada y desordenada y hoy pide a gritos soluciones a sus múltiples problemas.
Autor: Miguel Ortega Medina
De aquel espacio en el que hombres y mujeres de gran pujanza comenzaron a edificar la incipiente formación de lo que es nuestro municipio poco ha quedado, las casas de bahareque, la laguna de Majupay, el arroyo Iparú, la tenacidad y empuje de hombres y mujeres que impulsaron el primigenio desarrollo de Maicao, hacen parte de la memoria, esa memoria de los abuelos que, nostálgicos, añoran los mejores tiempos en el que sin la presencia estatal pero si con la templanza y el arraigo de sus moradores se inició el tránsito a la vida citadina y con ella las implicaciones que esta denota.
La vida agitada que llevamos, signada por el afán de supervivencia y las trivialidades propias de la modernidad, nos ocupan tanto que, en ocasiones, pensamos que lo existente ha sido fruto del azar y siempre ha estado allí, nos olvidamos que todo tiene su pasado, un pasado del cual somos tributarios y del que no podemos desprendernos por mas que queramos.
El texto denominado Memorias de Maíz: Compendio testimonial y visual de hitos históricos de Maicao, compilado, en buena hora, por el profesor Abel Medina Sierra, nos invita a una lectura sobre nuestros orígenes, nos cuenta las gestas y dificultades que debieron sortear quienes nos antecedieron; hombres y mujeres de carne y hueso, herederos del indomable espíritu wayuu, que trascendieron, muy a pesar de las condiciones hostiles que encontraron y forjaron un pequeño villorrio; génesis de nuestro municipio. Leer este documento no es un simple ejercicio para hacer remembranzas de lo que fuimos y tuvimos, es una provocadora incitación y una oportunidad para reconocernos en él, para entender y comprender las razones de lo que somos hoy. Si un gran mérito tiene la Historia es que nos permite encontrar las respuestas del presente en el pasado y elaborar juicios sobre el futuro.
El texto en mención consta de dos ejes, el primero es la recopilación de unos documentos elaborados en el año de 1956 por el periodista RODAS PIZANO y el segundo un registro fotográfico realizado, en su mayoría, por el mismo sobre aspectos centrales de la vida de Maicao y que se constituyen en un material iconográfico de gran importancia. Estos documentos son un patrimonio histórico invaluable, tan grande es su valía que se constituye en una referencia obligada para tejer y construir parte de nuestra historia, no como apéndice de la historia nacional sino una historia con una rúbrica personal, contada y pensada desde lo que somos y hemos sido, desde nuestras visiones y perspectivas personales en el que podamos captar el punto de vista, el sentido, las motivaciones, intenciones y expectativas que los actores sociales le otorgan a sus propias acciones sociales, proyectos personales o colectivos, y el entorno sociocultural que los rodea, sin dejar de lado el rigor que todo trabajo de investigación histórica requiere. Puede comenzar a tejerse y construirse lo que muchos autores como el mexicano Luís José González y los italianos Giovanni Levi y Eduardo Grendi han denominado Microhistoria o historia local, historia pensada en y desde la matria. El profesor Medina Sierra, quizás sin proponerlo o tal vez de manera intencionada nos ha llamado la atención al respecto.
Para muchos puede resultar extraño que un hombre vinculado a las letras desde otras ópticas, fundamentalmente al estudio de la música como fenómeno cultural sea el responsable de esta compilación, al respecto es pertinente aclarar que no se requiere tener una formación histórica, metodológicamente hablando, para asumir responsabilidades históricas. El profesor Medina Sierra como académico e investigador, pero sobre todo como ciudadano maicaero, le asiste la responsabilidad social de contribuir a la creación de una conciencia crítica e histórica en los maicaeros. Este texto es su principal aporte. Con él asomamos el rostro al pasado y añoramos las épocas de esplendor de nuestro municipio, esplendor que se fue diluyendo sin que nada ni nadie pudiera detenerlo, por ello cabe preguntarse ¿Cuándo y por qué se inició el declive de Maicao? ¿Cuál es la responsabilidad histórica de la dirigencia política en este proceso y cuál el de la sociedad maicaera? ¿Dónde quedó la herencia que nos legaron los prohombres que gestaron los sueños de progreso y desarrollo de nuestro municipio?
Estas son algunas de las preguntas que pueden hacerse desde la historia y la hacemos hoy porque aún estamos a tiempo de recuperar lo que hemos perdido, estamos convencidos que esta es una oportunidad histórica que no podemos desaprovechar; como miembros de la sociedad civil tenemos grandes responsabilidades pero la mayor le asiste a nuestra dirigencia política que debe responder a las dinámicas y exigencias de una sociedad golpeada y convulsionada, una sociedad que ha crecido en forma desaforada y desordenada y hoy pide a gritos soluciones a sus múltiples problemas.
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