Por: Miller Sierra Robles
Artista y Gestor Cultural
Riohacha, una de las pocas ciudades en Colombia que aún conserva un sistema comercial compuesto únicamente por pequeños proveedores locales, entró desde finales de agosto en la onda de los hipermercados con dos de las grandes ligas: SAO, de la empresa líder en la costa Olímpica SA, y Carrefour, cuya sucursal, la número 50 de Colombia, generará 130 empleos directos y 130 indirectos –proveedores–, (www.carrefour.com.co), de los cuales el 95% serán provenientes de la ciudad, según un Acuerdo emanado del Concejo Municipal. Este mega-almacén se encuentra ubicado en el Centro Comercial Süchiimma (que hace honor al nombre wayuu de Riohacha).
Lo controvertido de este hecho, ya cotidiano en América Latina, es la actitud de un segmento de conciudadanos que ven en esto la llegada del "desarrollo" a la ciudad; un regalo del cual no somos dignos y por tanto debemos aprender a comportarnos y vestirnos como gente "civilizada".
Grupos promovidos desde Internet como "Exijamos que arreglen el Carrecharco y el Charco Sao en Riohacha" y "Nada de rulos,mantas baratas y chanclas d baño en el c. comercial shichima" (sic), además de expresiones en el mismo sentido provenientes de programas de radio, políticos y personajes de la región, promueven la idea de que se debe mejorar la infraestructura de la ciudad y cambiar hábitos aparentemente negativos de la gente únicamente para agradar a los nuevos hipermercados.
Hay, incluso, quienes exhortan a la gente a comprar en estos mega-almacenes y dejar de visitar negocios locales, para evitar que los nuevos inversores se vayan.
La periodista y socióloga española Esther Vivas, coordinadora del libro "¿Adónde va el comercio justo?" y autora de publicaciones como "En pie contra la deuda externa" y "Supermercados, no gracias", afirma que, luego de conocerse en la comunidad europea las estrategias mopolistas, anticompetitivas y antiambientales practicadas por los grandes hipermercados del mundo, como Wall Mart y Carrefour, países como Inglaterra, Francia y Alemania han implementado leyes tendientes a proteger la agricultura y el comercio local de los daños que ocasionan estos monopolios, por lo que América Latina, Asia y África, se han convertido en nuevos objetivos estratégicos, ya que se trata de mercados vírgenes donde la mayoría de la población se abastece en los mercados locales y prácticamente no existe un comercio tecnificado.
Hay que aclarar que los hipermercados son grandes supermercados de más de 1.200 metros cuadrados de extensión donde una sola compañía vende alimentos y productos de diversa índole, éstos generalmente están ubicados en las afueras de la ciudad o dentro de grandes Centros Comerciales.
En el caso de Riohacha, la llegada de la firma francesa Carrefour, creadora del concepto "hipermercado" en 1963, se debe a su plan de expansión en ciudades grandes e intermedias de Colombia, cuya meta es aumentar su presencia de 50 a 120 sucursales a finales de 2009. Una ciudad sin centros comerciales que además ofrece exoneración tributaria por 10 años y obtención gratuita de Licencias de construcción para atraer inversionistas; era una oferta demasiado atractiva para ser rechazada.
Las estrategias de los hipermercados
En Riohacha la comercialización de bienes y servicios básicos obedece a iniciativas locales mayoritariamente unifamiliares de modesta producción y el comercio organizado que funciona a distintos niveles, los alimentos se expenden en la tradicional plaza de mercado y tiendas de barrio, y la industria existente es solo la relacionada con la explotación de recursos naturales, realizada por empresas multinacionales que, junto al Gobierno, son los mayores empleadores de la ciudad y el Departamento, cuyos salarios movilizan la economía local; o sea que cuando un empleado de estas empresas realiza compras o demanda servicios genera ganancias para los inversores locales movilizando los recursos del inversionista al campesino y viceversa.
En este sentido, un trabajo realizado por Friends of the Earth (La Trobe, 2002) afirma que un 50% de las ganancias de los establecimientos locales se reinvierten en la comunidad, normalmente a través de la compra de productos locales, salarios y dinero gastado en otros negocios, mientras que los almacenes de cadena retornan a la ciudad solo un escuálido 5%.
El 45% restante irá a parar en los bolsillos de sus inversionistas y proveedores ubicados a miles de kilómetros de la ciudad y, tristemente, dejarán de llegar al vendedor o al productor local, con el consecuente aumento del desempleo, ya abrumador, en la ciudad. En el caso de Carrefour, el 52% de sus ganancias provienen de fuera de Francia (http://www.carrefour.com.co/).
El detrimento causado a la economía local se hace claro en otro ejemplo: la Iowa State University hizo público un informe en 1997 donde evidenciaba cómo Wall-Mart había ocasionado el cierre del 50% de las tiendas de venta al detalle en ese Estado en un período de doce años.
En la misma línea, un estudio de Neumark et al (2007) concluía que por cada puesto de trabajo creado por Wall-Mart en un municipio se destruían 1,5 puestos de trabajo en los negocios preexistentes.
Precisamente, la mercantilización de la agricultura conlleva profundas repercusiones en la seguridad alimentaria y el bienestar nutricional de las personas, con agricultores que deben adaptarse a las normas impuestas por unos mercados en continua evolución y consumidores que cada vez dependen más de los alimentos distribuidos por estas cadenas (FAO, 2004).
Esto, además, produce "deslocalización alimentaria" con alimentos que recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestras mesas; un abuso exagerado de energía que ocasiona graves consecuencias medioambientales.
De hecho uno de los titulares de Radionoticias RCN Riohacha del 7 de octubre pasado fue que el matadero municipal ha dejado de vender más del 50% de la producción de carne de res por la llegada de los nuevos hipermercados que se abastecen de mataderos foráneos.
¿Se imaginan a un paisano comiendo pescado de criaderos tecnificados en lugares apartados, mientras mira por su ventana como el nordeste hace saltar los jureles en el calido mar Caribe? De hecho, Riohacha es uno de los pocos Municipios colombianos que, gracias a su variedad de pisos térmicos, puede producir gran parte de la infinidad de alimentos que consume.
Cualquiera podría debatir los efectos negativos de los hipermercados en la ciudad con un análisis muy lógico: ¿si los inversionistas de un mega-almacén hacen estudios previos de factibilidad, por qué deciden abrir una sucursal en una ciudad con una economía débil que se va a desmoronar en poco tiempo, lo cual indica que ellos mismos dejaran de vender?
La respuesta es muy sencilla: Ellos nunca dejarán de vender, porque al decaer la economía, la delincuencia, la prostitución y la corrupción subirán como leche hirviente y generarán los recursos necesarios para seguir comprando.
¿Llegará el desarrollo?
Aunque el concepto "desarrollo" es demasiado cambiante y complejo, la ONU lo define en tres dimensiones: El DESARROLLO SOCIAL que implica una evolución o cambio positivo en las relaciones de individuos, grupos e instituciones en una sociedad; el DESARROLLO ECONÓMICO, como la capacidad de países o regiones para crear riqueza a fin de promover el bienestar económico y social de sus habitantes, y El DESARROLLO HUMANO entendido como el Proceso por el cual una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos y genera un entorno de respeto a los derechos humanos.
Éste último es medido por la PNUD en todos los países a través del Índice de Desarrollo Humano (IDH), cuya fórmula conjuga tres parámetros: Vida larga y saludable, calidad de Educación y nivel de vida digno (PIB per cápita).
Generar el desarrollo será posible si, y sólo si, nos convertimos en agentes activos del cambio. Valorando y fortaleciendo nuestra cultura, mejorando nuestra calidad educativa y, sobre todo, invirtiendo la ciudad.
Pongámonos la camiseta y seamos ciudadanos críticos, concientes de nuestra responsabilidad como miembros de una comunidad; dándonos la mano el uno al otro podremos salir del pantano.
Esa es la real fuerza gestora del progreso, de ese desarrollo humano del cual brotarán las semillas que generarán el desarrollo económico y el consecuente mejoramiento de la calidad de vida. Hay que creer en la ciudad, pagar impuestos, exigir a los gobiernos…
Bienvenidos los hipermercados a Riohacha, pero sólo si vienen a mostrar la otra cara de la moneda, en Riohacha podemos hacer un ejercicio parecido al de la India, que se ha convertido en el país líder en la creación de normas para equilibrar el impacto social de éstos en sus comunidades, procurando un trato más digno a los productores locales y asegurando un manejo adecuado del medio ambiente.
Convertir los almacenes de cadena llegados a Riohacha en socios responsables del desarrollo local debe ser el primer punto en la agenda, no sólo de los políticos, sino de la ciudadanía en general.
La participación ciudadana activa es todo lo contrario de lo que hoy unos pocos pretenden generar en nuestra ciudad con la banalización de la llegada de centros comerciales a la ciudad, pretendiendo exigir la asistencia de una clientela "bien vestida" y consumista, negándole el acceso a los alimentos a la población menos favorecida.
Hablar de elegancia, consumismo y lujos, más que controversial es ridículo en un Municipio con uno de los mayores índices de necesidades básicas insatisfechas de Colombia (64%), donde más de la mitad de sus habitantes (52%) vive en extrema pobreza… una ciudad donde no existe el estrato 6 (fuente: Plan de Desarrollo 2008 – 2011).
Artista y Gestor Cultural
Riohacha, una de las pocas ciudades en Colombia que aún conserva un sistema comercial compuesto únicamente por pequeños proveedores locales, entró desde finales de agosto en la onda de los hipermercados con dos de las grandes ligas: SAO, de la empresa líder en la costa Olímpica SA, y Carrefour, cuya sucursal, la número 50 de Colombia, generará 130 empleos directos y 130 indirectos –proveedores–, (www.carrefour.com.co), de los cuales el 95% serán provenientes de la ciudad, según un Acuerdo emanado del Concejo Municipal. Este mega-almacén se encuentra ubicado en el Centro Comercial Süchiimma (que hace honor al nombre wayuu de Riohacha).
Lo controvertido de este hecho, ya cotidiano en América Latina, es la actitud de un segmento de conciudadanos que ven en esto la llegada del "desarrollo" a la ciudad; un regalo del cual no somos dignos y por tanto debemos aprender a comportarnos y vestirnos como gente "civilizada".
Grupos promovidos desde Internet como "Exijamos que arreglen el Carrecharco y el Charco Sao en Riohacha" y "Nada de rulos,mantas baratas y chanclas d baño en el c. comercial shichima" (sic), además de expresiones en el mismo sentido provenientes de programas de radio, políticos y personajes de la región, promueven la idea de que se debe mejorar la infraestructura de la ciudad y cambiar hábitos aparentemente negativos de la gente únicamente para agradar a los nuevos hipermercados.
Hay, incluso, quienes exhortan a la gente a comprar en estos mega-almacenes y dejar de visitar negocios locales, para evitar que los nuevos inversores se vayan.
La periodista y socióloga española Esther Vivas, coordinadora del libro "¿Adónde va el comercio justo?" y autora de publicaciones como "En pie contra la deuda externa" y "Supermercados, no gracias", afirma que, luego de conocerse en la comunidad europea las estrategias mopolistas, anticompetitivas y antiambientales practicadas por los grandes hipermercados del mundo, como Wall Mart y Carrefour, países como Inglaterra, Francia y Alemania han implementado leyes tendientes a proteger la agricultura y el comercio local de los daños que ocasionan estos monopolios, por lo que América Latina, Asia y África, se han convertido en nuevos objetivos estratégicos, ya que se trata de mercados vírgenes donde la mayoría de la población se abastece en los mercados locales y prácticamente no existe un comercio tecnificado.
Hay que aclarar que los hipermercados son grandes supermercados de más de 1.200 metros cuadrados de extensión donde una sola compañía vende alimentos y productos de diversa índole, éstos generalmente están ubicados en las afueras de la ciudad o dentro de grandes Centros Comerciales.
En el caso de Riohacha, la llegada de la firma francesa Carrefour, creadora del concepto "hipermercado" en 1963, se debe a su plan de expansión en ciudades grandes e intermedias de Colombia, cuya meta es aumentar su presencia de 50 a 120 sucursales a finales de 2009. Una ciudad sin centros comerciales que además ofrece exoneración tributaria por 10 años y obtención gratuita de Licencias de construcción para atraer inversionistas; era una oferta demasiado atractiva para ser rechazada.
Las estrategias de los hipermercados
En Riohacha la comercialización de bienes y servicios básicos obedece a iniciativas locales mayoritariamente unifamiliares de modesta producción y el comercio organizado que funciona a distintos niveles, los alimentos se expenden en la tradicional plaza de mercado y tiendas de barrio, y la industria existente es solo la relacionada con la explotación de recursos naturales, realizada por empresas multinacionales que, junto al Gobierno, son los mayores empleadores de la ciudad y el Departamento, cuyos salarios movilizan la economía local; o sea que cuando un empleado de estas empresas realiza compras o demanda servicios genera ganancias para los inversores locales movilizando los recursos del inversionista al campesino y viceversa.
En este sentido, un trabajo realizado por Friends of the Earth (La Trobe, 2002) afirma que un 50% de las ganancias de los establecimientos locales se reinvierten en la comunidad, normalmente a través de la compra de productos locales, salarios y dinero gastado en otros negocios, mientras que los almacenes de cadena retornan a la ciudad solo un escuálido 5%.
El 45% restante irá a parar en los bolsillos de sus inversionistas y proveedores ubicados a miles de kilómetros de la ciudad y, tristemente, dejarán de llegar al vendedor o al productor local, con el consecuente aumento del desempleo, ya abrumador, en la ciudad. En el caso de Carrefour, el 52% de sus ganancias provienen de fuera de Francia (http://www.carrefour.com.co/).
El detrimento causado a la economía local se hace claro en otro ejemplo: la Iowa State University hizo público un informe en 1997 donde evidenciaba cómo Wall-Mart había ocasionado el cierre del 50% de las tiendas de venta al detalle en ese Estado en un período de doce años.
En la misma línea, un estudio de Neumark et al (2007) concluía que por cada puesto de trabajo creado por Wall-Mart en un municipio se destruían 1,5 puestos de trabajo en los negocios preexistentes.
Precisamente, la mercantilización de la agricultura conlleva profundas repercusiones en la seguridad alimentaria y el bienestar nutricional de las personas, con agricultores que deben adaptarse a las normas impuestas por unos mercados en continua evolución y consumidores que cada vez dependen más de los alimentos distribuidos por estas cadenas (FAO, 2004).
Esto, además, produce "deslocalización alimentaria" con alimentos que recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestras mesas; un abuso exagerado de energía que ocasiona graves consecuencias medioambientales.
De hecho uno de los titulares de Radionoticias RCN Riohacha del 7 de octubre pasado fue que el matadero municipal ha dejado de vender más del 50% de la producción de carne de res por la llegada de los nuevos hipermercados que se abastecen de mataderos foráneos.
¿Se imaginan a un paisano comiendo pescado de criaderos tecnificados en lugares apartados, mientras mira por su ventana como el nordeste hace saltar los jureles en el calido mar Caribe? De hecho, Riohacha es uno de los pocos Municipios colombianos que, gracias a su variedad de pisos térmicos, puede producir gran parte de la infinidad de alimentos que consume.
Cualquiera podría debatir los efectos negativos de los hipermercados en la ciudad con un análisis muy lógico: ¿si los inversionistas de un mega-almacén hacen estudios previos de factibilidad, por qué deciden abrir una sucursal en una ciudad con una economía débil que se va a desmoronar en poco tiempo, lo cual indica que ellos mismos dejaran de vender?
La respuesta es muy sencilla: Ellos nunca dejarán de vender, porque al decaer la economía, la delincuencia, la prostitución y la corrupción subirán como leche hirviente y generarán los recursos necesarios para seguir comprando.
¿Llegará el desarrollo?
Aunque el concepto "desarrollo" es demasiado cambiante y complejo, la ONU lo define en tres dimensiones: El DESARROLLO SOCIAL que implica una evolución o cambio positivo en las relaciones de individuos, grupos e instituciones en una sociedad; el DESARROLLO ECONÓMICO, como la capacidad de países o regiones para crear riqueza a fin de promover el bienestar económico y social de sus habitantes, y El DESARROLLO HUMANO entendido como el Proceso por el cual una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos y genera un entorno de respeto a los derechos humanos.
Éste último es medido por la PNUD en todos los países a través del Índice de Desarrollo Humano (IDH), cuya fórmula conjuga tres parámetros: Vida larga y saludable, calidad de Educación y nivel de vida digno (PIB per cápita).
Generar el desarrollo será posible si, y sólo si, nos convertimos en agentes activos del cambio. Valorando y fortaleciendo nuestra cultura, mejorando nuestra calidad educativa y, sobre todo, invirtiendo la ciudad.
Pongámonos la camiseta y seamos ciudadanos críticos, concientes de nuestra responsabilidad como miembros de una comunidad; dándonos la mano el uno al otro podremos salir del pantano.
Esa es la real fuerza gestora del progreso, de ese desarrollo humano del cual brotarán las semillas que generarán el desarrollo económico y el consecuente mejoramiento de la calidad de vida. Hay que creer en la ciudad, pagar impuestos, exigir a los gobiernos…
Bienvenidos los hipermercados a Riohacha, pero sólo si vienen a mostrar la otra cara de la moneda, en Riohacha podemos hacer un ejercicio parecido al de la India, que se ha convertido en el país líder en la creación de normas para equilibrar el impacto social de éstos en sus comunidades, procurando un trato más digno a los productores locales y asegurando un manejo adecuado del medio ambiente.
Convertir los almacenes de cadena llegados a Riohacha en socios responsables del desarrollo local debe ser el primer punto en la agenda, no sólo de los políticos, sino de la ciudadanía en general.
La participación ciudadana activa es todo lo contrario de lo que hoy unos pocos pretenden generar en nuestra ciudad con la banalización de la llegada de centros comerciales a la ciudad, pretendiendo exigir la asistencia de una clientela "bien vestida" y consumista, negándole el acceso a los alimentos a la población menos favorecida.
Hablar de elegancia, consumismo y lujos, más que controversial es ridículo en un Municipio con uno de los mayores índices de necesidades básicas insatisfechas de Colombia (64%), donde más de la mitad de sus habitantes (52%) vive en extrema pobreza… una ciudad donde no existe el estrato 6 (fuente: Plan de Desarrollo 2008 – 2011).
Muy buena tu nota Miler. Es cierto lo que dices. Y atención pueblo riohachero: ahora pretenden vender el estadio, patrimonio deportivo de la ciudad, para montar un monstruo comercial.
ResponderEliminarSobre el impacto en la economía local los invito a leer esta nota en El Informador:
Ganaderos de Riohacha preocupados por bajón en las ventas http://www.el-informador.com/detgua.php?id=38611
Excelente artìculo,Miller.
ResponderEliminarEs muy importante que los maicaeros estemos actualizados en estos temas,màxime ahora que suena la llegada de alguno de estos "hiper" a nuestra ciudad.Solo traerà la ruina a cientos de comercios minoristas con el disfraz de la "generaciòn de empleo".
Bienvenido el progreso pero cuando està integrado a un plan de desarrollo responsable y sostenido.
Es un buen vistazo a esta realidad nuestra. Buena Miller, me hubiera gustado que también te refirieras al caso de l vinculación del trabajador en el sentido de su establidad,salario digno y formas de vinculación porque existen muchas dudas sobre el cumplimientod e la ley por parte de esta trasnacional. Parece que tambien asumió hábitos en el sentido de utilizar las cooperativas "Chupasangre" que ya están en la Uniguajira, el Hosptal Nuestra Señora de los remedios y otras instituciones del Estado
ResponderEliminarMuy bueno e interesante tu comentario, ademas si el pueblo guajiro supiera que, su dinero se va para Europa, que los pequeños comerciantes desapareceran y por ende el desempleo y la pobreza sera mayor, no comprarian alli, ademas ese hiperalmacen , no tiene la calides humana que cualquier amigo del mercado o del pequeño comercio te brinda...
ResponderEliminaruna pregunta, se rumora la entrada de algun Hipermercado a Maicao? cual?
ResponderEliminarYo pregunto, ¿cuál es el desarrollo que trajo estos hipermercados?
ResponderEliminarEntren a uno de estos y verán que comercializan pescados de río cultivados en estanque como el bagre, tilapia o bocachico, y diganme ¿dónde está la comercialización de especies marinas? Si bien es conocido las pocas especies marinas que comercializan como el camarón y pulpo no son agradables.
El impacto no se ha visto porque estas empresas tienen sus proveedores, aparte de todo el empleo que supuestamente deberian generar ha disminuido y ha llovido demandas por abusos laborales por parte de CARREFOUR.
Asi que es mejor dejar la corronchera aun lado, Riohacha no prosperara imitando otras ciudades ni trayendo inversion foranea que como siempre sucede, se enriquencen de nuestro departamento, no aportan riquezas y nuestra gente cada vez mas pobre.
Ojala y no llegue uno a Maicao.
Gracias, espero que antes de prejuzgarme analicen lo que escribi y verifiquenlo con la verdad y compren en el mercado publico alli esta nuestro comercio