Por: Emilse Beatriz Sánchez Castellón
Docente T.C. Universidad de La Guajira
La esuela es el espacio físico por excelencia de interrelación de estudiantes y docentes, conocimientos, saberes, sentimientos, experiencias, es un continente de relaciones de enseñanza y de aprendizaje, implica un ambiente impulsado por personas que orientan a otras y por otras que tienen unos conocimientos previos y unas expectativas de aprender y desarrollarse, -los docentes y los estudiantes respectivamente-, también implica un equipo de apoyo, que dispone su potencial al servicio de la labor educativa.
Hoy, uno de los objetivos primordiales de la educación, es lograr la formación de “buenos” ciudadanos. Entonces, se hace necesario aprender a convivir, a relacionarse e interactuar con otros seres desde la diversidad y en múltiples escenarios: políticos, sociales, culturales, educativos, religiosos, económicos; relaciones que no pueden darse de cualquier manera, deben ser mediatizadas por el respeto, la tolerancia, la aceptación; lo que implica, unas reglas de convivencia y valoración de comportamientos que contribuyan a dignificar a las personas en sus diferentes manifestaciones. Es decir, es necesario aprender a convivir en medio de la diversidad.
Se requiere de un sistema educativo que reconozca a las personas desde la diversidad, que exija acciones que aporten mejores relaciones entre las culturas, con actitudes realmente interculturales, que partan no solo de saber que el otro existe, sino también de su valoración y fortalecimiento, (Corrales Martha Elena. Abriendo caminos, fortaleciendo espacios: Licenciatura en etnoeducación. Universidad del Cauca. Memorias del primer congreso universitario de etnoeducación. Riohacha, La Guajira. 1998) ésta, es una necesidad que se evidencia desde los escenarios sociales y educativos, especialmente en La Guajira, territorio con características étnicas sobresalientes.
Problematizar las relaciones en una sociedad multicultural inmersa en un sistema educativo, es preguntarse por ejemplo, ¿cómo se dan esas relaciones?, ¿hay respeto por la diversidad?, ¿qué papel desempeña la sociedad frente a la educación multi e intercultural?, ¿quién orienta la educación?, ¿cómo se debe orientar?
Hacer un análisis del papel de la institución educativa y por consiguiente de la educación en torno a las relaciones que se dan en una sociedad multi e intercultural tiene una peculiar trascendencia al desmenuzar un conjunto de elementos teórico-prácticos que subyacen en esas relaciones y que permiten desenvolver esos elementos de un modo más conciente, óptimo, eficiente, eficaz y pertinente.
Se necesita del conocimiento de la propia cultura y del pensamiento que caracteriza a la sociedad en la cual se encuentran las instituciones educativas, también del manejo de los elementos culturales de diferentes comunidades, que pueden influir en la propia cultura, en particular de la cultura regional.
Entendiendo que las comunidades poseen diversas cosmovisiones, no se debe permanecer en un estado de indiferencia y aislamiento de las demás culturas, sino proceder a la construcción de prácticas humanas donde se de paso al desarrollo y progreso de las mismas sin que éstas pierdan su esencia.
En el espacio educativo se pretende crear conciencia, sensibilización y aceptación de los otros, desde su diversidad individual y social para fortalecer unas relaciones esenciales y funcionales que permitan la concepción de la interculturalidad como fenómeno humano y social natural, como actividad direccionada a fundamentar y potenciar la esencia de las personas y la correspondencia con su existencia.
Es importante problematizar la función y proyección de la escuela, la universidad, -los centros educativos-, para comenzar a visionar a “La institución educativa como ente dinámico en una sociedad inter y multicultural”, como ente que regula y media el conocimiento, que permite la interpretación de las relaciones de las personas, que fomenta la investigación a través de la búsqueda, la indagación de los problemas, que promueve el desarrollo, los valores, el respeto por la diversidad y ante todo que permite el desarrollo de las competencias personales y colectivas.
Entonces cabe preguntarse, ¿cuál es el papel de la institución educativa frente a la interculturalidad?, ¿en el escenario de la multiculturalidad ocurre la interculturalidad?, ¿por qué ocurre?, ¿cómo ocurre?, ¿habrá aquí contradicción dialéctica?, ¿es la Universidad de La Guajira la institución educativa la que privilegia la interculturalidad?, ¿cuál institución educativa en el departamento de La Guajira privilegia la interculturalidad?
Las instituciones educativas reflejan el modelo de sociedad y de sistema político imperante, sin embargo bajo la perspectiva, se pueden plantear propuestas que busquen un diálogo permanente entre los sujetos y objetos del conocimiento y entre las realidades que experimentan estos actores sociales inmersos en la educación.
Las propuestas planteadas no reflejan en ningún momento verdades absolutas, se pueden constituir en caminos, métodos y/o estrategias que mediatizadas por el conocimiento científico pretenden la formación de un ciudadano que responda a las necesidades de su entorno.
Incorporar el pluralismo cultural en los programas escolares y en el proyecto educativo, para desarrollar en los estudiantes el gusto y la capacidad de trabajar en la construcción conjunta de una sociedad donde las diferencias culturales se consideran una riqueza común y no un factor de división debe ser una de las metas del sistema educativo regional.
Docente T.C. Universidad de La Guajira
La esuela es el espacio físico por excelencia de interrelación de estudiantes y docentes, conocimientos, saberes, sentimientos, experiencias, es un continente de relaciones de enseñanza y de aprendizaje, implica un ambiente impulsado por personas que orientan a otras y por otras que tienen unos conocimientos previos y unas expectativas de aprender y desarrollarse, -los docentes y los estudiantes respectivamente-, también implica un equipo de apoyo, que dispone su potencial al servicio de la labor educativa.
Hoy, uno de los objetivos primordiales de la educación, es lograr la formación de “buenos” ciudadanos. Entonces, se hace necesario aprender a convivir, a relacionarse e interactuar con otros seres desde la diversidad y en múltiples escenarios: políticos, sociales, culturales, educativos, religiosos, económicos; relaciones que no pueden darse de cualquier manera, deben ser mediatizadas por el respeto, la tolerancia, la aceptación; lo que implica, unas reglas de convivencia y valoración de comportamientos que contribuyan a dignificar a las personas en sus diferentes manifestaciones. Es decir, es necesario aprender a convivir en medio de la diversidad.
Se requiere de un sistema educativo que reconozca a las personas desde la diversidad, que exija acciones que aporten mejores relaciones entre las culturas, con actitudes realmente interculturales, que partan no solo de saber que el otro existe, sino también de su valoración y fortalecimiento, (Corrales Martha Elena. Abriendo caminos, fortaleciendo espacios: Licenciatura en etnoeducación. Universidad del Cauca. Memorias del primer congreso universitario de etnoeducación. Riohacha, La Guajira. 1998) ésta, es una necesidad que se evidencia desde los escenarios sociales y educativos, especialmente en La Guajira, territorio con características étnicas sobresalientes.
Problematizar las relaciones en una sociedad multicultural inmersa en un sistema educativo, es preguntarse por ejemplo, ¿cómo se dan esas relaciones?, ¿hay respeto por la diversidad?, ¿qué papel desempeña la sociedad frente a la educación multi e intercultural?, ¿quién orienta la educación?, ¿cómo se debe orientar?
Hacer un análisis del papel de la institución educativa y por consiguiente de la educación en torno a las relaciones que se dan en una sociedad multi e intercultural tiene una peculiar trascendencia al desmenuzar un conjunto de elementos teórico-prácticos que subyacen en esas relaciones y que permiten desenvolver esos elementos de un modo más conciente, óptimo, eficiente, eficaz y pertinente.
Se necesita del conocimiento de la propia cultura y del pensamiento que caracteriza a la sociedad en la cual se encuentran las instituciones educativas, también del manejo de los elementos culturales de diferentes comunidades, que pueden influir en la propia cultura, en particular de la cultura regional.
Entendiendo que las comunidades poseen diversas cosmovisiones, no se debe permanecer en un estado de indiferencia y aislamiento de las demás culturas, sino proceder a la construcción de prácticas humanas donde se de paso al desarrollo y progreso de las mismas sin que éstas pierdan su esencia.
En el espacio educativo se pretende crear conciencia, sensibilización y aceptación de los otros, desde su diversidad individual y social para fortalecer unas relaciones esenciales y funcionales que permitan la concepción de la interculturalidad como fenómeno humano y social natural, como actividad direccionada a fundamentar y potenciar la esencia de las personas y la correspondencia con su existencia.
Es importante problematizar la función y proyección de la escuela, la universidad, -los centros educativos-, para comenzar a visionar a “La institución educativa como ente dinámico en una sociedad inter y multicultural”, como ente que regula y media el conocimiento, que permite la interpretación de las relaciones de las personas, que fomenta la investigación a través de la búsqueda, la indagación de los problemas, que promueve el desarrollo, los valores, el respeto por la diversidad y ante todo que permite el desarrollo de las competencias personales y colectivas.
Entonces cabe preguntarse, ¿cuál es el papel de la institución educativa frente a la interculturalidad?, ¿en el escenario de la multiculturalidad ocurre la interculturalidad?, ¿por qué ocurre?, ¿cómo ocurre?, ¿habrá aquí contradicción dialéctica?, ¿es la Universidad de La Guajira la institución educativa la que privilegia la interculturalidad?, ¿cuál institución educativa en el departamento de La Guajira privilegia la interculturalidad?
Las instituciones educativas reflejan el modelo de sociedad y de sistema político imperante, sin embargo bajo la perspectiva, se pueden plantear propuestas que busquen un diálogo permanente entre los sujetos y objetos del conocimiento y entre las realidades que experimentan estos actores sociales inmersos en la educación.
Las propuestas planteadas no reflejan en ningún momento verdades absolutas, se pueden constituir en caminos, métodos y/o estrategias que mediatizadas por el conocimiento científico pretenden la formación de un ciudadano que responda a las necesidades de su entorno.
Incorporar el pluralismo cultural en los programas escolares y en el proyecto educativo, para desarrollar en los estudiantes el gusto y la capacidad de trabajar en la construcción conjunta de una sociedad donde las diferencias culturales se consideran una riqueza común y no un factor de división debe ser una de las metas del sistema educativo regional.
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