Por: Alejandro Rutto Martínez
A un grupo de estudiantes se le pidió que investigara sobre este tema. Interesante por cierto habida cuenta de la relevancia que el Trabajador Social (casi siempre Trabajadora Social) ha tomado en nuestros días y en las instituciones modernas. Cuando hicieron la investigación, a través de las fuentes disponibles para hacerlo, entre ellas internet, por supuesto, empezaron a darse cuenta de que no había tanto material disponible como en un principio pensaban. Y acudieron a la fórmula antigua (no anticuada) de consultar: los libros. Pero los resultados no mejoraron. Los amados libros tampoco arrojaron luces sobre el asunto.
Y tampoco las revistas a su alcance. Ni los periódicos de diferentes ediciones que llegaron a sus manos. Después de agotar todos sus recursos acudieron al último posible y fue consultar a sus profesores. Como yo fui el único que no pude esconderme e a tiempo, tocaron a mi puerta y no tuve forma de negarme a su solicitud de ayuda que en este caso no era ya de ayuda sino de socorro.
Unas horas después de haber aceptado el encargo descubrí que quien necesitaba de socorro era yo. Como tampoco hubo internet, ni libros, ni revistas ni periódicos que me ayudaran me di a la tarea de consultar entre quienes se dedican a la noble profesión para conocer su pensamiento acerca del tema.
Preguntando aquí, averiguando allá, escribiendo en un lado y anotando todo lo que me decían, pude al fin construir documento en el que los próximos grupos desesperados y profesores en aprietos encontrarán información acerca del papel del trabajador social en la educación y en las instituciones educativas.
Comparto con ustedes, amables lectores, los resultados de las pesquisas:
1. El trabajador social debe ser un dinamizador de la Comunidad Educativa. En ese sentido activará los mecanismos para lograr que los distintos actores comprendan su rol y decidan actuar en armonía para que la institución logre sus objetivos de formar hombres y mujeres de bien, con los saberes y conocimientos necesarios para definir su proyecto de vida convertirse en elementos generadores del progreso social.
2. Debe ser un solucionador de problemas. El problema ronda por ahí, está en todas partes y suele aparecer en donde hay seres humanos que deben pasar juntos buena parte de sus horas. El día que no haya problemas deberemos suprimir la sección de trabajo social y este, por supuesto, es un nuevo problema. El trabajador social, obviamente, no es un mago, ni tiene una varita mágica para solucionar todos los problemas. Pero sí puede hacer su aporte intelectual, humano y profesional para ofrecer posibles soluciones o ayudar a buscarlas.
3. Es un mediador. Cuando el conflicto se presente o, aún mejor, antes de que ocurra, el trabajador social se convertirá en alguien que tienda puentes para acercar a las partes que, por algún motivo, se encuentran en posiciones opuestas o enfrentadas. Quienes están involucrados en un conflicto y desean resolverlo depositan su confianza en alguien que sea garante de neutralidad y en quien se pueda creer. El trabajador Social, es lógico esperarlo, crea a su alrededor un ambiente de confianza y credibilidad sobre el cual sustentará su imagen de mediador.
4. Es un integrador de los diferentes actores e instancias de la comunidad educativa. En las instituciones cada quien se mueve de acuerdo con unos intereses particulares. El estudiante desea aprender y concluir exitosamente sus estudios. El padre de familia aspira con justicia a que se le brinde la mejor educación a su hijo y se le trate con aprecio durante el tiempo que permanece en la institución. Los profesores desean cumplir sus compromisos académicos y los directivos están preocupados por cumplir las metas a su cargo y entregar los informes correspondientes. Así mismo el club de deportes, el grupo de danzas y los de teatro.
Cada uno tiene una agenda qué cumplir pero a pocos les preocupa la agenda colectiva. Es en ese momento cuando se necesita un elemento integrador y ese es el trabajador social. Cada quien anda por su lado y cada cual tiene sus propósitos: nadie se preocupa por las metas de todos y ese es uno de los principales problemas de Colombia.
Por eso hay que poner los puentes, coser los sueños individuales para hacer realidad los sueños de todos y encontrar un pegamento que nos una sólidamente alrededor de la causa común. Es una labor motivante para un trabajador social motivado y apasionado con su labor.
Lea a Alejandro Rutto en el Observatorio de Medios del Ministerio de Educación Nacional
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