La sabiduría consiste en saber cual es el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo”
David Starr Jordan
Por: Luis Pablo De Armas Blanco,
Egresado. Docente Catedrático
A la universidad se va a aprender a leer escribir.” Con esa frese iniciamos hace unos años una conversación acerca de cual es el papel de la universidad en el desarrollo de las sociedades. El interlocutor – y autor de la frase- era el profesor e investigador Justo Pérez Van-Leenden, quien acababa de ganar las elecciones y perder la rectoría.
En ese momento la cita no hizo el eco que el fondo tiene, tal vez por que estábamos en pleno proceso de formación y entendimos literalmente la oración. Hoy comprendemos que ese leer y escribir del quehacer universitario se refiere nada mas y nada menos que al entorno.
Desde la Universidad se debe leer el entorno y escribir sobre él, es decir, interpretarlo y transformarlo. Esto no es posible si al interior de la Universidad sus componentes, o estamentos, no tienen identificado un propósito común, un proyecto común.
Si uno llega a una empresa, cualquiera que sea, y quiere saber que pasa en su interior, mas allá de la cita con el gerente, el celador, la recepcionista o un mando medio, está la informacion que brinda el ambiente, el clima que se siente en ella.
Ese intangible –valioso por demás- brinda más y mejor informacion acerca de cómo se vive al interior de la organización. Esa informacion, que se puede oler, ver en los ojos de la gente, sentir en su expresión, es la mejor radiografía de cómo están las cosas.
Nos atrevemos a preguntar, a propósito, Como están las cosas por la universidad de la Guajira ?
.
Al pensar en ello, encuentra uno varios puntos de vista desde los cuales opinar, a saber: academia, investigación, extensión, infraestructura, elecciones, docentes, estudiantes.
.
Es decir, todo un universo en el cual cada ítem lo es también por su complejidad y sobre cada cual opinará de acuerdo a lo vivido, con lo que las preocupaciones individuales salen a flote.
Hoy el tema central de preocupación parece ser el de las elecciones, por el cambio de administración, al avecinarse el vencimiento del actual periodo. Frente a ello, especialmente frente a las candidaturas a rectoría, encuentra uno en el clima un preocupante ambiente de polarizacion, de odios, amores, temores y pasiones, fundados más en las personas que en lo que debería ser: la propuesta de universidad para la sociedad, para el departamento y el país.
.
Lo que se siente, es que las posibilidades de llagar al máximo cargo del claustro dependen mas bien de la cercanía, simpatía, aceptación y hasta beneplácito del gobierno departamental, no tanto de una propuesta innovadora, visionaria, integradora, esperanzadora.
Ese hecho debilita la generacion de espacios de debate, de análisis, razón de ser del Campus. Las elecciones, que aun no se sabe si las habrá, - como van las cosas, parece que no es tan importante, o conveniente- tienen dividida, peligrosamente polarizada la comunidad universitaria, no con base en las propuestas, ni al debate, si no con base q qué grupo apoyas, o te apoya. Lástima, por que nuestro quehacer político externo, contaminado, falto de liderazgo propositito, ha perneado la U. No existen hoy diferencias entre unas campañas y otras -especialmente en cuanto a costos-. La universidad debe ser el laboratorio del ejercicio de la democracia, en donde todos, todos los actores desempeñen milimétricamente su papel, de tal manera que sea ejemplarizante al resto de la sociedad. Esos ejemplos deben, en principio, partir de:
Los Candidatos y sus propuestas. Éstos deben encarnar, con su ejemplo, el deber ser de la democracia y la academia. Sus hojas de vida: intachables, incuestionables. Que inviten, mas que a votar, a seguir el ejemplo. Sus propuestas deben recoger, en líneas gruesas, el sentir de la comunidad universitaria y de la sociedad en general. Deben dejar ver una esperanza en que se puede mejorar las actuales condiciones de todos los estamentos de la universidad: Estudiantes, docentes, administrativos, además de la extensión y la investigación, conectores con el desarrollo social. Debe, en síntesis, ser una propuesta incluyente e integral
Los Equipos de trabajo de las campañas. Son un elemento vital. De ellos depende la dinámica de la misma. Pero más que generar odios y despertar pasiones, deberían propiciar la cordialidad, la controversia sana, académica, en las aulas, en la biblioteca. No en el pasillo, allí no se construye. Estos equipos, mas allá de la participación folclórica en las expresiones culturales, debería preparar la propuesta, convencer con la idea, con el discurso.
La Comunidad Universitaria, especialmente el estamento estudiantil, mas que tomar partido, mas que pertenecer a una comparsa o equipo para ayudara llegar a uno u otro, -sin saber a veces por que-, deberían exigir a los candidatos, como les corresponde, cual es el presente y futuro que les proponen. Mas allá del botón, la camiseta, el brazalete, los encuentros al calor de la comida y el fervor de la cerveza como factores de integración y convencimiento, debe estar el escuchar como se hará el proceso de fortalecimiento de los programas. Como se mejorará la calidad docente. Como se garantizará el acceso a mejores condiciones para la investigación, para la interpretación, para la creación. En últimas, como se mejorará el espacio en el que ellos aprenderá a leer y escribir. Es preciso elevar el debate a lo académico, a lo propositito. La polarizacion es extremadamente peligrosa. Genera, además de la división natural, desesperanza en un sector de la sociedad, en este caso universitaria, que no ve espacios de participación en su propio entorno. Alimenta odios. Daña el tejido social.
La universidad es un patrimonio de todos los guajiros, la costa, del país. Somos una parte del mundo, ese que espera unos mejores egresados. Por lo tanto debe integrar, crear un modelo de pensamiento político, un quehacer científico y especialmente una pertinencia social, cimentada en la libertad, en el respeto por el otro, por la diferencia. Un modelo en donde los principios de la convivencia, la solidaridad, el trato humano y humanizante, sean garantía de un mejor vivir. Si ellos, seguramente seguiremos ciegos ante las posibilidades que no hemos explotado y que otros ven al llegar a nuestra tierra.
Finalmente, la autonomía universitaria se planteó como el principio sobre el cual ésta define su propio destino. Se planteó como el cimiento para la ruptura de los paradigmas, mismos que trían enclaustrada a la universidad, especialmente la pública, en el subdesarrollo. Hoy ese es el reto.
David Starr Jordan
Por: Luis Pablo De Armas Blanco,
Egresado. Docente Catedrático
A la universidad se va a aprender a leer escribir.” Con esa frese iniciamos hace unos años una conversación acerca de cual es el papel de la universidad en el desarrollo de las sociedades. El interlocutor – y autor de la frase- era el profesor e investigador Justo Pérez Van-Leenden, quien acababa de ganar las elecciones y perder la rectoría.
En ese momento la cita no hizo el eco que el fondo tiene, tal vez por que estábamos en pleno proceso de formación y entendimos literalmente la oración. Hoy comprendemos que ese leer y escribir del quehacer universitario se refiere nada mas y nada menos que al entorno.
Desde la Universidad se debe leer el entorno y escribir sobre él, es decir, interpretarlo y transformarlo. Esto no es posible si al interior de la Universidad sus componentes, o estamentos, no tienen identificado un propósito común, un proyecto común.
Si uno llega a una empresa, cualquiera que sea, y quiere saber que pasa en su interior, mas allá de la cita con el gerente, el celador, la recepcionista o un mando medio, está la informacion que brinda el ambiente, el clima que se siente en ella.
Ese intangible –valioso por demás- brinda más y mejor informacion acerca de cómo se vive al interior de la organización. Esa informacion, que se puede oler, ver en los ojos de la gente, sentir en su expresión, es la mejor radiografía de cómo están las cosas.
Nos atrevemos a preguntar, a propósito, Como están las cosas por la universidad de la Guajira ?
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Al pensar en ello, encuentra uno varios puntos de vista desde los cuales opinar, a saber: academia, investigación, extensión, infraestructura, elecciones, docentes, estudiantes.
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Es decir, todo un universo en el cual cada ítem lo es también por su complejidad y sobre cada cual opinará de acuerdo a lo vivido, con lo que las preocupaciones individuales salen a flote.
Hoy el tema central de preocupación parece ser el de las elecciones, por el cambio de administración, al avecinarse el vencimiento del actual periodo. Frente a ello, especialmente frente a las candidaturas a rectoría, encuentra uno en el clima un preocupante ambiente de polarizacion, de odios, amores, temores y pasiones, fundados más en las personas que en lo que debería ser: la propuesta de universidad para la sociedad, para el departamento y el país.
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Lo que se siente, es que las posibilidades de llagar al máximo cargo del claustro dependen mas bien de la cercanía, simpatía, aceptación y hasta beneplácito del gobierno departamental, no tanto de una propuesta innovadora, visionaria, integradora, esperanzadora.
Ese hecho debilita la generacion de espacios de debate, de análisis, razón de ser del Campus. Las elecciones, que aun no se sabe si las habrá, - como van las cosas, parece que no es tan importante, o conveniente- tienen dividida, peligrosamente polarizada la comunidad universitaria, no con base en las propuestas, ni al debate, si no con base q qué grupo apoyas, o te apoya. Lástima, por que nuestro quehacer político externo, contaminado, falto de liderazgo propositito, ha perneado la U. No existen hoy diferencias entre unas campañas y otras -especialmente en cuanto a costos-. La universidad debe ser el laboratorio del ejercicio de la democracia, en donde todos, todos los actores desempeñen milimétricamente su papel, de tal manera que sea ejemplarizante al resto de la sociedad. Esos ejemplos deben, en principio, partir de:
Los Candidatos y sus propuestas. Éstos deben encarnar, con su ejemplo, el deber ser de la democracia y la academia. Sus hojas de vida: intachables, incuestionables. Que inviten, mas que a votar, a seguir el ejemplo. Sus propuestas deben recoger, en líneas gruesas, el sentir de la comunidad universitaria y de la sociedad en general. Deben dejar ver una esperanza en que se puede mejorar las actuales condiciones de todos los estamentos de la universidad: Estudiantes, docentes, administrativos, además de la extensión y la investigación, conectores con el desarrollo social. Debe, en síntesis, ser una propuesta incluyente e integral
Los Equipos de trabajo de las campañas. Son un elemento vital. De ellos depende la dinámica de la misma. Pero más que generar odios y despertar pasiones, deberían propiciar la cordialidad, la controversia sana, académica, en las aulas, en la biblioteca. No en el pasillo, allí no se construye. Estos equipos, mas allá de la participación folclórica en las expresiones culturales, debería preparar la propuesta, convencer con la idea, con el discurso.
La Comunidad Universitaria, especialmente el estamento estudiantil, mas que tomar partido, mas que pertenecer a una comparsa o equipo para ayudara llegar a uno u otro, -sin saber a veces por que-, deberían exigir a los candidatos, como les corresponde, cual es el presente y futuro que les proponen. Mas allá del botón, la camiseta, el brazalete, los encuentros al calor de la comida y el fervor de la cerveza como factores de integración y convencimiento, debe estar el escuchar como se hará el proceso de fortalecimiento de los programas. Como se mejorará la calidad docente. Como se garantizará el acceso a mejores condiciones para la investigación, para la interpretación, para la creación. En últimas, como se mejorará el espacio en el que ellos aprenderá a leer y escribir. Es preciso elevar el debate a lo académico, a lo propositito. La polarizacion es extremadamente peligrosa. Genera, además de la división natural, desesperanza en un sector de la sociedad, en este caso universitaria, que no ve espacios de participación en su propio entorno. Alimenta odios. Daña el tejido social.
La universidad es un patrimonio de todos los guajiros, la costa, del país. Somos una parte del mundo, ese que espera unos mejores egresados. Por lo tanto debe integrar, crear un modelo de pensamiento político, un quehacer científico y especialmente una pertinencia social, cimentada en la libertad, en el respeto por el otro, por la diferencia. Un modelo en donde los principios de la convivencia, la solidaridad, el trato humano y humanizante, sean garantía de un mejor vivir. Si ellos, seguramente seguiremos ciegos ante las posibilidades que no hemos explotado y que otros ven al llegar a nuestra tierra.
Finalmente, la autonomía universitaria se planteó como el principio sobre el cual ésta define su propio destino. Se planteó como el cimiento para la ruptura de los paradigmas, mismos que trían enclaustrada a la universidad, especialmente la pública, en el subdesarrollo. Hoy ese es el reto.
al comentario de luis pablo de armas, le hace falta mucha credibilidad, sobre todo que el forma parte de la componenda politiquea que se vive al interior de la Universidad. no conforme con haber gozado y haber undido al instram, ahora quiere seguir la faena con la Uniguajira. es que el presupuesto del instram no te alcanzó, o no te alcanzaron los 35 millones para ser representante de los egresados. amanecerá y veremos, la historia se repite.
ResponderEliminarseñores periodistas es hora de que utilicen sus armas,no pdemos seguir permitiendo mas abusos de las empresas prestadoras de servicios publicos... ya nos dimos cuenta que quejarnos localmente no vasta y los abusos continuan.es que acaso la voz nuestra no llega mas lejos? yo los apoyo.
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